La finca de A Tomada multiplica su biodiversidad con regeneración natural
21 mar 2023 . Actualizado a las 21:08 h.Cuando un árbol se muere la naturaleza no tiene tiempo que perder y sus restos enseguida comienzan a llenarse de infinitos tipos de vida que buscan alimento para preservar su existencia. Pero si el hombre está cerca, toda esta comida se esfuma. Exactamente lo contrario es lo que ha ocurrido en la finca municipal de A Tomada (Teo) con uno de los carballos a los que un temporal de este invierno arrancó de cuajo.
El ejemplar allí permanece, siguiendo a rajatabla los criterios de recuperación medioambiental que se están aplicando en esta carballeira, que el Concello de Teo compró a la Iglesia para crear el programa HabitaTEO. Y así seguirá para atraer a infinidad de especies que se alimentan de la madera y la hiedra.
«Cando vés á Tomada podes pensar que está abandonada porque non é unha carballeira que estea a prado nin un espazo axardinado, xa que esa nunca foi a intención», argumenta María López, concejala impulsora del proyecto. Esta edila también resalta que «A Tomada é un asilo de carballos, e as árbores son importantes na medida en que albergan todo un ecosistema: teñen raíces nas que viven fungos, follas nas que hai insectos, paxaros que se alimentan deles e ata temos constancia dun teixugo que vive na nosa carballeira».
Que en este ecosistema uno de los carballos se desplome no es en absoluto una desgracia, sino otra oportunidad para que, como mandan los cánones de la madre naturaleza, la muerte sirva para que la vida se desarrolle. Por eso, a la pregunta de qué hacer ante un carballo desplomado y muerto la respuesta fue muy simple: «Nada». Y este nada significa que especies descomponedoras, algunas en peligro de extinción, comiencen a trabajar multiplicando así la biodiversidad de A Tomada, un espacio en el que se hace todo lo contrario a lo que es habitual en una plantación forestal.
«Na idea de sacarlle rendemento ao monte facemos plantacións, pelamos o chan e cando as árbores cumpren 25 anos cortamos e volvemos a plantar outra vez. E este modelo, perpetuado durante décadas, fai que teñamos bosques adolescentes e escaseza de bosque nativo con árbores vellas que morran, un problema que está a pasar en moitos países», añade López.
Aprovechando que el martes 21 se celebra el Día do Árbol, A Tomada estrenará tres paneles informativos sobre el valor de las especies y de los árboles muertos que generan biodiversidad, ya que tras las especies descomponedoras aparecen más insectos, aves y depredadores.
Quizá este año llegue con otro regalo para el árbol en el que se instaló una caseta con cámara para ver si algún pájaro anidaba en ella y así retransmitir todo el proceso. El primer intento no cuajó, pero ahí sigue la casa-nido que está sin estrenar y fue instalada en armonía con los puntos ubicados junto a varios árboles para, simplemente, escuchar el canto de los pájaros que ya viven en esta inusual carballeira.
La actividad en A Tomada continuará el día 25 con una visita guiada por el ecólogo Nacho Munilla, de Munilla Biodiversidade, la consultora que puso en marcha HabitaTEO. Este experto explica que «sacar a madeira morta é ir en contra dun proceso natural», algo que hay que explicar porque, destaca, en la conciencia colectiva está la idea de una carballeira como un espacio limpio para celebrar fiestas y no es así. Como ejemplo del valor de esta madera, cita «á vacaloura, que é unha especie emblemática galega» se alimenta de madera en descomposición, y le encanta la del carballo.