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La compra pública de productos ecológicos  o cómo las Administraciones deben dar ejemplo

Maruxa Alfonso Laya
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SOSTENIBILIDAD

Neno usuario do comedor do IES López Ferreiro, en Santiago. 21/09/2022
Neno usuario do comedor do IES López Ferreiro, en Santiago. 21/09/2022 Sandra Alonso

Una de las apuestas de la estrategia De la granja a la mesa es la de promocionar que los comedores públicos utilicen estos alimentos, pues está demostrado que esta medida trae pareja el aumento de la superficie que se dedica a estos cultivos

04 nov 2022 . Actualizado a las 09:37 h.

Dice una conocida ley que si hay demanda de un producto determinado habrá más oferta. Y esa es la teoría que ha llevado a la Comisión Europea a proponer a los estados miembro, a través de la estrategia De la granja a la mesa y del plan de acción para el desarrollo de la producción ecológica, que incorporen en los comedores de instituciones públicas, o en el reparto de alimentos entre las personas más necesitadas, los alimentos ecológicos. Porque está demostrado que allí donde se toma esta medida, en un radio de entre 20 y 30 kilómetros alrededor de donde se genera la demanda, comienzan a asentarse nuevos productores para abastecer a esos comedores públicos. 

Pone como ejemplo la Unión Europea a Copenhague, la primera ciudad en la que el 100 % de sus comedores públicos son ecológicos. Estos están abastecidos por unas 25.000 hectáreas de tierras agrícolas ecológicas que han ido situándose en el extrarradio de la ciudad. Viena es otro caso similiar. Dispone de una red de huertas urbanas de 860 hectáreas que son las que abastecen a los comedores públicos, especialmente a los de las escuelas infantiles. Y en Roma se sirven ya a diario un millón de comidas ecológicas en las diferentes instituciones públicas. Es lo que se llama predicar con el ejemplo. Porque si las administraciones quieren que los consumidores apuesten por este tipo de productos, deben ser las primeras en adquirirlos.

La medida ha llegado también a España. En Galicia, por ejemplo, la Xunta cuenta con un programa que se llama Come Local en el que, en colaboración con la asocaición Slow Food Compostela, abastece de productos de calidad y ecológicos a los comedores escolares. Y la iniciativa es todo un éxito. Porque cuentan sus protagonistas que aquellos centros que prueban el producto ecológico ya no quieren otro y que muchos de ellos se han dado cuenta de que apostar por este tipo de producción no tiene por qué ser siempre mucho más caro. 

Uno de los objetivos de la nueva Política Agraria Común (PAC)  es conseguir que en el 2030 el 25 % de la superficie agrícola de la Unión Europea se cultive en ecológico. Por eso la Comisión insiste en que los agricultores se encuentran ante una oportunidad única para dar el paso y cambiar el sistema productivo. Primero porque en muchos países europeos el gasto en productos ecológicos está creciendo exponencialmente. La media europea ha pasado de los 84 euros en el 2019 a los 102 en el 2020. Y, en segundo lugar, porque Europa tiene previstas importantes inversiones para promocionar este tipo de cultivos, empezando por las que prevé la nueva PAC, que entrará en vigor ya el próximo año.

Impulsar la demanda de este tipo de productos es otra de las estrategias diseñada por la Unión Europea para promocionar los productos ecológicos. Y considera que una manera de conseguir este objetivo es haciendo que las Administraciones se decanten por el producto ecológico. Está comprobado que, en las zonas más pequeñas que empiezan a realizar este tipo de compras píublicas. se instalan nuevos productores en ecológico en un radio de entre 20 y 30 kilómetros. En ciudades más grandes, como París, este radio de acción puede ser de hasta 300 kilómetros a la redonda. Eso sin contar el beneficio que obtienen todos aquellos que se alimentan a diario en estos comedores públicos, sean de escuelas, institutos, residencias u hospitales. Porque podrán disponer de alimentos de calidad que han sido producidos mediante un sistema que es completamente respetuoso con el medio ambiente