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El éxodo rural tiene nombre de mujer

La Voz

SOSTENIBILIDAD

Martina Miser

Luis Planas reconoce durante la presentación del informe Diagnóstico de la Igualdad de Género en el Medio Rural 2021 que aún queda trabajo por hacer para lograr la igualdad real entre mujeres y hombres en el medio rural

16 jul 2022 . Actualizado a las 10:53 h.

No hay nadie que no sepa el peso que han tenido y tienen las mujeres en el medio rural. Otra cosa bien distinta es que su trabajo  y su papel en el mantenimiento de la sostenibilidad económica y social de los pueblos se haya reconocido a lo largo de los años. Lograr la «igualdad efectiva» entre hombres y mujeres en esos entornos es uno de los compromisos del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, pero no será fácil. El primer paso para articular las políticas o medidas dirigidas a lograrlo es la actualización de un estudio elaborado en el 2011 y donde se hacía un Diagnóstico de la Igualdad de Género en el Medio Rural. Los datos del nuevo trabajo fueron dados a conocer este viernes por el ministro Luis Planas. «Aún queda trabajo por hacer para logra la igualdad efectiva, pero estamos firmemente comprometidos con afianzar el papel de la mujer en la actividad agraria y mejorar sus opciones de vida reales en el medio rural», avanzó. 

. No han cambiado mucho las cosas, pero algo se ha avanzado. Lo que queda claro es que el éxodo rural, mayoritariamente, continúa teniendo nombre de mujer. Y precisamente es eso lo que genera una serie de dinámicas y desequilibrios que impiden que esa igualdad dibujada en los despachos pueda aplicarse en la vida real. Los datos hablan. Cómo corregirlos es otra historia más complicada de escribir. 

Las mujeres continúan como protagonistas de ese éxodo rural pese a que la tasa de empleo femenina ha aumentado del 49 % al 51,6 % frente al 60,6 % de los hombres actualmente. En este sentido, el estudio muestra como en términos comparativos con el 2011, se produce una disminución de la brecha laboral de género al pasar de 23,3 puntos porcentuales en el 2011 a nueve puntos en la actualidad.  

La cuestión, como concluye  el trabajo, es que el éxodo rural femenino provoca «una fuerte masculinización de las edades activas y reproductivas del medio rural». Aunque no en todas partes ocurre lo mismo (son muy diferentes las zonas costeras que las de interior), e líneas generales en esos entornos rurales hay 111,7 hombres por cada 100 mujeres en edades comprendidas entre 30 y 49 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al 2022. «Esto _muestra el estudio_ tiene efectos directos en la caída de la natalidad. Aunque el descenso del número de nacimientos es una tendencia que se registra en la sociedad española en su conjunto, en el medio rural se observan cifras más alarmantes. Las bajas tasas de natalidad provocan el envejecimiento de la población», lo que redunda en las mujeres.

Porque el aumento de la población envejecida supone un crecimiento de la demanda de cuidados. Y la oferta y disponibilidad de servicios de este tipo es más escasa que en el medio urbano. De ahí que, en mayor o menor medida, son las familias las que realizan ese soporte y ahí son mayoritariamente las mujeres las que se encargan de dar esos cuidados, como recogen los datos del estudio. «Lo que impide el desarrollo de estas en condiciones de igualdad a los hombres», apunta.

Desde el punto de vista de la percepción de la calidad de vida, las mujeres también apuntan a al urgencia de aumentar la oferta de servicios. Una de las principales carencias que observan es la de transporte público y los servicios de atención a la dependencia, unas tareas que ellas acaban asumiendo.