Patrocinado porPatrocinado por

Las granjas más eficientes y rentables dejan menos huella de carbono

Maruxa Alfonso Laya
Maruxa Alfonso REDACCIÓN

SOSTENIBILIDAD

Una explotación ganadera
Una explotación ganadera cedida

Un estudio asegura que no es el sistema en el que se crían los animales el que produce más o menos emisiones, sino el manejo que de ellos se hace

12 jun 2022 . Actualizado a las 21:31 h.

Dice Europa que nuestras granjas de leche deben ser cada vez más eficientes y realizar prácticas que permitan reducir sus emisiones de carbono. Así que en el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM), que depende de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal), decidieron hace unos años sumarse al proyecto Dairy for future, de la Unión Europea. Once regiones de cinco países llevan colaborando desde entonces con un centenar de granjas para investigar cuál es más eficiente, hablando de sostenibilidad, y por qué. Los resultados apuntan a que el secreto para ser sostenible no está en el sistema de explotación, llámese pastoreo, intensivo o extensivo, si no en el manejo que se hace de los animales.

En Galicia, participan en esta iniciativa una decena de granjas, en las que los investigadores han recogido toda una serie de datos económicos y medioambientales «que nos permiten coñecer que están a facer co manexo», explica César Resch, investigador del CIAM especialista en vacuno de leche y responsable del proyecto. El objetivo de esta iniciativa era «poder dar ás granxas unha serie de recomendacións para reducir a súa pegada de carbono e, tamén, ver que está acontecendo nelas», añade. Con el fin de cubrir el abanico más grande posible, para el estudio se seleccionaron explotaciones muy diferentes entre sí. «O noso criterio de selección foi que foran o máis variadas posibles, dende ecolóxicas a intensivas, con moitas vacas e con menos», cuenta. Porque querían conocer qué estaba haciendo cada una de estas granjas en la perspectiva de emisión de gases efecto invernadero.

Eficiencia y sostenibilidad

El primer resultado pronto estuvo claro: «as granxas con máis superficie por animal emiten menos carbono por litro de leite porque xeran máis recursos propios e teñen que importar menos», explica Resch. Y también se dieron cuenta de que «as emisións de carbono por litro de leite é algo que está moi ligado á eficiencia da granxa, canto menos residuos xere ou canto mellor uso faga dos subprodutos, máis eficiente vai ser», reitera. En el caso de una fábrica de quesos, por poner un ejemplo, si es capaz de reutilizar los sueros sobrantes y hasta el agua que utiliza en el proceso, «todo iso reducirá a súa pegada de carbono». Lo mismo sucede con las explotaciones, «se somos capaces de darlle de comer ás vacas co que producimos nas nosas fincas e teño unha fosa dimensionada para o xurro e o utilizo cando o necesito, vou facer un bo uso deses produtos e utilizarei menos abono de síntese», concluye. Así el sistema de producción será, de esta forma, más sostenible.

Cultivar leguminosas

Uno de los primeros consejos que Resch tiene para los ganaderos gallegos es que se animen a producir todo el alimento que puedan para sus animales. «Teñen que facer prácticas que incrementen a proteína que producen as granxas, así terán que importar menos de fóra», explica. Eso no solo permitirá que la granja sea más eficiente en lo que al medio ambiente se refiere, sino también que no dependa tanto del mercado exterior, afectado actualmente por grandes subidas de precio. Para conseguir más proteína, insiste, los ganaderos debería apostar por cultivar más leguminosas, lo que les permitiría reducir su dependencia de la soja, que actualmente se importa toda desde otros países.

Otra recomendación que da a los ganaderos es que hagan una alimentación de precisión de sus animales y que no le den de comer lo mismo a todas las vacas solo por el hecho de que estén juntas. «Non podemos ter unha vaca alimentada como tal e que estea dando leite coma unha cabra», explica. Insiste en que el sistema no es el problema, porque han comprobado que una granja en extensivo puede emitir tanto o más carbono por unidad de producción que una en intensivo. Es el manejo que se hace de los animales lo que incrementa o reduce la huella de carbono de una granja de leche. «Os sistemas son todos válidos, só hai que manexalos ben. O reto está en producir leite con pouco concentrado», afirma. E insiste en que lo fácil es lograr que un animal produzca 40 litros de leche al día con 14 kilos de concentrado. El reto tecnológico será lograr esos mismos rendimientos con entre 8 o 9 kilos de concentrado. «Producir con altas cantidades de concentrado leva implícito granxas menos resilientes, porque están máis expostas ás subas de prezos dos cereais», añade. El problema, explica, está en que, en ocasiones, son los propios ganaderos los que venden esos concentrados, con lo que no ven el beneficio que puede reportar esa reducción en su utilización.

Terrenos para cultivar

Resch argumenta que, por fortuna, Galicia cuenta con terrenos muy productivos en los que cereales y leguminosas se pueden cultivar adecuadamente. Reconoce que sería necesario poner a disposición de los ganaderos más tierras, para que puedan producir forrajes de calidad con los que alimentar a sus animales porque, «unha das claves para producir leite é ter máis terreo para producir forraxe», añade. También insiste en adaptar las raciones alimentarias a las necesidades de los animales. «Non é racional darlle a mesma comida a una vaca que está a producir 20 litros que a unha que está a producir 40», añade.

La recría

Otro aspecto a controlar es el tema de la recría porque, cuanta más se utilice, más emisiones de carbono realizará la granja. «Calquer animal vivo que teña na granxa emite carbono. Se teño dúas explotacións, unha que renova todos os anos o 20 % e outra o 30 %, esa última terá que recriar máis animais. Terá, por tanto, que quedar con máis femias e estas tardan dous anos de media en dar leite, co que son dous anos improdutivos nos que están emitindo carbono», insiste. Por eso, asegura, también es importante ser eficiente y buscar unos animales de longevidad adecuada, que eviten que tengamos que utilizar la recría de forma más habitual de que lo sería deseable. «Ser eficiente, en xeral, implica ter menos pegada de carbono por litro de leite. Pero isto non pasa so no sector vacún de leite, pasaría en calquera outro sector», insiste.

Dairy for future está a punto de llegar a su fin y el próximo 14 de junio se celebrará un seminario online en el que las diferentes regiones presentarán resultados. Más información e inscripciones en ciam.cmr@xunta.gal.

Dos explotaciones gallegas se sitúan entre las mejores de Europa en sostenibilidad

Lo que les ha quedado muy claro a los investigadores que participan en Dairy for future es que no es el sistema lo que determina la huella de carbono. «Atopamos granxas de pastoreo nas que estaban a facer un moi mal manexo e tiñan que importar o forraxe de fóra», cuenta Resch. En cambio, otras en extensivo estaban realizando una gestión más adecuada y sostenible. De hecho, en el estudio que realizaron de diez granjas piloto gallegas, dos de ellas arrojaron resultados muy interesantes. Una de ellas era en pastoreo, la otra en un sistema más intensivo.

«A pegada de carbono é un resumo de todas as cousas que fan as explotacións e temos dous exemplos en Galicia onde fan case todo ben», añade el investigador del CIAM. Estas dos granjas se situaron entre las de menor emisión de carbono equivalente de las cien estudiadas. «Isto demostra que os sistemas non son definitivos, o importante é ter superficie porque unha granxa intensiva con alta capacidade de produción de forraxe pode ser tan eficiente como unha en pastoreo», añade. Por eso, insiste de nuevo, es tan importante que Galicia apueste por la producción de forraje y de proteína. «Galicia é moi deficitaria en proteína, pero pode ir a concentrados máis fibrosos e non ter tanta dependencia da importación de proteína de fóra», añade.

Potencial

En su opinión, «Galicia ten potencial para facer ben as cousas porque temos a posibilidade de facer a comida nas granxas. Temos terreos bos e produtivos, aínda que habería que ter máis, e temos unha climatoloxía de precipitacións e calor, que é chave para producir os forraxes de calidade». Y apostar por sistemas más eficientes no tendrá solo beneficios ambientales, sino que podría repercutir en la economía de la granja, reduciendo sus costes de producción de forma significativa. Porque si uno produce todo lo que precisa para alimentar a sus animales no estará dependiendo de un mercado en el que los cereales suben de precio día tras día. «Aquelas granxas que o están facer mellor son tamén as que teñen mellores resultados económicos, son as granxas da verdadeira economía circular», concluye este investigador del CIAM.