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La EMA autoriza el uso de proteínas de insectos para la fabricación de vacunas

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

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Algenex logra autorización para sus sistema Crisbio, que utiliza la crisálida de la oruga de la col para generar antígeno natural en grandes cantidades

24 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La agencia europea del medicamento (EMA) ha recomendado la aprobación de un biológico producido mediante la tecnología disruptiva Crisbio, desarrollada y patentada por la empresa biotecnológica española Algenex. Esta recomendación europea supone la validación del uso de esta tecnología, basada en la proteína de los insectos, para la producción de productos biotecnológicos recombinantes y biocomponentes. Se trata de un sistema pionero que podría ayudar a producir vacunas de forma más rápida y económica.

Algenex está especializada en producir proteínas, que se emplean para la fabricación de vacunas. Explican en esta firma que los sistemas tradicionales para producir productos basados en proteínas son muy costosos, pues precisan de biorreactores y que, sin embargo, los insectos son unos magníficos organismos para producir proteínas. Ese es el origen de Crisbio, una tecnología alternativa que representa un nuevo paradigma en la producción de productos biológicos, ya que ofrece una solución rápida y fácilmente escalable para satisfacer la demanda mundial de producción de proteínas recombinantes sin necesidad de realizar una gran inversión. 

«La opinión positiva de la EMA para una vacuna desarrollada con Crisbio representa una validación regulatoria significativa y un paso importante para implantar su uso comercial», explica Claudia Jiménez, directora general de Algenex. Añade, además, que esta decisión «pone de manifiesto la calidad de nuestra tecnología y subraya el potencial de Crisbio como alternativa fuerte y versátil frente a las actuales tecnologías de expresión basadas en grandes biorreactores industriales, ya que ofrece una escalabilidad y rendimiento superiores con unos costes más reducidos». 

Crisbio  se basa en el uso de la crisálida de la oruga de la col, a la que se le inocula un virus inocuo para los animales y el hombre, llamado baculovirus. Los insectos empiezan entonces a replicar este virus y, en menos de una semana, las crisálidas generan el antígeno vacunal en grandes cantidades en sus células. Este se extrae mediante un proceso de purificación y ya está listo para ser utilizados como vacuna. El sistema es más barato que el tradicional, pues no requiere inversiones costosas en maquinaria, y más rápido, pues en doce semanas se pueden obtener hasta 250 millones de crisálidas partiendo de un par de polillas. La validación de este método por parte de la EMA supone un impulso para Algenex, que está trabajando para ampliar el uso de esta plataforma en una extensa gama de productos, tanto para la salud humana como animal, que incluyen vacunas, anticuerpos de dominio único, enzimas, factores de crecimiento y reactivos de diagnóstico.