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Nutrición personalizada, el último reto de la industria agroalimentaria

SOSTENIBILIDAD

Maruxa Alfonso

El perfil genético o la microbiota serán claves para dibujar dietas a medida que mejoren la salud. Los distintos eslabones de la cadena alimentaria han de adaptarse a esos cambios

18 jun 2021 . Actualizado a las 09:35 h.

La industria agroalimentaria tiene que cambiar su enfoque. Ha de hacerlo porque la tendencia apunta a que en un futuro cada vez más cercano los consumidores van a demandar cada vez con mayor frecuencia dietas personalizadas que ayuden a mantener a raya a esas otras enfermedades ligadas a la alimentación que provocan millones de muertes al año. Y la industria agroalimentaria, en todos los eslabones de la cadena, ha de estar preparada para ello. Ese fue uno de los grandes temas que abordaron los expertos reunidos en la cuarta edición del EIT Food Innovation Forum, que ha celebrado en el marco del congreso Food 4 Future de esta semana. No cabe duda de el problema es grave y hay que atajarlo. ¿Cómo? «Es necesario pensar profundamente en  cómo la nutrición personalizada puede cambiar el futuro de la alimentación, y profesionales de la cadena de valor deben tomar parte en ese cambio», explicó la directora del consorcio EIT Food para el sur de Europa, Begoña Pérez Villareal

EIT fodd

De ese modo dio pie a que otros expertos internacionales que operan en esa cadena de valor vertieran sus opiniones sobre cómo afrontar el cambio.El CEO y fundador de la consultora FFWD, Miguel Jiménez, dio una clave para impulsar el avance de la industria agroalimentaria: «Las narrativas que están esbozando el futuro son puramente humanas, basadas en ideas actuales como la obsesión por el aspecto físico, la monitorización de nuestra actividad o el simple placer de comer algo que nos gusta. Por eso ahora las empresas deben dibujar más escenarios para anticiparse y mejorar esas narrativas con el objetivo de mejorar la alimentación más allá de tomar suplementos en pastillas».

Pero cómo es esa dieta saludable. Para el presidente de la Sociedad Española de la Nutrición, Gregorio Varela, «no hay una definición de dieta saludable, lo que hay son una serie de pautas a seguir como, por ejemplo, que sea equilibrada en nutrientes». Con todo, remarcó que siempre va a depender de las características de cada persona y su entorno. Esa idea fue apoyada por el presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco y del Comité Científico de Nutrición Comunitaria, Javier Aranceta, quien explicó que las «guías alimentarias y el modelo de pirámide nutricional es interesante para el 80 % de la población. El resto tendrá necesidades especiales».

Es ahí en ese 20 % de población con necesidades especiales con la industria ha de jugar un importante papel para dar respuesta a sus demandas: «Las guías nos ayudan a valorar nuestros productos y las tenemos en cuenta en desarrollos de innovación, aunque es verdad que nuestro perfil genético, nuestra microbiota... influyen mucho y se deben tener en cuenta en el futuro», comentó directora de I+D+i en Calidad Pascual, Sofía Pérez.

«Tenemos que aprender a dedicar más tiempo en nuestro día a día a comprar, a cocinar, a comer...»

Pero tanto Aranceta como Varela hicieron hincapié en la educación para mejorar la alimentacion y, por tanto, la salud: «Tenemos que aprender a dedicar más tiempo en nuestro día a día a comprar, a cocinar, a comer...», reivindicó el primero, mientras que el segundo matizó que hay que preocuparse, pero sin obsesionarse.

 Con todo, mirando tanto a ese futuro a corto plazo como al que está por venir, la nutrición personalizada es la base de la salud colectiva. «Hay evidencias robustas y consistentes. En el 2017, hubo 11 millones de muertes por no ingerir los alimentos necesarios o ingerir demasiados de los no adecuados. Unos tres millones fueron por niveles altos de sodio y también otros tantos por no tomar suficientes frutas. (...) Mejorar la dieta puede potencialmente prevenir una de cada cinco muertes en el mundo, según un estudio del 2017», dijo Conor Kerley, fundador y científico jefe en Phytaphix. Como ejemplo habló del nitrato, presente en alimentos como las espinacas o las zanahorias, que «pueden ayudar a reducir el azúcar en sangre y la presión arterial». 

No cabe duda que teniendo eso en cuenta hay que reconducir la dieta para mejorar la salud. Thomas Hayes, analista en Lux Research, comentó que el coste de estas enfermedades ascenderá a 2,6 trillones de dólares para el 2030. Entonces, añadió, «la solución debe ser eficiente y low-cost para tratar estas enfermedades ligadas a la dieta». De ahi que no hay que dejar de pensar en la nutrición personalizada como un mecanismo con alto potencial para solucionar esta necesidad. Pero esta no debe quedarse solo en cuidar lo que comemos, también el estilo de vida o el microbioma. «El interés por la innovación en este campo está en aumento, al multiplicarse por 3,5 desde el  2016, y la inversión está subiendo en este 2021 gracias al avance que están realizando las start-ups;. Sin embargo, no se puede olvidar la magnitud del problema, y las empresas multinacionales también tienen un papel fundamental para aumentar el impacto»