Patrocinado porPatrocinado por

El «greening» hace que más de la mitad de las granjas españolas produzcan cuatro o más cultivos

Somos Agro REDACCIÓN

SOSTENIBILIDAD

Santi M. Amil

La práctica aumenta la biodiversidad y mejora la calidad del suelo

20 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

 Más cultivos para promover la biodiversidad y, de ese modo, mejorar la calidad del suelo y frenar las plagas de una forma mucho más natural. Ese es uno de los logros de la implantación del Pago Verde o greening en España, según ha constatado el Ministerio de Agricultura basándose en los datos publicados este miércoles por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). De hecho, las explotaciones de tres o menos tipos de cultivo han pasado a representar el pasado año el 38% cuando hace cinco años suponían un 63 %. Y al contrario las granjas con cuatro o más cultivos han pasado de representar el 37 % del total en el 2014 al 62 % en el 2019.

Asimismo, como recoge Europa Press, en términos absolutos, la superficie de interés ecológico (SIE) en España se mantiene con pequeñas variaciones a lo largo de las últimas cinco campañas. En este sentido, el departamento que dirige Luis Planas destaca especialmente la utilización del barbecho y de los cultivos fijadores de nitrógeno para cumplir con el porcentaje de SIE exigido en las explotaciones que tienen más de 15 hectáreas de tierra arable.

En lo que se refiere al respeto de la práctica de mantenimiento de pastos permanentes, se ha comprobado que el ratio anual, al igual que en campañas anteriores, de los pastos permanentes declarados con respecto de la superficie total agrícola declarada continúa sin disminuir más de un 5 % a nivel nacional, que es lo que establece la legislación comunitaria.

De hecho, se mantiene una ligera tendencia al alza en este ratio constatada en campañas anteriores. En este sentido, destacan las 6.825.416 ha de pastos permanentes ubicados en zona de la Red Natura 2000, de los que 2.609.530 ha están catalogados como pastos medioambientalmente sensible'.

La vigilancia y control eficaz de las exigencias de no conversión de estos pastos medioambientalmente sensibles a otros usos ni su labranza resulta esencial para el mantenimiento de estas superficies. Esta labor constituye una práctica más a respetar para que los titulares de estos pastos puedan beneficiarse del pago del greening.

En la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) del 2015 se estableció el objetivo de mejorar el comportamiento medioambiental de la agricultura comunitaria, a través de hacer obligatorias determinadas prácticas agrícolas beneficiosas para el clima y el medio ambiente.

Así, se avanzó más allá de la «Condicionalidad» (conjunto de obligaciones que agricultores y ganaderos deben cumplir para poder cobrar las ayudas de la PAC), a través del denominado «pago verde», obligatorio para los pagos directos a partir de la campaña 2015.

El pago verde tiene carácter anual y se concede por cada hectárea admisible vinculada a un derecho de pago básico, siempre que se respeten las siguientes prácticas medioambientales, en función de la estructura de la explotación: diversificación de cultivos, contar con un 5% de superficie de interés ecológico (SIE) en la explotación y el mantenimiento de los pastos permanentes existentes.