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El campo, ¿víctima o responsable del cambio climático?

Somos Agro REDACCIÓN

SOSTENIBILIDAD

MIGUEL SOUTO

El freno a deforestación de los bosques o la importancia de implantar un modelo de cultivo adecuado fueron algunos de los temas que centraron el debate en la Cumbre del Clima en una jornada en la que la agricultura fue protagonista

09 dic 2019 . Actualizado a las 13:22 h.

La agricultura es hoy la protagonista en la Cumbre del Clima COP25. El freno de la despoblación rural, el papel de la ganadería en la lucha contra el cambio climático, la importancia de realizar un modelo de cultivo adecuado al respeto al medio ambiente o los medios que hay que poner en marcha para frenar la deforestación fueron algunos de los temas abordados durante la jornada. El debate fue largo. Los mensajes, muchos. Las soluciones... Lo que ha quedado claro es que, como recoge Efe, la agricultura juega un papel clave ante la crisis climática dada su triple condición como víctima de unas consecuencias que amenazan su futuro, como responsable parcial por las emisiones y, al mismo tiempo, como actor fundamental para contrarrestarla por el «efecto sumidero» del cultivo.

Pero los datos sobre su influencia en el medioambiente varían en función del organismo y el método estadístico. En el caso del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), el panel internacional que asesora a la ONU, estima que el sector primario _agrícola y ganadero_ es responsable de cerca de un 23 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Por encima, está el energético, con aproximadamente un 35 %, y debajo en el ránking el 18 % de la industria y el 14 % del transporte.

Al mismo tiempo desde la Unión Europea (UE) dan otros datos. Los correspondientes al 2016 apuntan a la agricultura emite el 11,5 % de estos gases, con 511 millones de toneladas de CO2 equivalente, frente a los 1.280 millones de la energía, los 931 del transporte, los 849 de la industria y los 575 de la actividad residencial y comercial. Las cifras reflejan grandes diferencias geográficas: el peso de la actividad agraria es sensiblemente mayor en países en vías de desarrollo, pero los expertos recuerdan que, si se observan los datos a largo plazo, es el llamado «mundo occidental» el mayor culpable de la situación actual.

El consumo de carne fue una de las cuestiones más espinosas que saltaron al ruedo en el foro. La directora del Centro Vasco para el Cambio Climático, María José Sanz, durante la charla El papel de los rumiantes para la mitigación del cambio climático: lo bueno y lo malo, advirtió de que no hay que simplificar mensajes «que tienen una complejidad técnica, científica y social» son claves para entender el papel de los rumiantes en la lucha contra el cambio climático porque su contribución al cambio global es un asunto que «no es blanco o negro, es una escala de grises». Además destacó el hecho de que son muchas «las familias que dependen de las explotaciones ganaderas en el ámbito rural», que destacó que «simplificar el papel de la agricultura puede tener consecuencias que no son fáciles de inferir y que no solucionan el cambio climático».

«Se puede hacer mucho mejor, pero es fundamental basarse en la ciencia de forma razonada y entendiendo las claves», dijo. Esta investigadora, como recoge Efe, se refirió al consumo de la carne en España, para explicar que la dieta española era antes «mucho más equilibrada que la que tenemos ahora», por lo que anima a analizar las cifras del consumo de productos procedentes de rumiantes porque «no es tan alta como la gente se piensa; en nuestro país se consume más cerdo y aves».

Del mismo modo, Sanz ha asegurado que «no se pueden comparar» las emisiones de la agricultura en su ciclo de vida completo con el sector del transporte, porque «en el sector de la agricultura contabilizamos además el traslado de animales y, por tanto, se cuenta doble».

Su fórmula prioritaria para hacer frente al cambio climático es reducir las «emisiones del uso de combustibles fósiles» para, más tarde, «poder rebajarlos en ámbitos tan críticos como la agricultura o la ganadería», según Sanz.

«Te puedes coger todos los aviones que quieras para viajar a Bali o México, pero todo está bien si dejas de comer filetes»

En esta línea, para el investigador de la universidad de Helsinki, Pablo Manzano, el consumo de los combustibles fósiles es «el verdadero problema». Es «absurdo» el menosprecio a la carne porque «llevamos comiendo carne toda la vida y teniendo pastores desde hace miles de años y el clima nunca se ha visto afectado por eso».

«Te puedes coger los aviones que quieras para viajar a Bali o a México, pero todo está bien si dejas de comer filetes», ha matizado Manzano, quien señala que no se puede acusar a la ganadería extensiva del cambio climático porque los niveles de emisión de gases efecto invernadero son comparables a los que harían los grandes herbívoros antes de introducir más ganado. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU recomendó en uno de sus últimos informes una modificación en el modelo productivo del sector agroganadero y de alimentación como una de las vías para reducir las emisiones de efecto invernadero.

Frenar la degradación de los bosques 

Por otra parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, habló también de los bosques como «punto clave para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible». Lo hizo durante su intervención en la Reunión de Alto Nivel sobre bosques donde detalló el trabajo que realiza España en «la lucha contra los incendios forestales». La estrategia, dijo, se basa en «una tarea de restauración de las superficies afectadas por incendios» en la que ya se han invertido 24 millones de euros. 

Los bosques son los responsables de absorber el 11 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de España

Ahí recalcó que hay que poner freno a la degradación de los bosques. Recordó que el 54 % del territorio español es suelo forestal, lo que convierte a España en el tercer país de la Unión Europea en superficie forestal. Son estos bosques los responsables de absorber el 11 % de las emisiones de gases de efectos invernadero que emite el país. Motivo por el que el ministro destacó el compromiso español con los Acuerdos de París y con la «neutralidad climática», lo que supone emitir solamente lo que la Tierra es capaz de absorber.

Como colofón de su intervención recordó que la PAC para el período 2021-2027 tiene como prioridad la lucha activa contra la crisis climática: «Al menos el 40 % de los fondos tienen que tener una vinculación directa o indirecta en la lucha contra el cambio climático y en la preservación del agua, el suelo y el paisaje».