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La inteligencia artificial se cuela en la granja y en la finca

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN

SOSTENIBILIDAD

MARTINA MISER

Drones que sobrevuelan cultivos, sistemas que monitorizan la alimentación del ganado y cencerros con GPS para las vacas; las nuevas tecnologías han llegado al campo para quedarse

08 nov 2019 . Actualizado a las 16:55 h.

 Términos como Big Data, start-up o inteligencia artificial parece que chirrían cuando uno piensa en vacas o en plantar patatas. Pero la realidad es que las nuevas tecnologías llegaron al sector primario gallego hace tiempo. Y lo hicieron con intención de quedarse. Un reciente informe de la consultora PwC ponía de relieve que la agritech, o lo que es lo mismo, la tecnología aplicada al mundo agroganadero, movió el pasado año 15.230 millones de euros. Por eso no debería de extrañarnos que nuestras bodegas utilicen drones para saber cuándo vendimiar, que los granjeros empleen robots que ordeñan y alimentan a su ganado y que las vacas hayan cambiado el tradicional cencerro por un collar con GPS. Las smartfarming son ya una realidad.

Datalac es el nombre de un proyecto desarrollado por el Centro Tecnológico Agroalimentario (Cetal) de Lugo, entre otras entidades, que permite a los ganadores obtener directamente en su móvil los datos de los tanques de frío en los que guardan la leche para que, si hay alguna incidencia con la temperatura, reciban un aviso. En la empresa Altech, en cambio, cuentan con un sistema que permite monitorizar la alimentación de los rebaños, decidir cómo se hacen las raciones y ver el impacto que tienen en la producción. Y en Delaval trabajan a fondo con los robots de ordeño. Los más avanzados ya recogen datos de la alimentación que recibe el animal, de lo que este produce y de la calidad de la leche. Estos son solo algunos ejemplos de cómo el Big Data está presente en las granjas gallega. Cada vez son más las que cuentan con sensores y maquinaria que recopilan información, la analizan y ofrecen datos que ayudan a tomar decisiones y mejorar el rendimiento de una explotación.

Los collares con GPS son otro ejemplo más. Permiten conocer el recorrido que hizo el animal mientras este anduvo pastando, da aviso cuando abandona el recinto y hasta informa de la temperatura que tiene la vaca. Hay sistemas que incluso avisan de cuándo está en celo, lo que permite mejorar la fertilización.

Pero las tecnologías no afectan solo a los ganaderos. También en la agricultura se está introduciendo novedosos sistemas que trabajan con las mismas premisas: recopilar información que facilite el trabajo y, sobre todo, la toma de decisiones. Aresa, por ejemplo, es una empresa que facilita fertilizantes a la carta. En cuestión de minutos realizan una analítica de la parcela en cuestión y son capaces de fabricar, en un día, el fertilizante adecuado para reparar el terreno. Corteva-Pionner, en cambio, trabaja con los satélites. Utiliza la información que estos recopilan para controlar todo tipo de cultivos. Su sistema es sencillo, analizan todos los datos que reciben de una determinada parcela y los utilizan, por ejemplo, para saber qué zona precisa más riego o donde hay que abonar.

De forma similar funcionan los drones. Martín Códax es una de las bodegas que los ha incorporado como una herramienta más. Desde hace años, la organización de la recogida de la uva se realiza en función de la información que facilitan estos apartos. Mediante una serie de sensores, recogen información de la vid que permite, por ejemplo, saber cuándo la uva está madura. También, si en una parcela hay falta de agua o si la planta necesita un determinado tipo de irrigación. Y, aunque es en viticultura donde más se emplea este sistema, sirve para todo tipo de cultivos.

Siguiendo con la uva nos encontramos también las vendimiadoras mecánicas que, aunque en Galicia no se emplean demasiado, son ya una realidad en otras zonas de España. Recogen la uva de forma automática y mucho más rápida, lo que contribuye a mejorar la calidad del vino. Y en la Politécnica de Valencia están diseñando un robot que facilita la recogida de datos sobre el viñedo. La toma de muestras a mano es una labor tediosa que esta máquina puede realizar de forma autónoma con la ventaja de que, además, analiza los datos y ayuda al viticultor a saber si, por ejemplo, su viñedo precisa más agua porque tiene síntomas de estrés hídrico.

Información meteorológica

Pero si hay una información valiosa para los agricultores esta es la meteorológica, pues de ella depende en muchas ocasiones la expansión de las plagas o la aplicación de tratamientos. Por eso cada vez son más las aplicaciones que le permiten disponer de datos en tiempo real y directamente en el teléfono móvil. Un ejemplo es Osigris, una aplicación gratuita que facilita información del tiempo, ayuda a digitalizar el cuaderno de campo y permite avisar a los agricultores vecinos sobre la llegada de plagas. Porque las granjas y los cultivos gallegos, como todo hoy en día, también se pueden manejar desde el móvil.