Patrocinado porPatrocinado por

Día Mundial de las Abejas: Los europeos se lanzan al rescate

Cristina Porteiro
cristina porteiro CORRESPONSAL | BRUSELAS

SOSTENIBILIDAD

CSIC

Hoy se celebra el día mundial de un insecto cuyas poblaciones están amenazadas por el monocultivo, los pesticidas, los fertilizantes, el desarrollo urbano, los incendios y efecto del cambio climático

25 jun 2019 . Actualizado a las 16:31 h.

Las abejas son las protagonistas de una de las escenas más conmovedoras que nos legó el cine de los 90. Muy pocos habrán aguantado el llanto con la muerte del pequeño Thomas en la película Mi Chica (1991), atacado por un enjambre de estos bichitos polinizadores cuando trataba de recuperar el anillo de su amiga Vada. Si la obra se hubiera rodado hoy, posiblemente habría que sustituir aquella colmena de abejas por un nido de voraces avispas asiáticas, una de las múltiples especies invasoras que amenazan la supervivencia de estos antófilos en Europa.

La especie lleva décadas luchando contra la aparición de nuevos depredadores naturales y, por su puesto, batallando contra viejos y poderosos enemigos como la agricultura industrial, los pesticidas, fertilizantes, el desarrollo urbano, los incendios y el cambio climático. La contienda no está siendo favorable. Según las estimaciones más optimistas de Bruselas el 9,2% de las poblaciones de abejas en Europa están en peligro de extinción.

¿Existen motivos de preocupación? Por supuesto. Su desaparición podría dinamitar el frágil equilibrio de los ecosistemas teniendo en cuenta que un 84% de las especies vegetales y un 76% de los alimentos que producimos dependen de la polinización que hacen las abejas domésticas y salvajes. «En estos años, el declive de los polinizadores ha cosechado una atención pública creciente. El valor económico que genera la polinización en la UE es de 15.000 millones de euros anuales. Desafortunadamente, el valor del capital natural para nuestras economías y sociedades, a menudo no se refleja en las decisiones públicas y privadas», admitía en el 2014 la alta funcionaria de Medioambiente, Pia Bucella. Y no será por la falta de presión ciudadana. Esta misma semana Bruselas registró en sus cuarteles la Iniciativa Ciudadana ¡Salvad a las abejas!, para exigir a la Comisión Europea que legisle en favor de la protección de los hábitats de estos insectos. Entre otras medidas, se propone establecer objetivos obligatorios (convirtiendo la promoción de la biodiversidad en un objetivo general de la Política Agraria Común), reducir el uso de plaguicidas, prohibir los más nocivos sin excepciones, reducir eficazmente los nutrientes, establecer de forma efectiva zonas de conservación, fomentar la diversidad de los cultivos e invertir más en investigación y educación. A partir del 27 de mayo dispondrán de un año para reunir un millón de firmas de apoyo recabadas en siete países miembro diferentes. Si lo logran, la institución deberá pronunciarse en el plazo de tres meses.

La Eurocámara ha planteado destinar fondos de la PAC para el cultivo de flores apreciadas por las abejas en terrenos en barbecho

La Eurocámara ya hizo suya esta inquietud el año pasado al poner sobre la mesa de la Comisión una lista de demandas. La primera es la de utilizar los fondos de la PAC para premiar el establecimiento de superficies de interés ecológico o el cultivo de flores silvestres apreciadas por las abejas en los terrenos en barbecho. También sugiere examinar la posibilidad de introducir un nuevo régimen de ayudas para los apicultores en la nueva PAC, que solo dedica a la apicultura un 0,0003% de las ayudas. «La financiación de la Unión disponible no es suficiente para mantener la población de abejas y ayudar adecuadamente a los apicultores a renovar sus colonias», denuncia la institución.

En la carta de deseos también subraya la necesidad de que la UE y los gobiernos adopten medidas inmediatas (instalación de colonias, zonas de pecoreo y mantenimiento de hábitats naturales recuperando valiosas plantas forrajeras para las abejas como el aciano, la veza o el cardo) para poner en marcha una estrategia a gran escala y a largo plazo para la salud y la repoblación de las abejas. Ese esfuerzo también pasa, según el Parlamento Europeo (PE) por incentivar la siembra de plantas nectaríferas en terrenos baldíos y por suspender la autorización de aquellas sustancias activas presentes en los plaguicidas que pongan en peligro la salud de los insectos polinizadores, incluidos los neonicotinoides y los insecticidas sistémicos, cuyos efectos nocivos están reconocidos por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

La mortalidad de las abejas podría acarrear pérdidas de 150.000 millones de euros en la UE

Por el momento, la UE solo ha impuesto una restricción «temporal» al uso de cuatro insecticidas (clotianidina, tiametoxam, imidacloprid y fipronil), con el fin de reducir su impacto sobre las abejas, cuya mortalidad podría acarrear pérdidas de 150.000 millones de euros en la UE, según el Instituto Nacional de Investigación Agronómica francés. El equivalente al 10 % del valor de mercado de los alimentos. La última recomendación está abierta a todos los públicos. Y es que, aunque no está permitido en Galicia el uso de panales en zonas urbanas, la UE sí recomienda extender el cultivo de plantas con flores en jardines y zonas urbanas porque contribuyen a enriquecer las fuentes de alimentación de estos pequeños polinizadores en silencioso declive.