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El evidente tirón de las vacas

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

GANADERÍA

Miles de personas visitaron la feria de ganado de Castro Caldelas

11 sep 2024 . Actualizado a las 12:52 h.

Castro Caldelas recuperó en el 2022 la feria de ganado más antigua de Ourense. Lo hizo de manera tímida tras más de dos décadas sin poder celebrarla y la buena respuesta de los ganaderos y el público llevó en el 2023 a una edición en la que O Toural se llenó con más de doscientas cabezas de ganado. La previsión para ayer era superar aquella cifra y seguir creciendo, pero los brotes de enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) detectados en la zona desde el verano llevaron a rebajar las expectativas. Porque ya no es solo que algunos ganaderos prefirieran no mover el ganado, sino que muchos otros no pudieron hacerlo porque todavía tenían animales enfermos o porque el resto de su cabaña estaba sin sanear. Así que aunque los números fueron más modestos de los que se podían prever en el mes de mayo o junio, el centenar de cabezas de ganado y la afluencia del público justificaban la calificación de «verdadeiro éxito» otorgada por la alcaldesa, Sara Inés Vega, al evento.

La regidora defendió la importancia de mantener la feria para poner en valor un sector que no solo está generando empleo, sino que está atrayendo población y, de paso, colabora en la lucha contra el fuego, ya que cada vaca precisa contar con una hectárea de terreno al año para poder recibir ayudas de la PAC. Y terreno en el que pasta el ganado, terreno que no arde. También entre el sector había muchas ganas de feria, aunque fuese con números mermados. La ganadería es el sustento de muchas familias y cada vez son más los jóvenes que deciden incorporarse al campo y tener explotaciones grandes, como sucede en Castro Caldelas o Montederramo. Fueron algunas de las localidades presentes, pero también había ganaderías procedentes de otros puntos de la provincia como A Pobra de Trives. El objetivo era exhibir una pequeña muestra del ganado que se cría en Galicia y también poner en valor un sector importante en la economía rural.

Y el público respondió. La nave de O Toural fue un hervidero de gente durante toda la mañana y también se mantuvo el ambiente por la tarde. No solo de mirones, sino también de tratantes. Hubo subasta de novillas y se manejaron buenos precios, superando los 3.500 euros la más cara.

El aliciente vespertino estaba en el desfile de carros y yugos que recorrió la travesía y en el que los ganaderos emplean muchas horas de preparación. Ahora ya no se trabaja el campo con ellos, así que no están habituados a ir bajo el yugo, por lo que es preciso habituarlos en las jornadas previas. En el desfile participaron más de una docena de parejas, en su mayoría vacas pero también había bueyes, tirando de carros con las ruedas bien apretadas para conseguir que «cantasen» como antaño.

Rematada la cita con el ganado, la celebración continuó en la plaza con la verbena a cargo de la orquesta La Oca Band. Era el fin de las Festas dos Remedios.