La vaca Chucha es pudorosa y se niega a hacer caca en público en Cuntis
GANADERÍA
El que acertase dónde cagaba el animal se llevaba 15.000 euros. Pero no cagó ni dándole dos horas de tiempo para hacerlo
11 sep 2024 . Actualizado a las 23:52 h.Coches y más coches en el exterior hacían pensar que este domingo, como mínimo, jugaba el Real Madrid en Cuntis. Pero no. La afluencia enorme de personas en el campo de fútbol no se debía a ningún acontecimiento deportivo de primera magnitud ,sino a todo un espectáculo: el sorteo de A Caca da Vaca, es decir, el certamen en el que se iba a repartir un premio de 15.000 euros al que acertase con la parcela en la que cagaría el animal. Todo estaba perfectamente calculado y milimetrado. Se dividió el campo en 15.000 parcelas, tantas como rifas vendidas, había un topógrafo para hacer cálculos, la vaca, una rubia gallega bien bonita, estaba en el terreno de juego... parecía que nada podía fallar. Pero parece que nadie contó con que el animal, bautizado como Chucha, podía tirar de timidez y negarse a hacer sus necesidades en público por mucho que antes le hubiesen llenado bien el buche. Y así fue: Chucha no cagó pese a que se le dieron casi dos hora de margen para que lo hiciese. Así que el concurso tuvo que dar un giro de 180 grados.
En Cuntis confiaban en que el vientre de Chucha diese una alegría rápido, tal y como pasó en una parroquia de Vilagarcía hace poco tiempo, donde hicieron un concurso idéntico y la vaca elegida para hacer caca en público tardó menos de cinco minutos en colocar su pastel sobre la casilla ganadora. Pero se ve que Chucha es pudorosa y no quiso hacer lo mismo en Cuntis.
El sorteo comenzó a las 20.30 horas. El campo de fútbol rebosaba de espectadores. Y los organizadores, tanto la asociación Belle Èpoque como el Atlético de Cuntis, que estaban encantados porque lograron vender 15.000 rifas a un precio de tres euros, confiaban en que la cosa se resolviese rápido. Pero comenzaron a pasar los minutos y Chucha iba a la suya, sin dar muestras ni de un pequeño retortijón. Se pidió entonces silencio al respetable, que mantuvo la boca cerrada de forma impresionante para ver si así el animal se concentraba. «Non queriamos poñela nerviosa», dice Begoña, una de las organizadoras, entre risas.
Pero no hubo manera con la res. Se le dio de margen casi hasta las diez y, ya de noche cerrada, la organización tuvo que tomar una decisión. «Estaba todo pensado, tiñamos un plan B por se fallaba a vaca e había que resolver o concurso doutra maneira». ¿Qué se hizo? Se puso a unos rapaces a jugar al fútbol, se determinó una duración del juego y se decidió que la parcela ganadora sería aquella en la que estuviese el balón en el momento del pitido final. Y esa fue exactamente la casilla número 2.683.
Fue conocerse el dígito y que en las gradas dos mujeres, vecinas de Cuntis, saltasen de emoción. Eran Mari Carmen y María José, que habían participado a medias —junto con el hijo de una de ellas— en el sorteo y que tenían la papeleta ganadora. Hubo aplausos por doquier y alegría por el hecho de que el premio quedase en casa, en el municipio cuntiense, y que además le tocase a alguien que estuviese en el público —no era obligatoria la presencialidad— para poder celebrarlo al minuto.
Mari Carmen estaba este lunes aún emocionada. Contaba que su amiga y ella compraron primero rifas por internet y el sábado adquirieron otras en un bar, que fueron las que les acabaron dando la suerte. Tienen que repartir entre tres, pero aún así están bien contentas con el pellizco que les tocó. ¿En qué lo van a gastar? Mari Carmen lo tiene claro: «O que queremos é facer unha viaxe, irnos a calquera parte unha semaniña e desconectar».