Corteva Agriscience presenta en Ganadería Sar, en Touro, una herramienta que calcula el momento óptimo para lograr que el maíz tenga un 35% de materia seca
04 sep 2024 . Actualizado a las 09:43 h.El cambio climático está alterando los ritmos de las cosechas. Cualquier agricultor o ganadero es consciente de la complejidad que supone gestionar la actividad agrícola en un contexto climático tan inestable, pero para eso están las matemáticas. Ayer técnicos de Corteva Agriscience, una de las compañías cotizadas del sector agrícola más grandes del mundo, demostraron en la Ganadería Sar, en el concello coruñés de Touro, durante el II Forum Pioneer sobre nutrición animal, como esta ciencia aplicada puede ayudarles a resolver una de las grandes preguntas que cada año se hacen los responsables de las explotaciones lácteas de la comunidad, cuándo es el mejor momento para cosechar el maíz para obtener el porcentaje de materia seca más adecuado para su ganado. Porque las matemáticas son las que están detrás de un modelo predictivo que indica cuál es el momento óptimo para recoger y picar el maíz con el que luego han de hacer el ensilado con el que alimentarán sus vacas.
La herramienta, Harvest Tool, está dentro de la aplicación Granular Link a la que todos los clientes de la compañía pueden acceder de forma gratuita, fue presentada ayer en Touro: «El modelo matemático que utiliza esta herramienta analiza la respuesta del híbrido de maíz utilizado por los agricultores o ganaderos de una determinada zona a los parámetros climatológicos que afectan a la zona en la que está la plantación y también el estado en el que se encuentran las parcelas. De ese modo predice el momento óptimo para obtener un maíz con un 35% de materia seca», explica el responsable de márketing digital de Corteva Agriscience, Jorge Martínez Guanter. Pero como hay ganaderos que prefieren que el cereal tenga en lugar de un 35% de materia seca, un 33% o un 37%, «basta con que lo pongan en la aplicación para que esta haga sus cálculos».
La idea es ayudar también a la gestión de las granjas, dado que esta predicción permite hacer una planificación previa de la cosecha. No solo eso porque también puede ayudar a calcular cuándo se precisa determinada maquinaria para recoger la cosecha.
Capturar nitrógeno del aire
No fue lo único que descubrieron los ganaderos que se acercaron hasta Touro. Allí también pudieron comprobar cómo las plantas del maíz también pueden capturar el nitrógeno que precisan del aire. Porque Corteva, tras años de investigación en colaboración con un equipo de Murcia, ha logrado desarrollar un bioestimulante, Blue N, que permite a la planta nutrirse de ese modo. ¿Cómo puede hacer esto? «Este producto que se aplica en las hojas dispone de unas bacterias que generan colonias. Su metabolismo les permite capturar el nitrógeno del aire cuando la planta lo precisa», explica Jorge Martínez.
Aunque las semillas híbridas adaptadas a las características de cada territorio son uno de los fuertes de Pioneer, marca de Corteva Agroscience, los productos biológicos como este son el camino en el que se está adentrando la compañía. Todo en línea con los cambios de legislación a los que se enfrenta la agricultura para tratar de frenar el calentamiento global.
Pero como de lo que se trataba era de hablar de alimentación animal, en el encuentro también se deslizaron las ventajas de algunos de inoculantes desarrollados por la compañía: «Son unos productos que se aplican al maíz picado antes de hacer el ensilado. Lo que hacen es mejorar la digestibilidad de la fibra y asegurar una buena fermentación. Además, aceleran la estabilidad aeróbica, por lo que el silo puede abrirse en solo 7 días, frente a los 30-40 de otros productos».
En definitiva, que resolver los problemas a los que se enfrentan los agricultores o ganaderos con el cambio climático es también una cuestión de matemáticas.