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Dinamarca cobrará a los ganaderos por los pedos de sus vacas, ovejas y cerdos

Andrea Gantes MADRID / COLPISA

GANADERÍA

ROI FERNÁNDEZ

A partir de 2030, el país escandinavo impondrá un impuesto por los gases de efecto invernadero que emiten las flatulencias de estos animales

28 jun 2024 . Actualizado a las 23:14 h.

Parece ser que el país escandinavo tiene buen olfato para los impuestos. El Gobierno danés pretende imponer a los ganaderos un «impuesto sobre las flatulencias» de sus vacas, ovejas y cerdos. La medida se debe a que las necesidades fisiológicas de estos animales emiten cantidades considerables de metano, gas que contribuye al efecto invernadero del planeta, una de las principales preocupaciones del cambio climático.

La propuesta del Gobierno socialdemócrata de Mette Frederiksen ha contado con el apoyo del sector y se espera que sea aprobada por el Parlamento nacional. De ser así, y nada indica lo contrario tras el amplio consenso alcanzado, el impuesto se comenzará a cobrar a partir del 2030.

El ministro de Impuestos, Jeppe Bruus, declaró que el plan nace con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del país en un 70 % para el 2030. «Daremos un gran paso hacia la neutralidad climática en el 2045», declaró Bruus, añadiendo que Dinamarca «será el primer país del mundo en introducir un impuesto real sobre las emisiones de CO2 en la agricultura». Además, cuenta con la esperanza de influenciar a otros países.

40 euros por tonelada de dióxido de carbono

Los ganaderos daneses deberán pagar 300 coronas danesas, lo que equivale a 40 euros, por tonelada de dióxido de carbono, una cantidad que en el 2035 aumentará a 750 coronas, que son 100 euros. Sin embargo, a causa de una deducción del 60 % del impuesto sobre la renta, el coste real por tonelada será de 120 coronas (16 euros) y aumentará a 300 coronas.

Según datos de Statistic Denmark, el país contaba con 1,4 millones de vacas en junio del 2022, y cada una de ellas produce aproximadamente seis toneladas de CO2 al año. A pesar de que las ovejas y los cerdos no «contaminan» tanto como las vacas, también han sido incluidos en la propuesta.

Con el dinero recaudado, Dinamarca pretende luchar contra el cambio climático en otros ámbitos, ya que en este no se puede hacer mucho al respecto. El Gobierno destinará 5.300 millones de euros para reforestar 250.000 hectáreas de tierras agrícolas antes del 2045, generar una reserva de 140.000 hectáreas de tierras bajas para el 2030 y comprar explotaciones para reducir las emisiones de nitrógeno. Medidas que en conjunto reducirán las emisiones en 1,8 millones de toneladas de CO2.

A pesar de meses de protestas de agricultores de toda Europa contra las medidas y normativas de mitigación del cambio climático que, según defienden, les están llevando a la quiebra, el acuerdo se alcanzó este lunes entre el Gobierno de coalición y los representantes de los agricultores, la industria y los sindicatos.

La Sociedad Danesa para la Conservación de la Naturaleza, por su parte, caracterizó el acuerdo fiscal de «compromiso histórico». «Hemos logrado alcanzar un compromiso sobre el impuesto de CO2, que sienta las bases para una industria alimentaria reestructurada», declaró la directora de la mayor organización medioambiental del país, Maria Reumert Gjerding.

La ganadería, responsable del 32 % de las emisiones de metano

El efecto invernadero es una de las grandes preocupaciones de todos los países. Por sorprendente que pueda parecer, de acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la ganadería es responsable del 32 % de las emisiones de metano de origen humano. El metano atrapa unas 87 veces más calor que el dióxido de carbono en una escala temporal de 20 años, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

Nueva Zelanda, por ejemplo, trató de imponer un impuesto similar para el 2025, pero este no llegó a entrar en vigor a causa de la oposición del sector agrícola y el cambio de Gobierno en el 2023.

En España también se ha debatido al respecto, y el Centro de Investigaciones Agrarias de Galicia, comunidad que alberga al 41% de las vacas lecheras del país, ya esta trabajando en una solución alternativa que consiste en cambiar la dieta de estos animales.