Patrocinado porPatrocinado por

El Porco Celta se hace jamón y hamburguesa

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Cedida

Cada vez son más los criadores de esta raza que cierran el ciclo y comercializan sus productos

11 jun 2023 . Actualizado a las 20:41 h.

Uno de los principales problemas que afrontan los ganaderos gallegos es que, en ocasiones, no encuentran quién les pague un precio justo por los animales que crían. O que lo que le ofrecen tratantes y mataderos no es suficiente para cubrir los costes de sus producciones. Sucede esto, sobre todo, con animales de alto valor añadido, que se crían en libertad y con mucho mimo, como el Porco Celta. En la asociación de Criadores de Raza Porcina Celta (Asoporcel) están detectando que cada vez son más los ganaderos que apuestan por comercializar sus propias producciones. No solo ofrecen diferentes cortes, sino también preparaciones más elaboradas que cada día tienen más clientes. El Porco Celta se puede encontrar ya en chorizos y jamones, pero también en hamburguesas.

Anabel Acea, de Cedeira, empezó hace solo un año a criar Porco Celta. Su primera idea era dedicarse a la venta de lechones para su futuro engorde, «pero cambiamos de idea cando vimos que os podías vender no noso restaurante, é a maneira máis rendible», cuenta. Así que, ahora, en la carta de este establecimiento se puede pedir lechón entero al horno, de entre siete y ocho kilos, o sus lacones, costillas y jamón, que sacan de animales más grandes. Pero también han incorporado en sus menús los chorizos, la presa y el solomillo de esta raza, que le compran a la carnicería Hermelino. Ahora están ya pensando en hacer sus propias salchichas porque tiene claro que sus clientes buscan «produtos criados nun entorno e cunha alimentación natural», afirma.

Embutidos Hermelino, en Alfoz y donde Acea abastece su restaurante, es una empresa familiar que comercializa productos a base del Porco Celta que ellos mismos crían. Tienen salchichón y salados, aunque la elaboración estrella es, sin duda, el chorizo, además de todo tipo de cortes al natural, como la cinta de lomo o el secreto. Su producción la venden a través de su carnicería, la mitad a particulares y, la otra, a restaurantes. Estos últimos piden también las hamburguesas, albóndigas y salchichas en las que convierten al Porco Celta.

Juan Hervella lleva ya veinte años criando Porco Celta y, hace un década, se encontró con la oportunidad de hacerse con una empresa de embutidos. No lo dudó. Primero se hizo cargo de esas instalaciones y, actualmente, se trasladó a Manzaneda, donde ha abierto unas nuevas. Vende sus embutidos, desde chorizo a androlla y botelo, también cura jamón y elaboraciones saladas, además del pigureiro, similar a la androlla pero con tripa ciega. Sus clientes están en carnicerías de Ourense y en la plaza de abastos de esta localidad y de A Coruña.

En el cafe-pub Abuelo, de Muimenta, también se venden productos de Porco Celta. Eso es porque su propietario, Fernando Saavedra, decidió empezar a criar estos animales en el confinamiento y, desde el principio, apostó por la venta directa, «para evitar intermediarios e darlle un maior valor a un animal que crías en extensivo e de maneira artesanal», cuenta. Vende de todo, desde embutidos a productos frescos, pasando por los salados, aunque reconoce que «o que máis demanda ten son os xamóns e os chourizos, porque a verdade están impresionantes», asegura.

También en la carnicería Eurolemos, de Monforte, se vende la carne de esta raza. Y es que Ramón Vázquez, su propietario, decidió empezar a criar, hace quince años, sus propios animales. En fresco o curado, vende toda su producción «porque a xente que ven comprar son expertos en calidade», afirma. De hecho, su favorito es «un bo bocata, de pan bo e embutido Celta».

A Nando López, de Celtagal (Mondoñedo) fueron los particulares interesados en comprar canales los que le llevaron a dar el paso a la comercialización. Ahora, sus pedidos llegan a Barcelona, Madrid y Sevilla, entre otras ciudades de España, y por eso está pensando en crear una tienda online. Además, está ya preparando nuevos productos, como un lomo curado adobado en hierbas de San Juan o una hamburguesa mixta de Porco Celta y raza Cachena.

«Eu empecei a comercializar porque é unha maneira de facer máis rendible esta raza», asegura Laura Sánchez, de A Casa da Rúa, en Oza-Cesuras. Ahora, en ferias y a través de internet vende todo tipo de productos de Porco Celta y está pensando ya en poner una página web. En Zampacelta, de Friol, presumen de ser pioneros elaborando las hamburguesa s y la cabeza prensada de Porco Celta. Aunque sus clientes están en la zona de la costa, su web y las redes sociales les han permitido llegar hasta el País Vasco y Madrid. Y en Granxa o Cibrao se lanzaron a la comercialización «porque moita xente vía o sistema de cría que temos e preguntábamos onde comprar produtos», explica José Vega, su propietario. Así que sin tienda online ni redes sociales, vende su producción a la gente de la zona .

«Din o paso á comercialización porque vin un bo nicho de mercado e a forma de darlle un beneficio á explotación con produtos de calidade», cuenta Fernando Calviño, de CMF Celtaporc. Empezó a criar esta raza en el 2015 y, ahora, vende todas las partes del cerdo, aunque reconoce que lo que más demanda tiene son los embutidos. En Celtas da Ulloa, en cambio, dieron el paso hacia la venta directa «porque queremos ter controlado todo o proceso e que o produto chegue nas mellores condicións ao cliente», explican. Sus clientes, sobre todo, son restaurantes gallegos y, en menor medida, particulares. En CienPorCel, de Cenlle, ya planificaron la fase de comercialización cuando empezaron a criar Porco Celta y ahora ponen en los mercados la carne salada de forma natural, los embutidos sin conservantes ni colorantes y una línea innovadora, la rabiosa, que hacen con pimentón gallego. Todo lo venden en el mercado online, las tiendas gourmet y en las ferias a las que asisten.

La cooperativa Tres Fuciños, de Carballedo, ha conseguido llevar el Porco Celta hasta la gran distribución y sus productos, en fresco o embutidos, se pueden encontrar en algunos supermercados. También surten a particulares y restaurantes. «Moita xente dinos que o noso produto lle recorda ao que facían os seus avós», cuentan. Y es que sus clientes, aseguran, buscan animales criados en libertad, tradición y proximidad, y valoran lo natural y volver al origen. Premisas todas ellas que cumple la cría de esta raza autóctona de Galicia, el Porco Celta.