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La limitación al movimiento de ganado en Castilla y León atrapa a los ganaderos gallegos

La Voz

GANADERÍA

ALBERTO LÓPEZ

Muchos profesionales habían adquirido animales que ahora no pueden sacar de la comunidad vecina tras el cierre inmediato decretado por el Ministerio de Agricultura

05 jun 2023 . Actualizado a las 21:00 h.

La decisión del Ministerio de Agricultura de limitar el movimiento del ganado bovino en Castilla y León de forma inmediata ha cogido por sorpresa a los ganaderos gallegos. Algunos de ellos habían adquirido animales en la comunidad vecina la pasada semana y ahora no saben qué va a pasar con ellos. «Merquei vacas de vida e agora non podo traelas para Galicia», cuenta Miguel, un ganadero de Ourense que asegura que son muchos los que se encuentran en su situación. El problema, explican en la asociación de tratantes de ganado gallegos, es que la medida se tomó de un día para otro, sin dejar margen para solventar las operaciones que ya estaban en marcha.

«Cando hai cambios deste tipo, normalmente dan un día ou dous para que entren en vigor», explican los tratantes gallegos. En este caso no ha sido así. La orden del Ministerio de Agricultura que limita el movimiento de ganado bovino en Castilla y León fue publicada en el Boletín Oficial del Estado del lunes por la mañana. Y ese mismo día entraba en vigor prohibiendo el movimiento de animales entre esta comunidad y el resto de España. De esta medida solo se libraban las provincias de Valladolid, Burgos y León, que fueron declaradas libres de la enfermedad. Pero la decisión« sin precedentes» del ministerio provocó que «a xente que tiña alí mercado gando non puidera traelo porque non llo autorizan», añaden. También explican que la medida sorprendió a todo el sector, sobre todo, «porque a quen lle complica a vida é aos gandeiros da zona», aseguran.

Teniendo en cuenta que una de las provincias afectadas por este cierre es la de Zamora, la medida está teniendo especial incidencia entre los ganaderos ourensanos, que son los que acuden a la comunidad vecina a comprar animales. Miguel es uno de ellos, que el lunes por la mañana se encontró con que no podrá traer a Galicia el lote formado por entre 15 y 20 vacas de vida que adquirió la semana pasada. «Os animais están totalmente saneados e lle ían poñer a vacuna da lingua azul, pero por un pique entre administracións, non os podo traer», lamenta. 

Según la normativa del Gobierno, solo están autorizados los movimientos de ganado fuera de Castilla y León si van con destino al matadero o si van a cebaderos bajo estrictos requisitos de sanidad. Pero en ninguno de esos supuestos se enmarca el ganado de Miguel. «O que eu merquei son vacas paridas, que non van a cebadeiro», cuenta. Así que, por ahora, no sabe qué sucederá con esos animales, pues no dispone de las guías necesarias para traerlos a Galicia, 

Miguel cuenta que, hasta hace unos meses, eran muchos los ganaderos gallegos que iban a la comunidad vecina a buscar los terneros de cebo, «porque os prezos eran moito máis baixos». Sin embargo, como estos han subido ahora este comercio entre comunidades es bastante menor. Aún así, considera que son muchos los ganaderos gallegos que se han visto atrapados en esta situación, pues en esa comunidad está también el mercado de Salamanca, a donde acuden muchos profesionales a comprar. Por eso confía en que las diferentes administraciones implicadas en el problema se pongan de acuerdo y lo solventen cuanto antes. «Teñen que ter uns criterios uniformes e iguais para todo o mundo e espero que esta situación se solvente rápido», insiste. 

Las pruebas de la tuberculosis, el origen del problema

El origen del problema, cuentan los ganaderos gallegos, está en las pruebas de la tuberculosis bovina. En Castilla y León se estaban detectando muchos animales que daban positivo a la enfermedad en las pruebas iniciales, pero que una vez sacrificados daban negativo a la presencia de la enfermedad. Eso indignaba a los ganaderos castellanos, que veían como sacrificaban animales que después resultaban estar sanos. Ante esa situación, la Junta de Castilla y León decidió flexibilizar las medidas de control de la enfermedad, lo que indignó al ministerio que, a su vez, tomó una decisión sin precedentes y limitó el comercio de animales en la comunidad de forma inmediata.

El ministerio considera que si se permite a la Junta de Castilla y León aplicar sus medidas de flexibilización de los controles, esto podrían poner en riesgo el estatus sanitario de la cabaña ganadera tanto en esa comunidad como en el resto de España. Los ganaderos, por su parte, recuerdan que el origen del problema está en que, actualmente, no existe una prueba que detecte con un 100 % de seguridad la presencia de esta enfermedad. «Só se pode saber cando se mata ao animal. Eu estou dacordo con que se un animal da positivo hai que sacrificalo, pero cando o resultado é dubidoso creo que deberían ter dereito a repetir a proba», añade Miguel. 

Este ganadero recuerda que se tarda entre dos y tres años en criar una vaca y que «os nosos animais son algo moi prezado para nos, porque vivimos deles», explica. Por eso cuando toca sacrificarlos, al ganadero le duele, sobre todo, si se comprueba que al final no había razón alguna para ello porque la prueba que determinó que esa vaca estaba enferma era, en realidad, un falso positivo. También consideran que parte del problema que se ha creado en la comunidad vecina se debe a intereses políticos y a que en la Junta no gobierna el mismo partido que en el Gobierno central.