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Los ganaderos empiezan a vender sus vacas por el bajo precio de la carne

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

Vacas en una explotación de ganadería ecológica en Riotorto.
Vacas en una explotación de ganadería ecológica en Riotorto. PALACIOS

Los productores siguen concentrándose en Lugo por la situación del sector, que amenazará directamente la vida en el rural

04 ene 2024 . Actualizado a las 14:35 h.

La situación de los criadores de Ternera Gallega Suprema está marcada por la venta a unos precios que en muchos casos se sitúa por debajo del coste de producción. La situación está empezando a provocar que ganaderos se deshagan de animales por no poder asumir el coste del mantenimiento en estos momentos.

Santiago Rego —presidente de la Asociación Galega de Gandeiros da Suprema, que protagonizó el martes una manifestación en Lugo ciudad, con inicio en el polígono de As Gándaras y final ante el multiusos de la Xunta— explicaba este miércoles que esa cuestión puede acabar causando un descenso de la cabaña de Ternera Gallega Suprema, ya que los animales se venden para sacrificio y no se realiza reposición.

«Vendín vinte vacas. Tiña previsto aumentar, pero chegou isto e houbo que parar»

Un ejemplo de esa situación es el que representa Carlos Prieto, ganadero de O Cádavo (Baleira). «Vendín vinte vacas. Tiña previsto aumentar, pero chegou isto e houbo que parar», decía. Las 90 vacas se redujeron a 70, pero además el dinero logrado por la venta de los animales no se dedicará a inversiones en la explotación.

Con 35 años y continuador de una explotación que ya pusieron en marcha sus padres, reconoce que si el precio de los animales fuese más alto, aumentaría la cabaña, pero la realidad actual está muy lejos de esas expectativas. «En lugar de recriar, xa estou diminuíndo», decía ayer sobre la reducción de reses. «Xa non recrío. Para que queres ter eses animais?», se lamentaba.

La protesta que ganaderos de carne protagonizaron el martes en Lugo —con más de mil personas, procedentes de diversas comarcas de Lugo y de otras zonas de Galicia— tuvo este miércoles continuidad, aunque de otro modo. Por la mañana y, sobre todo, por la tarde, algunos se concentraron ante la Subdelegación del Gobierno y ante el multiusos de la Xunta, adonde ya acudieron durante la protesta del martes.

Aunque quienes se desplazan a Lugo dedican solo unas horas a esas protestas, no hay fecha concreta para el final. Por un lado, Santiago Rego aseguraba que tanto la Xunta como el Gobierno central deberían reaccionar ante las reivindicaciones del sector. Por otro, entre ganaderos concentrados se observaba disposición a emprender nuevas movilizaciones si no hay respuesta.

Dos ganaderos de Baleira (Carlos Prieto, en primer término, y Adolfo Valiño, detrás) y dos ganaderas de Vilalba (Alicia González y Mónica García, de izquierda a derecha, detrás), ante la Subdelegación del Gobierno en Lugo este miércoles.
Dos ganaderos de Baleira (Carlos Prieto, en primer término, y Adolfo Valiño, detrás) y dos ganaderas de Vilalba (Alicia González y Mónica García, de izquierda a derecha, detrás), ante la Subdelegación del Gobierno en Lugo este miércoles. PALACIOS

Demanda de más fondos en las primas de la PAC para acercarse a los criadores de vacuno de leche

La necesidad de un mayor precio por la carne en origen, que por lo general se sitúa en 5,60 o 5,70 euros el kilo, no es la única demanda que los ganaderos plantean con claridad. Otra que exponen es la necesidad de que se eleve la cuantía de las primas por vacas nodrizas que se perciben dentro de los fondos de la Política Agraria Común (PAC).

Por cada vaca reproductora, un ganadero recibe unos 85 euros. Santiago Rego recalcó ayer que esa cuantía debería elevarse para acercarla a lo que percibe el sector de la ganadería de leche. Los ganaderos del sector lácteo reciben en torno a 130 euros por cada res nodriza: esa cantidad fue actualizándose en los últimos años, mientras que en el vacuno de carne, como lamentó Rego ayer, está estancada desde la pasada década.

Las protestas de los ganaderos se han hecho más evidentes cerca de un momento en el que el precio de la carne debería iniciar una subida. El final de la primavera y el verano suelen ser un período de cierta alza de precios, ya que las fiestas, la celebración de banquetes por bodas o por comuniones y la llegada de turismo elevan el consumo. Algún ganadero recordaba ayer que entre el final de Navidad y la Semana Santa solía estar el momento del año de cotizaciones más bajas, aunque entre otros, presentes en las concentraciones que se mantenían ayer en Lugo, se percibía un cierto escepticismo ante una subida de los precios en próximas semanas.

«Cunha explotación pequena, de corenta ou cincuenta vacas, hoxe non se vive»

Carlos Prieto, Adolfo Valiño, Alicia González y Mónica García dejaron ayer por la tarde sus ocupaciones como ganaderos —ellos son de O Cádavo (Baleira), y ellas, de Goiriz (Vilalba)— para continuar las protestas que el martes se llevaron a cabo en Lugo. Fuese por vocación, por interés en continuar el proyecto de la familia o por convicción sobre la rentabilidad, los cuatro hicieron de la ganadería su actividad económica. La situación actual, con unos precios que consideran iguales que los de hace treinta años, enfría sus intenciones.

«Que eu recorde, este é o peor momento polo custo de produción», decía Carlos Prieto, pesimista además sobre un cambio a corto plazo. «E se non cambia, haberá que pechar», agregaba. Como otros ganaderos, él sufrió también los ataques del lobo, que le mataron dos becerros y le hicieron variar de costumbres: construyó un establo para que los animales estén de noche resguardados.

Mónica García también decidió apostar por la ganadería y mantener la actividad familiar. «Incorporeime e seguín», recordaba. Tiene 40 vacas y dudas sobre si hoy tomaría la decisión de dedicarse a la ganadería. «Cunha explotación pequena, de corenta ou cincuenta vacas, hoxe non se vive», subrayaba Carlos Prieto. «Pensábase que se podería vivir...», comentaba Alicia González. Entre tanto escepticismo, una mujer que pasó ayer por la tarde les expresó su apoyo, les reconoció que no había podido ir a la manifestación y alabó su función en la sociedad. «É cuestión de lóxica», decía, agradecido, Adolfo Valiño.