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Galicia empieza a rapar a sus ovejas

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Alejandro Camba

Hasta el mes de junio, cuadrillas de esquiladores recorrerán las granjas para sacar la lana a los más de 152.000 ovinos que existen en la comunidad

19 abr 2023 . Actualizado a las 19:27 h.

Desde hace ya unas semanas, las cuadrillas de rapadores recorren las granjas de ovejas gallegas. Su misión es la de esquilar a las 152.000 cabezas de ovino que, según datos de la Consellería do Medio Rural, se crían en esta comunidad para liberar a los animales de toda la lana que les hace pasar un mal rato ahora que las temperaturas han subido. Hasta hace unos años, estos profesionales venían, en su mayoría, de fuera de la comunidad, pero ahora ya empieza a haber cuadrillas gallegas, como los Rapadores da Montaña Lucense, que colaboran con la asociación de Criadores de Ovino y de Caprino de Galicia (Ovica).

«Depende da climatoloxía pero a campaña soe empezar en marzo nas zonas de Galicia onde fai máis calor. O máis gordo chega entre abril e xuño e despois moitas das cuadrillas marchan para o estranxeiro», explica Amaia Santamarta, técnico de Ovica. Lo normal es que esta tarea se inicie en el interior de Lugo y Ourense para, posteriormente, irse desplazando hacia la costa y el norte de la comunidad. El problema de Galicia es que existen 16.300 explotaciones de diverso tamaño y que están muy repartidas, lo que obliga a los rapadores a organizar muy bien el trabajo para poder atenderlas a todas. «Non é doado porque hai un mundo de explotacións pequenas e téñense que ir organizando», añade Santamarta.

A partir de junio, los grupos más grandes de esquiladores dejan la comunidad para viajar a otros países europeos y aquí solo quedan algunos profesionales sueltos, «porque dependen de onde estea a explotación poden facer unha segunda rapa en setembro ou por cuestións de enfermidade», cuentan en Ovica. La mayoría de los esquiladores sigue viniendo de fuera, en muchos casos, de otros países europeos. «Antes sempre viñan de fóra pero, desde hai uns anos, empezou a formarse a xente que había aquí e formaron grupos que agora están traballando en Galicia e despois marchan para o estranxeiro, para países como Italia», explican en Ovica.

El precio de la esquila

Los costes que este proceso tiene para los ganaderos son muy variables y dependen, siempre, del tamaño de la explotación. Así, en una granja con más de 300 ovejas se pueden pagar entre 1,6 y 1,9 euros por animal, mientras que en las más pequeñas, donde solo hay una decena de animales, el precio sube hasta los 3,40 euros. Trasquilar cada oveja les suele llevar poco más de un minuto, por lo que lo normal es que en una sola mañana sean capaces de rapar a todas las ovejas de una explotación de tamaño medio, dejando a los animales listos para afrontar el verano y la consecuente subida de temperaturas.

Una mañana para trasquilar a las 500 cabezas que cría A Ciruxana

Hoy es día de rapa en A Ciruxana, una explotación en ecológico que cría medio millar de ovejas de raza gallega en Vilariño de Conso. Hasta la granja se han desplazado un total de tres esquiladores, que en cuestión de horas darán por terminado el trabajo. «Esto es un espectáculo, trabajan a un ritmo que parecen máquinas», cuenta Teté Mareque, una artesana textil que también está presente en esta actividad porque ella se encargará de recoger toda la lana que salga de estos animales. A Ciruxana es una de las pocas granjas gallegas que tiene asegurado quién le va a recoger lo que saldrá de la esquila y, además, va a conseguir que le paguen por ella.

La lana gallega se ha convertido en un residuo y muchas granjas no encuentran quién les recoja este producto y, mucho menos, quién le pague por él. A Ciruxana es una excepción. «Os esquiladores van rapando e Teté vai seleccionando as pezas que máis lle interesan, para escoller solo o mellor», cuenta Xoán González, responsable de esta explotación. Explica que ellos contratan el esquilado siempre en estas fechas, porque es cuando mejor les viene por cuestiones de manejo, ya que en breve comenzarán los partos. No tienen que hacer preparativo alguno, «vamos metendo as ovellas en grupos de 80 e 90» y los esquiladores hacen su trabajo. «Tardan un minuto ou minuto e pouco en rapar a cada ovella», añade. Ahora «quedan preparadas para o verán, para que non pasen calor».

«Son unos profesionales, quitan toda la piel entera en un minuto y la lana está espectacular», explica Mareque, quien atribuye la calidad de este producto al manejo que Xoán hace de sus animales. «Se nota cuando están bien cuidados», sostiene. Al terminar, se desplazará al lavadero, para iniciar el proceso que le permitirá conseguir un hilo de calidad a base de la lana de oveja gallega con el que trabajarán varios artesanos gallegos.