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«Vexo ao lobo cada pouco, e máis dun»

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

GANADERÍA

PACO RODRÍGUEZ

José Ramón Rodríguez, ganadero de Rois de una explotación extensiva que perdió su vaca más preciada y a su cría, reclama medidas preventivas y de apoyo al sector

02 abr 2023 . Actualizado a las 10:43 h.

«Navarra era unha vaca ganadora de concursos e chegaron a ofrecerme por ela seis mil euros, pero era a mascota dos meus rapaces que subían nela e a paseaban». Cargado de tristeza, José Ramón Rodríguez Tubío, titular de la explotación Rodríguez Pena en A Cabanela (Rois), se refiere con resignación a este ejemplar de raza Blonde Aquitania con el que consiguió dos primeros premios nacionales y que murió desangrada por el ataque de un lobo esta misma semana.

Navarra parió en el prado en el que permanecía con los demás ejemplares de su explotación y con varios mastines, la raza capaz de proteger al ganado del depredador, pero que en esta ocasión no pudo hacer su trabajo porque, explica el ganadero, «cando van parir buscan un sitio apartado, e ela tivo a mala sorte de que o lobo estaba aí, e matouma. Se chego a intuír que se ía poñer de parto estaría con ela noite e día», lamenta.

Que el lobo aceche a sus animales es la norma, porque sus reses pastan cada día en los prados acondicionados para ello, también con tolvas de pienso para garantizar que no les falta alimento. Con unas 130 cabezas, las vacas amamantan a sus becerros hasta los siete meses y, superado este tiempo, con tres meses más para seguir alimentándolos, algunas reses las vende para carne con la categoría de Ternera Gallega Suprema. Sin embargo, este ganadero intenta mantener la mayoría de las vacas para incrementar su cabaña y algunos machos los vende para recrías.

PACO RODRÍGUEZ

José optó por la ganadería extensiva hace cinco años, cuando dejó de trabajar como transportista de madera. Decidió profesionalizare en la ganadería extensiva porque sabe que es lo suyo, pero reconoce que no le ve futuro. «O custe de produción dun becerro de carne está en 6,20 euros, e a nós ninguén nos paga esa cantidade, e tes que ter en conta que, se as cousas van ben, só podes ter un becerro por vaca por ano», explica. 

Rois, excluido de ayudas

La ganadería extensiva, por la que él apostó, ha visto mermadas las ayudas económicas que presta de la UE con la nueva PAC (Política Agraria Común) y en el caso de Rois la situación es aún peor, porque este municipio está excluido de las nuevas medidas para la ganadería que él practica, y que suponen un apoyo de 75 euros por hectárea en zonas de riesgo de ataques de lobo.

«Esta explotación está ao lado de Lousame e aí si que teñen esas axudas», por lo que se pregunta cómo se estableció este baremo, que también afecta a Brión. Que en la zona abunda el lobo lo puede demostrar con vídeos y con los daños que ha sufrido en su explotación desde que la puso en marcha. En la semana que hoy termina, él y su familia vieron lobos durante tres días y esto se tradujo en dos ataque el lunes y el martes. «Véxoo cada pouco, e máis dun. Cheguei a ver ata tres», recuerda.

Consciente de que «o lobo é lobo, e non ten culpa», reclama medidas preventivas para evitar ataques, más allá que las que ellos pueden aplicar. En su caso, el cánido también le mató varias ovejas que estaban en un recinto con valla ganadera y postes de hormigón. Y sabe de compañeros que optaron por medidas mucho más costosas «e nin así se libraron do lobo», advierte.

«Eu non sei cal ten que ser a solución» afirma, pero critica que tenga que cumplimentar múltiples trámites y asumir el coste de la retirada de las reses y reclama que el tipo de ganadería que él y varios compañeros del entorno practican, «que é o máis parecido ao benestar animal», tenga apoyo. De lo contrario, augura que el sector está condenado a desaparecer, con el consiguiente riesgo de que las hectáreas de prado de las que se alimentan estas reses queden abandonadas con todos los riesgos que esto implica. José Ramón Rodríguez resume la situación de su sector con una idea que invita a reflexionar: «Os gandeiros de carne compramos polo prezo que nos piden e vendemos polo prezo que nos dan».