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Los apicultores se rearman contra la miel «low cost», ¿cómo reconocerla?

María Cedrón REDACCIÓN

GANADERÍA

STRINGER | EFE

El sector comienza una serie de movilizaciones para reclamar medidas de apoyo, mientras una veintena de países de la UE piden una modificación del etiquetado. Desde la IXP Mel de Galicia recuerdan que los sellos de calidad dan la  mejor garantía al consumidor

21 abr 2023 . Actualizado a las 17:40 h.

España ha batido un nuevo récord de importaciones de miel. Lo hizo el año pasado al alcanzar las 35.260 toneladas de miel importada entre los meses de enero y noviembre (en torno a la mitad procedían de países de fuera de la UE), una cantidad que supone 3.009 toneladas más que en todo el 2017, año en el que según COAG en base a datos de Datacomex se registró el récord de importaciones de este producto alimenticio. Desde esta organización agraria denuncian que esos números muestran que España se ha convertido en «el sumidero europeo de la miel low cost». Porque aunque la práctica de mezclar mieles de baja calidad de terceros países con otras de estados de la UE no es nueva, parece que los números muestran que podría haberse incrementado. Para que eso no pase han organizado una serie de movilizaciones en ocho comunidades autónomas _Murcia, Andalucía, Cantabria, Valencia, Asturias, León, Cataluña y Aragón_ con el objetivo de reclamar un paquete de medidas de apoyo ante la crítica situación de los apicultores y apicultoras. Entre otras cosas reclaman que España aproveche el mando del Consejo de la UE para liderar «a nivel europeo la modificación de la Directiva de la Miel y del Código Aduanero de la Unión, con el objetivo de que el verdadero origen de las mieles comercializadas en España se refleje correctamente en su etiquetado», además de instar a un control más estricto de las mieles de importación.

Pero parece que en eso está la UE. De hecho, el asunto de la miel fue abordado en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE de ayer. Fue en ese foro donde España, Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chequia, Chipre, Estonia, Irlanda, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, Eslovaquia y Rumanía respaldaron una iniciativa de Eslovenia en la que pedía que el etiquetado de la miel indique el lugar de procedencia, también en el caso de la mezcla de diferentes mieles, para ayudar al consumidor a elegir mejor el producto que compran.

El documento, como recoge Efe, explica que «cuando los consumidores eligen esta miel más barata (la procedente de mezclas de mieles de terceros países), no reciben información completa, clara e inequívoca sobre su origen. Por eso, las normas actuales de etiquetado de origen de la miel colocan a los productores de miel originarios de un solo país en una posición de desigualdad en comparación con los productores de mezclas de miel».

«Las normas deberían establecer la obligación de indicar cada país de origen y su respectiva proporción de miel en las mezclas de miel», añade el mismo documento.

 Aunque ese tipo de prácticas es más habitual en otras comunidades españolas, desde Galicia el consello regulador de la indicación xeográfica protexida Mel de Galicia recuerda a los consumidores que un sello como el de la IXP es una garantía de calidad diferenciada y también de origen. Al mismo tiempo reclaman desde hace tiempo al Ministerio de Agricultura que impulse  un nuevo etiquetado de la miel para que, además de la procedencia, indique el porcentaje exacto de producto que contiene de cada país como han pedido ayer los países europeos.

Por tanto, la clave fundamental para comprobar que la miel que se compra no es «low cost» está en el etiquetado. La mejor garantía: las mieles con IXP o sello de calidad como Mel de Galicia o las denominaciones de origen Miel de la Alcarria, Miel de Granada o Miel de Tenerife. «As meles con IXP xa teñen garantida a orixe e a calidade diferenciada porque os parámetros que teñen que respetar son moito máis restrictivos que os da normativa que afecta a este tipo de alimentos», explica Esther Ordóñez, la presidenta de la IXP Mel de Galicia. En el caso de mieles que no tengan sello de calidad, lo que hay que mirar es la etiqueta. Ahí ha de poner el país de procedencia del producto. Lo que no pone, de momento, es el porcentaje de miel procedente de cada uno de esos países. Ese es el problema que los apicultores españoles piden solucionar desde hace tiempo. 

Pero hay algo más de lo que también habla Esther Ordóñez: «Son os efectos da polinización das abellas no campo e na actividade agraria. Eso é algo que non se pode importar e ao mecar mel con IXP contribuese a unha actividade que fomenta a polinización, un 90 % da que depende das abellas». 

Calendario de movilizaciones

En Galicia no habrá movilizaciones debido, en parte, a que en la comunidad es habitual el consumo de miel que se adquiere en apicultores conocidos o que cuentan con sellos de calidad. Pero en el resto de España, la primera de ellas comenzará este martes en Murcia, delante de la delegación del Gobierno. El miércoles serán en Andalucía y Cantabria; el jueves en Valencia; el viernes será Asturias; el lunes le tocará a León y ya el viernes de la otra semana serán Cataluña y Aragón. Lo que lamenta el responsable del sector apícola de COAG, Pedro Loscertales, es que España registró «en el 2022 cifras récord de importación de miel, mientras que la miel autóctona rebosa en los almacenes debido al bloqueo de las operaciones por parte de la industria. Se abastecen de miel de terceros países, triangulada a través de otros países de la UE, hunden los precios de los apicultores de aquí y los colocan bajo costes de producción». A ello se suma, dicen desde ese colectivo, el hecho de que la apicultura haya quedado fuera de las ayudas por la guerra de Ucrania en un año en el que la cosecha de miel ha mermado a la mitad. 

Los cambios que piden tanto los países que han respaldado el documento debatido en el Consejo de Ministros europeo como el sector están enmarcados dentro de la actualización de    la directiva sobre la miel, para proporcionar un etiquetado de origen más claro.

Los cambios que piden tanto los países que han respaldado el documento debatido en el Consejo de Ministros europeo como el sector están enmarcados dentro de la actualización de    la directiva sobre la miel, para proporcionar un etiquetado de origen más claro.