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La PAC ya está aquí, ¿qué es lo que deben saber agricultores y ganaderos?

Maruxa Alfonso Laya
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GANADERÍA

j.l.cereijido | EFE

Es importante que el sector sepa cómo cambiará la gestión de estas ayudas

11 ene 2023 . Actualizado a las 14:40 h.

El 2023 será un año con grandes novedades para los ganaderos y agricultores españoles. Porque después de mucho tiempo de negociones, de redacción de normativas y de adaptación de reglamentos, la nueva Política Agraria Común (PAC) ha entrado ya en vigor. Es cierto que todavía quedan algunas normativas pendientes, que tendrán que ser concretadas en los próximos meses. Aún así, los profesionales del sector agrícola pueden tener ya una idea clara de cómo cambiará la gestión de estas ayudas y qué prácticas deben poner en marcha para aprovechar al máximo las nuevas subvenciones. A continuación respondemos a algunas de las dudas que puede plantear esta política a los profesionales del sector.

¿Cuál es el principal cambio?

La principal novedad de esta PAC es que está orientada a la consecución de resultados concretos, con tres objetivos claros: el fomento del sector agrícola para que sea inteligente, resistente y garantice alimentos de calidad; una mayor atención al cuidado del medio ambiente y la acción por el clima; y el fortalecimiento del tejido socioeconómico de las zonas rurales. Para ello, se tratará de asegurar unos ingresos justos a los productores y de incrementar su competitividad, al tiempo que se les premiará por la protección del medioambiente y la conservación del paisaje y la biodiversidad. También incluye subvenciones para apoyar el relevo generacional y mantener vivas las zonas rurales.

¿Están ya listos todos los reglamentos que definirán la nueva PAC?

Con el fin de permitir que esta política se adaptase mejor a las necesidades de los diferentes países, se decidió que fueran estos los encargados de redactar sus propios planes estratégicos. En España, este proceso se llevó a cabo en colaboración con el sector. El documento final fue aprobado por la Comisión Europea el pasado 31 de agosto y cuenta con un presupuesto de 32.549 millones de euros para los años 2023-2027. La semana pasada, el Ministerio de Agricultura dio el visto bueno a ocho nuevos real decretos, seis de los cuales regulan cuestiones ligadas a la gestión de las ayudas y otros dos a la consecución de los objetivos del plan. Ahora solo quedan pendientes otros tres, que se refieren a penalizaciones, potencial vitícola y bienestar animal, pero que no condicionan la entrada en vigor del plan estratégico, que se produjo el día 1.

¿Qué es la condicionalidad reforzada?

Es uno de los principales cambios que implementará esta PAC. La llamada condicionalidad reforzada, que afectará a las ayudas directas, son una serie de normas y buenas prácticas en materia de medio ambiente, seguridad alimentaria, sanidad animal y vegetal y bienestar de los animales que deben cumplir las explotaciones agrarias. Aquí se incluyen aspectos de la condicionalidad actual, pero también normas que anteriormente estaban en el pago verde o greening. De no cumplirlas, el agricultor se arriesga a que los pagos disminuyan o, directamente, se suspendan por completo.

¿Qué novedades hay en las ayudas directas?

Para esta línea de ayudas, España dispondrán de un total de 4.800 millones de euros al año. Aquí se incluyen las básicas a la renta, que se cobrará en todas las hectáreas. También, el pago redistributivo, que se percibe solo por las primeras hectáreas para favorecer a las explotaciones pequeñas y medianas. Y el pago a los jóvenes, que se cobra en las primeras cien hectáreas y prevé un 15 % más para las mujeres. Aquí figuran también las ayudas asociadas a la producción, que buscan apoyar el mantenimiento de determinados sectores vulnerables desde el punto de vista social y económico, y los conocidos como ecorregímenes, que son prácticas voluntarias destinadas a cuidar el medio ambiente por las que el agricultor o ganadero percibirá más ayuda a cambio.

¿En qué consisten los ecorregímenes?

Son prácticas medioambientales voluntarias que los agricultores y ganaderos pueden poner en marcha para incrementar las ayudas que perciben de la PAC. Se han repartido en siete categorías y sobre una misma hectárea solo podrá computar una de estas prácticas a efectos de pago, por lo que agricultores y ganaderos deben estudiar bien a fondo qué prácticas le serán más rentables. El primero de estos ecorregímenes se refiere al pastoreo, para recompensar a aquellas explotaciones que tienen sus animales al aire libre. La creación de islas de biodiversidad y la siega sostenible centran el segundo de ellos, mientras que el tercero recompensará la rotación de cultivos con especies mejorantes. Hay otro para la siembra directa y uno más que se centra en el establecimiento de espacios de biodiversidad. Las cubiertas vegetales espontáneas o sembradas protagoniza los dos últimos.

¿Qué otros cambios se introducen?

Una de las modificaciones que se incorpora en la PAC es la definición de agricultor activo. Solo los que obtengan esta calificación podrá recibir las subvenciones. Para ello, deberán estar afiliados a la Seguridad Social agraria por cuenta propia o que al menos el 25 % de sus ingresos totales procedan de la actividad agraria. Otra de las novedades es que se cambia el numero de regiones, que en España pasan de ser 50 a 20. La nueva política intentará también profundizar en la convergencia interna. Para ello, se reducen las diferencias en los pagos por hectárea de explotaciones en circunstancias similares. Una medida que se hará de forma progresiva para que en el 2026 el valor de los derechos de cada región esté por encima del 85% del valor medio regional. La idea es lograr la plena convergencia en el 2029. También se establece un tope en la cantidad de ayudas que podrá recibir un mismo beneficiario, que será de 100.000 euros. Para evitar distorsiones en el empleo se podrán descontar los costes salariales y laborales, por lo que este tope real será de 200.000 euros por explotación.