Patrocinado porPatrocinado por

Montse Machado, apicultora: «Abrir unha colmea é como ler un libro, todos os días aparece algo novo»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

GANADERÍA

Montse Macado, apicultora de Florderraíña, en Vilardevós.
Montse Macado, apicultora de Florderraíña, en Vilardevós. ceda

La abejera ourensana, de Vilardevós, tiene una explotación con 400 apiarios y defiende que vivir en el rural es un privilegio

05 dic 2022 . Actualizado a las 23:11 h.

En la montaña de Vilardevós, a 650 metros de altitud, ya cerca de Portugal, no hay ganadería ni agricultura intensivas, ni carreteras con tráfico intenso. Allí, en la aldea de Florderrei, en medio de una naturaleza en la que brotan brezo, romero y crecen castaños y robles, decidió comenzar Montse Machado su experiencia como apicultora. Empezó hace seis años con diez colmenas junto con su marido, como una afición con la que disfrutar en pareja de su entorno natural, y ya tienen 400 unidades, con las que elaboran una miel de alta montaña muy apreciada que comercializan con la marca Florderaiña. Su calidad ha sido reconocida en catas nacionales, como la que realiza la web especializada Mieladictos, que les ha reconocido en dos ocasiones (2022 y 2020) con el tercer puesto nacional en su variedad de miel de castaño de alta montaña.

La provincia de Ourense es un territorio en el que la apicultura ha crecido de forma importante como actividad económica y laboral complementaria en el medio rural. Montse explica que su formación es continua, leyendo libros especializados e intercambiando impresiones y dudas con apicultores más veteranos. Los abejeros de generaciones anteriores les ayudan, explica la apicultora, pero también los coetáneos. «Só que hai cousas que funcionan nalgunhas zonas e noutras non», matiza Machado.

El medio, en todo caso, está modificándose, como consecuencia del cambio climático y plagas como las de los incendios forestales y las de las velutinas, señala Montse. Los fuegos afectan mucho a esta zona fronteriza del sur ourensano. El distrito forestal 14, en el que está enclavado Vilardevós, sufre todos los años incendios y esta pasada campaña, muchos colmenares resultaron dañados por las llamas, recuerda Montse, quien lo sabe bien, pues durante seis meses al año trabaja en la extinción de incendios. Las abejas, añade, se están teniendo que adaptar al cambio climático y a las mutaciones en los hábitats. «As estacións non están como antes, aquí nótase algo menos, pero xa empeza. Agora xa fai frío, pero hai poucos días inda estabamos a 19º», ejemplifica. Eso influye en la floración y en la cantidad de producción, indica. En su caso, algunas de las colmenas las tienen en Ourense y Sana Mariña de Augas Santas (Allariz) para pasar la invernía. Las avispas velutinas también se dejan ver ya en zonas altas como Florderrei y Montse tuvo que dar un aviso para que lo retiraran, al localizar un nido de esta especie dañina entre dos colmenas. En este proceso, los apicultores tienen que aprender continuamente. «Abrir unha colmea é como ler un libro. Todos os días aparece algo novo. Ás veces acertas e outras non», señala Montse.

Panal de una colmena.
Panal de una colmena. CEDA

Además de elaborar un producto de calidad —Florderaiña ofrece no solo miel, sino también propóleo o polen— darle salida comercial es fundamental. Machado explica que se promocionan a través de las redes sociales y venden en tiendas gourmet, pero lo que mejor divulga lo que hacen es el boca a boca. Venden bidones para cooperativas y van a envasar miel en monodosis para su consumo en hoteles, pues se demanda en esos establecimientos como alternativa al azúcar. Hace dos años hicieron una nueva etiqueta, con un elaborado logo en el que aparece una abeja reina dentro de una corona con hojas de flora endémica de la zona.

 «Este traballo redunda na comunidade e na ecoloxía»

La apicultura permite a Montse y a su familia vivir en el entorno rural, algo que considera «un privilexio», y compatibilizar una actividad productiva con ser una madre presente para sus dos niños, de seis y dos años y medio. Además de su trabajo en el servicio de extinción de incendios, su marido, Javier Bembibre, trabaja en una gran empresa eléctrica y entre los dos atienden las colmenas, con la colaboración y el apoyo de la madre de Montse, Pilar Domínguez, titular de la explotación.

Los hijos de Montse y Javier ya los acompañan a ver las abejas, aprenden a valorar el trabajo que hacen los insectos y lo importantes que son para la biodiversidad y van haciendo alguna tarea acorde con su edad. «Estamos convencidos de que este traballo redunda na comunidade, non só é unha ganancia para nós, senón unha forma de contribuír á ecoloxía», enfatiza Montse. El mundo de las abejas no deja de sorprenderla. «Teñen unha organización da súa sociedade que chama a atención e te captura. Hai que ir sempre un paso por diante delas», expresa la apicultora ourensana.

DNI

Quién es. Montse Machado es apicultora. Tiene 36 años y desde hace seis se ocupa de una explotación que ha llegado a las 400 colmenas en la aldea de Florderrei (Vilardevós).

Qué hace. Produce miel, propóleo y polen en la empresa familiar Florderaina. Su madre es la titular de una marca que ya consiguió dos reconocimientos nacionales a su miel de alta montaña. También trabaja en la extinción de incendios.