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El maíz salva a las vacas gallegas del matadero

X.R. Alvite REDACCIÓN

GANADERÍA

XOSE CASTRO

La producción propia de forraje hace que en Galicia las granjas sean más eficientes que donde dicen sacrificar animales por no poder alimentarlos

04 nov 2022 . Actualizado a las 16:54 h.

Producir un litro de leche le cuesta a los ganaderos gallegos entre 40 y 45 céntimos, casi un 30 % más que hace justamente un año. Una cifra excesivamente elevada si se tiene en cuenta que el precio medio al que se liquidó la leche en origen en junio _último periodo del que se existen datos oficiales_ fue de 43 céntimos por litro, pero muy razonable si se compara con las que se registran en el resto de comunidades productoras del estado. Dicho de otra manera: producir leche en Galicia es más caro que nunca pero, con todo, mucho más barato que en el resto de regiones. No es algo novedoso, pues la eficiencia de las granjas gallegas lleva años demostrándose en distintos estudios. Entre ellos los elaborados por la red Rengrati (Red de granjas típicas), promovida por el Ministerio de Agricultura, donde se evidencia que los costes de una ganadería gallega están entre ocho y diez céntimos por debajo de los que registran en Castilla y León o Andalucía, segundo y cuarto productor nacional. Las diferencias con Cataluña, la tercer comunidad láctea española, se sitúan en una media de cinco céntimos. 

El secreto parece estar en la alimentación del ganado que, por término medio, ya representa el 60% de los costes totales de producción de un litro de leche. «As granxas galegas fixeron unha aposta clara polo cultivo de alimento propio, ao contrario do que sucede noutras comunidades onde se recurre á compra de forraxes foránea», apuntan desde el grupo de gestión de una de las principales cooperativas gallegas que señalan al maíz como la tabla de salvación de muchas granjas. «De non ser polo millo _la comunidad produce más de 75.000 hectáreas, el 75% de todo el estado_, Galicia non tería aumentado tanto a producción leiteira como fixo pois o sector so traballado unhas 200.000 hectáreas de terreo, unha cantidade ridícula que apenas supón un tercio do total de superficie agraria útil existentes na comunidade», reconoce un técnico de la Consellería do Medio Rural que apunta al cultivo de alimento propio como la circunstancia que está haciendo rentable la producción en la comunidad. «Mentras noutras comunidades din estar matando vacas por non poder pagar a súa alimentación, en Galicia, as explotacións que o fan ben están gañando diñeiro. Menos do que deberían, pero gañando». 

Una opinión que también comparten desde el propio sector productor que lamentan, sin embargo, el fuerte incremento experimentado por los gastos y el dificil escenario que se presenta ante la mala cosecha de maíz.  

«Hai rexións que dependen moito da compra de forraxes. Aquí, de momento, imos aguantando gracias ao ensilado da herba e do millo. Veremos, sen embargo, que pasa de aquí en adiante porque a colleita deste ano, por mor da seca, vai ser moi mala», explica Óscar Blanco, presidente de Gandeiros de Mazaricos, la mayor asociación de productores de ámbito local existente en Galicia. Este ganadero reconoce un ligero aumento del número de vacas de descarte, debido a los buenos precios de la carne, pero no cree que en la comunidad se estén sacrificando animales por no tener alimento que darles.

Opinión que también comparte el veterinario, Marcos Fernández González. «En Galicia non so non se están matando vacas senón que, pola miña experiencia en granxas, diría que incluso se está alongando a vida produtiva de moitos animais que en situacións normais xa se terían descartado pero ás que se lle intentan aproveitar máis lactacións debido aos bos prezos do leite».  

Según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, en tan solo un año, se han retirado de la producción casi 30.500 vacas en el conjunto del estado, lo que supone más de 80 diarias, hasta situarse la cifra de animales productores _los que tienen más de 24 meses_ por debajo de las 794.000 cabezas. En Galicia, el censo de reses adultas descendió en 5.300 vacas para situarse en algo más de 322.000.  

La primera consecuencia de este hecho es la caída de las cifras de producción láctea. Tanto es así que, por primera vez en los últimos quinces meses, las entregas de leche cayeron en junio con respecto al mismo periodo del año pasado. Lo hicieron en casi dos millones de litros de leche, lo que supone casi un 1%. Lejos, sin embargo, del 2,7% que cayó la producción en el conjunto del estado. 

Esta reducción de las entregas, sin embargo, está teniendo un efecto positivo sobre los precios en origen que aumentan un céntimo con respecto a la mensualidad anterior y ya acumulan una revalorización interanual superior al 30%