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La tuberculosis que no era tal y que paralizó una granja durante dos meses

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

CESAR TOIMIL

Cinco falsos positivos obligaron a sacrificar a otras tantas cabras en la granja de Rabaño do Chan, en As Neves

25 jun 2022 . Actualizado a las 10:36 h.

Las pruebas de la tuberculosis se están convirtiendo en un rompedero de cabeza para los ganaderos gallegos, sobre todo, para los de ovino y caprino. Sucedió en una explotación de As Neves, que lleva paralizada desde principios del mes de mayo. Entonces, los controles de saneamiento ganadero detectaron cinco casos positivos en otros tantos animales. A pesar de las denuncias del propietario de la explotación, de que las pruebas que le habían hecho a sus animales no eran las más fiables, estos fueron sacrificados. Ahora, los análisis posteriores han demostrado que las cinco cabras estaban perfectamente sanas.

«Los cinco animales han dado negativo. Esas pruebas no valen para nada», lamenta Javier López de Davalillo, propietario de la explotación Rabaño do Chan, en As Neves, donde lleva tres años cuidando de 200 cabras. Hasta ahora, este ganadero había participado siempre en las campañas de saneamiento ganadero y nunca había tenido ningún positivo. Pero este año, asegura, la Xunta cambió el tipo de análisis y cinco de sus animales dieron positivo. Porque, añade, existen dos tipos de pruebas que se pueden hacer para detectar esta enfermedad. La comparada, que es la que prefieren los ganaderos, consiste en dos pinchazos, una a cada lado del cuello del animal. López de Davalillo sostiene que esta es más fiable porque no da lugar a reacciones cruzadas. La otra es la simple que, en su opinión, es más susceptible de dar positivo a pesar de que el animal no esté infectado.

Aunque hasta ahora la Xunta siempre había hecho las comparadas, este año cambió y aplicó en Rabaño do Chan la simple, con lo que salieron cinco animales positivos. «Me mataron cinco animales que estaba bien, que tenían crías y que estaban preñados y me pagaron 40 euros por el que más. Esos precios son ridículos», lamenta este ganadero, que considera que el actual sistema de detección de la enfermedad no funciona. A pesar de que los cinco animales fueron finalmente negativos, su explotación sigue paralizada y todavía deberá someterse a un nuevo cribado. Pero, en esta ocasión, Medio Rural ya le ha advertido de que realizará la prueba comparada, lo que supone un alivio para este ganadero. «Se la pedí yo, porque no estoy dispuesto a sacrificar más animales así como así», explica.

Lo que no entiende este ganadero es por qué antes le hicieron la prueba simple « y ahora te hacen la que dicen que no es fiable, esto es un cachondeo», argumenta. Tampoco, que no exista un sistema más fiable para determinar si los animales están infectados con cierta seguridad. «Mi granja está parada por cinco falsos positivos, pero parece absurdo tener que esperar dos meses para saber el resultado de las pruebas», argumenta. Al mismo tiempo, se pregunta qué habría sucedido si los positivos fueran reales, «porque mis cabras están en el monte con vacas y podrían haber contagiado a todas», añade. En su opinión, se debería cambiar el sistema porque «son pruebas que fallan mucho. Hablamos de bienestar animal, pero a las primeras de cambio las matamos. Y eso mató también a tres cabritos que estaban mamando y que, al separarlos de sus madres, no quisieron comer», concluyen.

La elección de las pruebas

En su día, Medio Rural argumentó que por rutina, la prueba que se hacía era la simple y negó que se hubiera cambiado el sistema. Son los estudios epidemiológicos a los que se someten las granjas los que, según la consellería, determinan el tipo de prueba que se realiza a sus animales. De hecho, en explotaciones consideradas de riesgo, porque sus animales pastan libremente en el monte y pueden entrar en contacto con otros, la consellería apuesta por la simple, que considera que tiene una mayor sensibilidad, mientras que la comparada tiene más especificidad, pero menos sensibilidad.

Sin embargo, los ganaderos aseguran que, hasta ahora, la consellería estaba apostando por hacer las pruebas comparadas en buena parte de las explotaciones gallegas. Y que ahora vuelve a apostar por ellas. Es el caso de la granja de Roberto Monroy, ubicada en Avión. Su explotación, en la que cuida de 180 animales entre ovejas y cabras se someterá este año, por primera vez, a las campañas de saneamiento ganadero. Y, a pesar de que sus animales pastan libremente en el monte como los de Rabaño do Chan, a él le harán la prueba comparada. «Me dijeron que es la que la hacen a todo el mundo», sostiene.