Silvia Adán, veterinaria de Boaga, dice que la alimentación de estos animales se basa en los recursos naturales
18 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La veterinaria Silvia Adán (Madrid, 48 años) es una de los ocho trabajadores de la Federación de Razas Autóctonas de Galicia (Boaga), que agrupa a las asociaciones de criadores de las razas Cachena, Caldelá, Frieiresa, Limiá y Vianesa (ganado bovino), Ovella galega, Cabra galega y Galiña de Mos, las ocho en peligro de extinción.
—¿Cuándo se considera una raza en peligro de extinción?
—Al principio era por el número de ejemplares, ahora también se tiene en cuenta la consanguinidad de los animales, que se crucen en pureza racial. El número depende de la especie. Cuando empecé, hace 22 años, quedaban 300 cabezas de Oveja gallega, hoy son 4.000. Con las vacas se empezó antes a trabajar y estaban en franco peligro de extinción...
—¿Por qué se llegó a ese punto?
—Llegamos a unos años en que había que intensificar la producción porque había que tener alimento, se buscaba obtener más kilos de carne en menos tiempo. Antes, el vacuno era de triple actitud: daba carne y leche y hacía trabajo. Con la llegada de los tractores desaparece esta última función, y al querer kilos de carne se buscan cruzamientos que den más. Igual que con la oveja. Son razas muy rústicas, se crían en extensivo, y la rusticidad va ligada a menos kilos de carne. Aprovechan todo lo que hay, son verdaderas desbrozadoras, pero su conformación de canal y cuerpo está adaptada a poder moverse en sitios abruptos y un clima adverso, se adaptan a lo que hay, en primavera engordan más y en invierno aguantan más sin comer, o en verano, si hay sequía. Y son mucho más resistentes a enfermedades.
—Tienen muchas ventajas...
—Depende de lo que cada ganadero quiera. Hay sitio para todas las razas. Depende de la base territorial, para tener razas autóctonas necesitas hectáreas de fincas porque su alimentación se basa en los recursos naturales.
—¿Y la comercialización?
—Por los canales de comercialización normal te van a penalizar porque buscan un determinado nivel de grasa. Es un producto diferente, en extensivo, que cuida del medio rural y del medio ambiente, y ayuda a fijar población en el rural. La infiltración de grasa es distinta, la carne es distinta [...]. Para alabar las cualidades de una raza no hay que ir en contra de las otras. Queremos que la gente sepa lo que significan estas razas y lo que hay detrás.