El lácteo, un sector estratégico y sostenible que genera más de 11.500 millones anuales y mantiene 60.000 empleos

Económica, ambiental y socialmente sostenible. Así es la producción láctea española, una actividad que genera más de 11.500 millones de euros anuales y da empleo, de forma directa, a más de 60.000 personas. Más de la mitad repartidas por las 11.200 granjas que permanecen en activo y de las que salen algo más de 21 millones de litros de leche diarios, una cantidad que sitúa a España entre los principales productores a nivel europeo.

 Esta posición de dominio se ha ido consolidando durante los últimos ejercicios en los que, a pesar del importante descenso del número de explotaciones, la producción no solo se ha mantenido, sino que incluso ha crecido de forma constante. Sin ir más lejos, desde la desaparición de las cuotas lácteas en marzo de 2015 -han desaparecido más de 6.000 productores en este periodo- la producción anual ha aumentado en casi un millón de toneladas.

En este sentido, resulta determinante el papel de Galicia, la principal comunidad del estado con el 56% de las granjas y el 40% de la producción, que se sitúa entre las diez principales regiones lácteas de la UE y donde el ritmo de crecimiento de las entregas de leche duplica, durante el último lustro, a las que se registran en el conjunto del continente.

Todo esto en un contexto en los que las cotizaciones de la materia prima en origen han tenido una evolución claramente negativa tras la supresión de los mecanismos de control de la producción y el consiguiente aumento de la oferta de leche en los mercados globales. Una situación que solo se ha estabilizado a partir del ejercicio 2020, con unos importes medios para las granjas en el entorno de los 30 céntimos por litro. Cantidad claramente insuficiente para la mayoría de ganaderías -durante el último trienio sus costes de producción crecieron un 35% más de lo que lo hicieron los precios que percibían por su leche- que han tenido en la Política Agraria Común (PAC) una tabla de salvación que les permitió mantener un nivel mínimo de renta y, por tanto, proseguir con su actividad.

 Más de 250 millones de la PAC

Tanto es así que se calcula que los fondos comunitarios dejan en las granjas lecheras, de forma directa, algo más de 250 millones de euros anuales. Una cantidad fija que equivale a un mínimo de 3,5 céntimos por cada litro de leche producido o, dicho de otra manera, a la diferencia entre superar el umbral de rentabilidad o producir perdiendo dinero.

 A todo esto hay que sumar otras líneas de ayuda que han permitido, por ejemplo, subvencionar los diferentes planes de mejora sobre los que se ha sustentado el enorme proceso de modernización experimentado por la ganadería láctea española durante los últimos años.

Todo apunta a que estos fondos comunitarios se mantendrán invariables durante el periodo de vigencia de la nueva PAC 2023-2027. Bien es cierto que acceder a ellos, a partir de ahora, estará vinculado al cumplimiento de determinadas exigencias medioambientales en un escenario en el que iniciativas comunitarias como el Pacto Verde Europeo o la estrategia De la granja a la mesa tendrán una importancia determinante.

 Aún así, se trata de aspectos que no deberían preocupar a un sector lácteo español que lleva años trabajando en esa línea mediante la puesta en marcha de medidas encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero -metano, principalmente-, la mejora del bienestar animal o la reducción del uso de antibióticos, fertilizantes químicos o productos fitosanitarios.

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