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¿Cómo saber sin lugar a dudas si una cabra tiene tuberculosis?

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

cedida

Las pruebas que realiza la Consellería do Medio Rural no convencen a los ganaderos, que sostienen que se están sacrificando animales de forma innecesaria y critican lo indefensos que se sienten cuando se declara un positivo

24 jun 2022 . Actualizado a las 14:32 h.

Galicia es una comunidad libre de tuberculosis bovina. Pero eso no significa que no haya ningún caso de esta enfermedad, que además está incluida dentro de las campañas de saneamiento ganadero. De hecho, hay una serie de explotaciones, entre ellas las que tienen al ganado pastando en el monte, que se consideran de especial riesgo, por lo que todos los años son sometidas a campañas de control. El problema es que, según la Sociedade de Pastos e Forraxes, las pruebas que se realizan a estos animales no son todo lo fiables que deberían y se producen un elevado número de falsos positivos que, además, suponen un gran trastorno para las explotaciones. Es el caso de la explotación Rabaño do Chan, en As Neves. Acaba de tener que sacrificar a cinco cabras, algunas de ellas preñadas, que dieron positivo. 

Javier López de Davalillo puso en marcha su explotación hace ahora tres años y cuenta con 200 cabras que se crían, sobre todo, en los montes de As Neves. Todos los años desde que comenzó a trabajar sus animales tienen que pasar campañas de saneamiento ganadero y, hasta ahora, no había tenido ningún positivo. Este año, en cambio, asegura que la Xunta le cambió el tipo de prueba y que, por ese motivo, cinco animales dieron positivo. 

Este ganadero cuenta que existen dos tipos de prueba que se les pueden hacer a estos animales para saber si están afectados por tuberculosis. Ellos prefieren la comparada, que consiste en dos pinchazos, uno en cada lado del cuello del animal y que sostienen que es más fiable porque no da lugar a reacciones cruzadas, lo que puede significar que un animal dé positivo cuando esté libre de la enfermedad. La otra es la simple y, en su opinión, es más susceptible de que se produzca un positivo a pesar de que el animal no esté infectado. 

En Rabaño do Chan, la Xunta hizo en esta ocasión las pruebas simples y el resultado fue que cinco animales dieron positivo. «Todo el mundo nos dice que van a ser falsos positivos, pero a nosotros nos mataron a cinco animales, dos de ellos preñados, y nos paralizaron la granja durante dos meses. Perdimos hasta tres cabritos, que no quisieron comer cuando sacrificaron a sus madres», cuenta este ganadero, Le parece demasiada casualidad que sus cabras, que hasta ahora nunca dieran positivo por la enfermedad, aparezcan ahora positivas, justo el año que se cambió el tipo de prueba. «¿Por qué hay que matar a unos animales que están sanos?», se pregunta, al tiempo que asegura que esto supone también un golpe emocional. «Son como nuestras mascotas, todos los días están con nosotros», añade.

Critica, también, la indefensión con la que se encuentra el ganadero. Porque una vez que se detecta el positivo, no tiene nada que hacer. «Pedimos que nos dejaran hacer unos análisis, pero nada», sostiene. Por eso ahora tiene la explotación parada y así seguirán durante dos meses, hasta que los análisis determinen si los animales estaban o no contaminados. «Te sientes impotente, ahora tendremos la explotación parada aunque esos animales al final sean negativos», lamenta. 

Denuncia también la forma en la que se lleva a cabo el proceso. Los animales positivos tuvieron que ser aislados, «y tuvimos que tenerlos quince días encerrados, a pesar de que ellos están acostumbrados a estar sueltos. Ni siquiera comían», relata. Una vez sacrificados, pasó a recogerlos un camión autorizado por la Xunta. «Los metieron en un camión lleno de tripas y restos de otros animales muertos ¿qué fiabilidad van a tener esas pruebas que les va a hacer ahora?», se pregunta. Porque ahora esas cinco cabras van a ser analizadas en detalle para comprobar si de verdad tenían o no la enfermedad. Si el resultado es positivo, tendrán que sacrificar a todos los animales. Pero si es negativo, tendrán que someter a las cabras a la misma prueba de nuevo, «con el riesgo de que la situación se repita y nos paren la granja de nuevo», lamenta. 

López de Davalillo sostiene que hay unas pruebas de sangre que permitirían comprobar si esos animales están de verdad infectados o no y pide a la consellería que se busque otro sistema que no suponga tanto trastorno, «como apostar por la vacuna». Explica que en un sector como el suyo, donde no es fácil lograr una explotación rentable, no es de recibo que se le pongan palos en las ruedas. Por eso reclama un sistema más fiable para combatir a esta enfermedad.

 La Sociedade de Pastos e Forraxes denuncia la indefensión de los ganaderos

La Sociedade de Pastos e Forraxes comparte los argumentos de este ganadero de As Neves. Explica que el problema están en la paratuberculosis, que es una enfermedad completamente diferente pero que ocasiona una reacción cruzada que provoca que algunos de estas pruebas den positivo cuando no lo son. Por eso apuestan «porque se faga a proba comparada en todos os animais», demanda su presidente, Joán Alibés. Solo este sistema evitará que se puedan sacrificar animales que análisis posteriores determinen que son negativos. 

Alibés sostiene que la cantidad de animales que se analizan al año en Galicia es pequeña, por lo que no tendría demasiado coste hacer la prueba comparada en lugar de la simple. También denuncia la indefensión que sienten los ganaderos, que tienen muy poca opción a réplica en lo que a la normativa sanitaria se refiere. Y sostiene que a este tipo de explotaciones, que se crean en zonas de población escasa y en terrenos que han ardido por el fuego, hay que apoyarlas todo lo posible. «O mínimo que pode facer a administración é apoialos. Xa sabemos que a normativa sanitaria non obriga a facer a comparada, pero estamos seguros de que eses cinco animais que se sacrificaron van ser negativos todos», insiste Alibés.