Patrocinado porPatrocinado por

¿Por qué son injustas las ayudas que intentan paliar la crisis del campo?

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

ALVITE

Unións Agrarias reclama a la Xunta que, tal y como prometió, habilite 35 millones de euros, para completar esas subvenciones y ayudar a sector como el vacuno de carne o las granjas de conejos, que llevan meses en pérdidas

03 may 2022 . Actualizado a las 09:23 h.

Hace solo unas semanas, el Ministerio de Agricultura anunciaba la concesión de diversas ayudas a los sectores agrarios más castigados por el aumento de los coste de producción y por las consecuencias de la guerra de Ucrania. Desde entonces, a esta medida le han llovido críticas por todos lados. La propia Consellería do Medio Rural, la Asociación Agraria de Galicia (Asaga) y hasta los ganaderos de Ternera Gallega Suprema denunciaron que a los ganaderos de vacuno se les pagaba 210 euros por vaca, frente a los 60 que recibirían los de carne. Eso a mayores de que otros sectores, como el de las gallinas de puesta de huevos, se quedaron fuera de la convocatoria. Ahora, a todas estas críticas se ha unido Unións Agrarias, que reclama a la Xunta que cumpla su promesa y complete las subvenciones del ministerio con una partida de 35 millones de euros a través de las conocidas como ayudas de mínimis, una figura habilitada por la Unión Europea y que sería compatible con las subvenciones de Agricultura.

El secretario general del sindicato, Roberto García, asegura que Galicia será una de las comunidades más beneficiadas, porque hasta aquí llegaran 71 millones de euros de estas subvenciones, 59 millones para el sector vacuno. Explica también que, en el caso de las granjas de leche, no se ha detectado un deterioro significativo del sector por el aumento de los costes de producción, pues aunque continúa el goteo de cierre de las explotaciones de los últimos años, la comunidad produce un 3 % más de leche que hace uno año. No sucede lo mismo con las explotaciones de vacuno de carne, «qué é o sector máis castigado de forma reiterada». Primero se vio afectado por el confinamiento, con una caída de precios por el cierre de la hostelería, y ahora sufre el aumento de los costes de producción, sin ser capaz de repercutirlos en los precios que percibe por sus animales.

«Non se entende moi ben a doble vara de medir entre un e outro», añade García. Porque mientras que una vaca de leche recibirá una ayuda de 210 euros, una de carne solo tendrá 60 euros. Lo mismo sucede con los conejos. «Galicia supón o 20 % da produción de España, debido á suba dos piensos e o da enerxía, estas explotacións levan seis meses en perdas», argumentó. Sin embargo, las explotaciones de la comunidad solo recibirán 200.000 euros en ayudas. Lo mismo sucede con las granjas de pollos, aunque estas están en mejor situación porque son las integradoras las que asumen el incremento del precio del pienso. 

García también considera injusto que las ayudas vayan en función del número de vacas que tiene una explotación. Si se tiene en cuenta que diversos estudios cifran en 40 céntimos el coste de producir un litro de leche en Galicia, «o 85 % dos gandeiros teñen contratos ilegais porque están cobrando por debaixo dos custes de produción», argumenta. Eso significa que el solo el 15 % de los ganaderos percibe un precio justo por su leche. Sin embargo, insiste García, esos datos dan lugar a engaño. Porque la realidad es que ese 15 % que cobra un precio justo representa al 60 % de la leche que se produce en Galicia, mientras que el 85 % restantes son las explotaciones más pequeñas y las que cobran alrededor de los 35 céntimos por litro. Son estas también las que recibirán menos ayudas, porque tiene un menor número de vacas. 

Con estos argumentos en la mano «non hai razóns económicas, nin técnicas para explicar que un gandeiro, por ser máis grande, cobre hasta 8 céntimos máis por un litro de leite da mesma calidade», sostiene. 

García recuerda que el propio presidente de la Xunta hasta hace unos días, Alberto Núñez Feijoo, prometió al sector agrícola habilitar una partida por valor de la mitad de la del ministerio para ayudar al campo a superar el mal momento que está atravesando. García espera ahora que la Xunta cumpla con su promesa y cree un fondo de 35 millones de euros, que serían repartidos en las explotaciones a través de las conocidas como ayudas de mínimis. 

Unións Agrarias también considera que estas ayudas de la Xunta deberían destinarse a paliar las desigualdades que crean las del ministerio. Así, reclama que se centren en sectores como la carne de vacuno, el cunícola o el avícola. También, que no se concedan en función del número de vacas porque, actualmente, las explotaciones más grandes son las que más precio están recibiendo por su leche, mientras que las pequeñas están sufriendo más.