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Las mujeres copan la incorporación al campo en las granjas de Pontevedra

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / PONTEVEDRA

GANADERÍA

Cedida

Son 2.445 menos que las 25.745 que se contabilizaban hace diez años

29 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La provincia de Pontevedra cuenta con un total de 23.320 explotaciones agrarias registradas. Son los datos recogidos por la Consellería de Medio Rural. Son 2.445 menos de las que se contabilizaban en el 2012, diez años antes. Ese año, la provincia contaba con 25.745 explotaciones ganaderas. Detrás de esa bajada y del cierre de muchas pequeñas explotaciones está la falta de relevo generacional y el envejecimiento de la población que deja un rural cada vez más vacío.

Dentro de los diferentes sectores el lácteo es uno de los de más arraigo. Respecto a esta disminución importante, desde la Xunta ponen el acento también en la inmersión por parte del sector lácteo del modelo producto de cara a conseguir explotaciones más eficientes y rentables subrayando que «o progresivo aumento da produción nos últimos anos indica unha tendencia positiva de consolidación da competitividade do sector». Resaltan que en los últimos años han venido observando que se registra una concentración de la producción en las explotaciones más competitivas y consideran que las cifras de producción, operaciones y precios consolidan la estabilidad del sector lácteo.

Un asociacionismo que, indican, se traduce en una profesionalización del sector y la búsqueda de una mayor competitividad. Desde Medio Rural apuntan que «cando se da de baixa unha explotación, esas vacas e esa produción non se perden, xa que pasan a formar parte dunha explotación asociada que, na maioría dos casos, mesmo incrementa o número de cabezas e, por conseguinte, a produción».

Es necesidad de competir y de profesionalización de las ganaderías de cualquier sector requiere también importantes inversiones a la hora de poner en marcha una explotación cuya gestión hoy en día ya requiere de conocimientos empresariales, en muchos casos.

Los ganaderos se quejan de las subidas desorbitadas de los carburantes, de la electricidad, del cereal, de los piensos y, en general, de todo lo que se necesita. Todo ello provoca un aumento muy importante de los costes de producción que, dicen, están arruinando al sector y llevan a provocar pérdidas.

Ayudas por 43 millones

Para incentivar y empujar al sector, la Xunta viene otorgando ayudas entre las que destacan las destinadas a apoyar inversiones en las explotaciones agrícolas, la creación de empresas por parte de agricultores jóvenes y el desarrollo de pequeñas explotaciones.

En la última convocatoria del 2020 la Consellería de Medio Rural aprobó 1.206 expedientes por valor de 43,25 millones de euros. Son ayudas cofinanciadas en un 2,5% por la Administración del Estado, en un 22,5 % por la Xunta y en un 75 % por el Fondo Feder. En la provincia de Pontevedra, se aprobaron 81 destinadas a la realización de planes de mejora que supusieron el reparto de 5.134.752,66 euros. La Xunta concedió 47 ayudas para la incorporación de jóvenes a la actividad agraria que supusieron una inversión global de 1.773.500 euros, mientras que para el desarrollo de pequeñas explotaciones se otorgaron un total de trece que sumaron 195.000 euros.

Entre las nuevas incorporaciones al sector agrario, apuntan desde Medio Rural, abundan las mujeres. En muchos casos, son personas que retoman una actividad que ya les venía de familia, pero también hay jóvenes que se animan a poner en marcha explotaciones ganaderas buscando un sustento, o en otros casos, un complemento a la economía familiar.

La tecnología y la automatización de procesos en muchas explotaciones facilita la vida a los nuevos ganaderos que ganan en calidad de vida.

CARLOTA SIMÓN MOSQUERA GANADERA DE PONTEAREAS

«Tenemos vacas cachena y asturiana en extensivo que llevo con mi pareja»

Carlota Simón Mosquera es auxiliar de Enfermería y como ella cuenta «soy del centro de Vigo» y nunca tuvo nada que ve con el campo o el ganado. El amor se cruzó en su camino y el futuro le deparó una vida muy distinta. Explica que «hace ocho años empecé con mi pareja y él siempre tuvo caballos y animales»» y aunque ella nunca pensó que acabaría en el campo, se incorporó al sector primario en el 2019 y se convirtió en ganadera. La pareja tiene una explotación en extensivo de vacas de raza cachena y de raza asturiana en Padrones, en el municipio de Ponteareas. Cuentan, apunta, «con unas 110 cabezas». A sus 27 años resalta que «es una vida muy diferente y compaginas mucho mejor la familia que con cualquier otro trabajo convencional». Reconoce que «aunque es un choque grande, no me costó adaptarme y estoy muy contenta». Tienen una niña de tres años y está embazada de siete meses. Espera otra niña y está muy satisfecha con una vida que le permite también disfrutar del aire libre. Las vacas están en el monte y bajan a los becerros para el destete. Mucha de la carne que producen la utilizan en un restaurante que tienen en Pazos, el resto «la vendemos nosotros directamente aquí y va para algún que otro restaurante», dice.

MARGARITA IGLESIAS FOCIÑOS GANADERA DE AGOLADA

«Eliximos ter granxas de porcos porque é menos sacrificado, e temos dúas»

Margarita Iglesias Fociños es de la parroquia de Val, en Agolada, y aunque sus suegros tuvieron vacas a la hora de buscarse la vida en el sector primario se decantó por el porcino. Señala que «é menos sacrificado que o das vacas, é un traballo relativamente fácil e ten unha flexibilidade horaria maior que tería unha explotación leiteira». Pidió una ayuda a la Consellería de Medio Rural para la puesta en marcha de dos granjas de cerdos y su incorporación como trabajadora agraria. Las explotaciones las lleva una sociedad creada por Margarita y su pareja, a los que se suma el hermano de Margarita, contratado como empleado. En su caso lo hicieron todo desde cero. Compraron unas fincas y construyeron. Las granjas empezaron a andar el verano del año pasado. Cuentan con 2.000 cerdos que crían. Llegan a la granja muy pequeños y están unos tres meses o tres meses y medio. Y aunque estos tiempos son duros, explica que estos días no tuvieron demasiados problemas con la huelga de transporte porque «a integradora que nos mete os porcos encárganse de todo: do transporte, da recollida, de levalos, da alimentación». La semana que empezó el paro les recogieron los cerdos y volvieron a traerle otros. «Temos a granxa a tope», indica.

ESTELA TABOADA GARCÍA GANADERA DE LALÍN

«Automaticé la granja avícola que heredé de mi madre»

Estela Taboada García tiene 35 años y una granja avícola en la parroquia lalinense de Prado. La heredó de su madre, pero nunca pensó en dedicarse al sector primario. Estudió Empresariales y cuenta que cuando hizo prácticas «no me vi encerrada en una oficina». Durante la Universidad trabajó como bombera forestal «para pagarme la carrera» y con el tiempo se convirtió en algo más. Ahora tiene plaza en la Xunta y «trabajo de bombera forestal seis meses al año» explicando que «tenía ganarme la vida el resto del año». Con la ayuda de la Xunta automatizó la granja. Tiene capacidad para 30.000 pollos. Llegan casi recién nacidos y los engorda hasta que alcanzan entre dos y tres kilos. La automatización le permite flexibilidad horaria y controlar la granja desde el teléfono. Explica que «tuve un ictus en el 2008 y aunque no me quedaron secuelas durante mucho tiempo tuve muchas citas sanitarias continuamente, y aunque ahora son más espaciadas, otro trabajo no me hubiera permitido faltar para ir a cada una de ellas».