«Me dijeron que no podría hacer negocio si me preocupaba por el bienestar animal, pero el mercado me ha dado la razón»

GANADERÍA

Un empresario del sector ganadero de Muimenta lamenta la falta de mano de obra, y aboga por utilizar productos naturales en lugar de químicos y fitosanitarios
28 mar 2022 . Actualizado a las 09:30 h.La competencia en el sector primario es, muchas veces, un escollo insalvable. Por ello, es vital diferenciarse, ofrecerle a los clientes algo que no sabían ni que necesitaban. Y hacer las cosas de un modo distinto al resto. Eso es lo que pensó Daniel Longueira, empresario oleirense, cuando fundó la compañía Black Milk. La corporación, que cuenta con dos naves en el polígono de Muimenta (Cospeito), se dedica a la comercialización de aditivos para el ganado, fertilizantes, plásticos y otros productos vitales para las explotaciones del sector ganadero.
«Me dijeron que era imposible conseguir beneficios si me preocupaba por el bienestar de los animales, pero el mercado me ha acabado dando la razón», afirma Longueira.
Desde el principio, el coruñés optó por «huir de todo lo artificial», y ofrecerle a los clientes productos lo más naturales posibles y que garantizasen el mejor trato a las vacas, a las gallinas y a todos los animales para los que trabaja Black Milk. «Yo ya empecé con la filosofía de no comercializar medicamentos, productos fitosanitarios, antibióticos... Todo eso les hace más mal que bien a los animales, y nuestra forma de trabajar acaba compensando económicamente, porque los clientes ven que sus animales están más sanos y cómodos con nuestro método», comenta Longueira.
Los productos aditivos que vende Black Milk son muy variados. El gerente destaca un sustitutivo de los antibióticos, que se le debe dar a las vacas en el momento del último ordeño. «Este producto es orgánico, y ayuda a ‘secar' al animal sin los efectos secundarios de los antibióticos, los cuales se les da de forma sistemática en muchas explotaciones, aunque no lo necesiten. Fuimos de los primeros en venderlo en España, y ya tenemos pedidos hasta de Italia», dice el gerente.
Principales intermediarios en la venta de semen en Galicia
Una de las últimas novedades del negocio de Longueira es una colaboración con la empresa canadiense Semex. Es la mayor corporación del sector de la inseminación bovina del mundo, Black Milk colabora con ellos desde hace unos meses. «Estaban buscando empresas para distribuir en Galicia, y dejamos de lado otros frentes para trabajar este servicio. Nos envían bidones que valen hasta 40.000 euros. La ingeniería genética en vacas y toros ha llegado a un punto espectacular, y mueve mucho dinero», comenta.
Otra fuente de innovación en Black Milk es su sistema de corte del plástico. «Tenemos grandes rollos en la nave», dice Longueira, «y se necesitaban tres o cuatro personas para desenrollarlo, cortarlo y llevarlo hasta el camión. Con una técnica que nos inventamos aquí, solo se necesita a una persona».

En apenas unos años, Longueira pasó de ser un emprendedor individual a tener siete empleados. «Encontramos nuestro lugar en el mercado haciendo las cosas bien», dice.
Aun así, una de las cosas que más echa en falta Longueira es la mano de obra. «Es muy difícil encontrar gente que quiera dedicarse a esto. Los empresarios agrícolas y ganaderos están robotizando las tareas porque no hay forma de contratar gente», lamenta. Él mismo afirma que tiene una plantilla corta, y que necesitaría «al menos dos trabajadores más» para la carga de trabajo con la que cuentan. «Pero es que no encuentro a nadie», añade.
El parón del transporte dejó a la empresa sin los productos de importación
Black Milk no se libró de los efectos de la huelga del transporte. De hecho, continúan sin una gran parte de sus productos. Daniel Longueira explica que, sobre todo, lo que no les llegan son los productos de importación: «Nosotros trabajamos mucho con aditivos, fertilizantes o minerales, cosas muy específicas, digamos, que vienen todas de fuera de España. Todo eso está bloqueado, y llevamos ya muchos días sin recibir nada de ese tipo». Tuvieron que parar ellos mismos sus envíos, ya que es muy habitual que sea su empresa la que les transporta los plásticos para ensilar a las explotaciones, algo imposible estos días.
El coruñés explica que su empresa es una especie de intermediaria entre las compañías de fabrican la materia prima y las explotaciones gallegas. «Las empresas nos meten prisa para que les llevemos los productos, y yo lo entiendo, pero es imposible que les transportemos algo que ni siquiera nos ha llegado a nosotros», explica. Sin embargo, están surtidos de la mayoría de elementos que no requieran un transporte internacional.
Los efectos de la inflación también golpearon a la empresa con sede en Muimenta, pero algunos de sus productos se han librado de la subida generalizada de los precios. «A los estratos de plantas, por ejemplo, no les ha afectado para nada. Es un producto natural que usamos mucho, pero no le ha afectado la especulación. Es algo muy fijo, que cambia poco en todos los sentidos, y eso nos ha beneficiado», comenta Longueira.

Ana Corredoira, ganadera de Palas: «Hai un modelo de produción que pode resistir a crise de Ucraína e a folga do transporte»
El sector ganadero, especialmente el lácteo, viene de unos meses duros y en las últimas dos semanas se sumó la invasión en Ucrania, que ponía en peligro el abastecimiento del pienso, y ahora la huelga de transporte, que paraliza la recogida de leche. Sin embargo, desde las explotaciones ganaderas quieren destacar que hay un modelo de producción que puede resistir a estas crisis. Lo explica Ana Corredoira, de la granja ecológica A Cernada, que sorteó el desabastecimiento de Ucrania y resistió los primeros días del parón de transporte.
En la aldea A Cernada, en Palas de Rei, Ana cuenta con un rebaño de 100 vacas, de las cuales 55 actualmente están produciendo leche Sen Máis y que se emplea para otros derivados lácteos. De media, fabrica unos 1.000 o 1.100 litros al día, en ecológico. Su modelo de producción está en camino de ser autosuficiente, que es una característica base del modelo de ganadería que podría sortear esta situación. La invasión a Ucrania y los problemas de abastecimiento de pienso no le afectaron. «Compramos o cereal para o pienso a productores de proximidade, en Castela e León, polo que non temos dependencia de concentrados estranxeiros», cuenta. Corredoira destaca que se debe potenciar el «sector tractor» que es España. «É unha das principais potencias en producción de alimento para o gando e aínda así temos unha dependencia enorme do exterior. A crise actual pode volver a pasar», argumenta Corredoira. Además, trabaja en extensivo, lo que le da más resistencia en cuanto a los problemas de la alimentación que a los modelos en intensivo.