
La prohibición, aprobada tras las vacas locas, se mantiene en los bovinos
09 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Todo empezó con Parrula hace poco más de 21 años. Era una vaca muy productiva que vivía en una granja de nueve animales en Enxerto, una aldea del concello de Carballedo, en la comarca de Chantada. Parrula fue la primera res diagnosticada en España, en noviembre del 2000, con encefalitis espongiforme bovina (EEB), una enfermedad causada por priones, que no son más que pequeñas proteínas. Poco después de la aparición de aquella primera vaca loca se supo que aquella enfermedad que había imprimido una fuerte puñalada al sector cárnico era transmitida a través de la alimentación. Y para ponerle freno quedó prohibido el uso de proteínas animales para la elaboración de piensos, un veto que, entre otras normativas, quedó regulado en el reglamento europeo 999/2001.
La prohibición lleva vigente dos décadas, pero parece que pronto podría levantarse como ya había pedido hace años España. Al menos en el caso de alimentos para animales no rumiantes. Es decir, para piensos de cerdos o aves de corral. La prueba es que el Ministerio de Agricultura acaba de sacar a consulta pública un real decreto por el que se dictan disposiciones para la utilización de proteínas derivadas de animales en alimentación animal. De esta forma, se traspone un reglamento europeo aprobado en agosto del pasado año, que modifica el anexo IV de aquella norma europea del 2001 que prohibió terminantemente el uso de subproductos animales para alimentar el ganado.
Según el real decreto en consulta, «esta flexibilización se realiza sobre la base de diferentes dictámenes científicos recientemente publicados que confirman que el riesgo de transmisión de la Encefalitis Espongiforme Bovina (EEB) entre no rumiantes resulta insignificante».
Además, añade que «han desarrollado y validado métodos analíticos para la detección de la presencia de proteínas animales transformadas de ganado porcino, aves de corral e insectos en el pienso».
En base a ello, quedaría autorizado el uso de proteínas animales transformadas de origen porcino en piensos para aves de corral, de proteínas transformadas procedentes de aves de corral en alimento para ganado porcino.
Proteína de insectos
La nueva norma abre también la puerta al uso de proteínas transformadas procedentes de insectos de granja para elaborar piensos para alimentar cerdos o aves de corral.
Antes de que el uso de subproductos animales fuera prohibido en alimentación animal, lo habitual era que los restos de los animales que llegaban al matadero eran transformados en harina que luego era añadida al alimento transformado. Su veto hizo que la industria de los piensos tuviera que recurrir a una proteína alternativa. ¿Qué usó? La soja, un grano que se importa fundamentalmente de Sudamérica o Estados Unidos. Basta ver los barcos que descargan en Langosteira.