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Las vacas gallegas pierden los pendientes

X.R. Alvite REDACCION

GANADERÍA

La ternerita Lila con sus crotales colocados en las orejas
La ternerita Lila con sus crotales colocados en las orejas X.r. Alvite

Cientos de explotaciones ganaderas se quejan de la facilidad con la que se están despegando los crotales que identifican los animales. Desde Medio Rural dicen que ya avisado al fabricante, que está tratando de solucionar el problema

05 dic 2021 . Actualizado a las 19:09 h.

Las vacas gallegas tienen el DNI en las orejas. En unos pendientes de plástico llamados crotales que cuentan con un número, diferente para cada animal, que permite identificarlo y conocer todos sus movimientos a lo largo de su vida. Un sistema de trazabilidad que lleva más de un cuarto de siglo funcionando con seguridad _se perfeccionó a raíz de la aparición de las vacas locas_ y que ahora empieza a dar problemas a los ganaderos gallegos. No por su efectividad, sino por algo tan sencillo como la baja calidad de los propios crotales. Esa es, al menos, la denuncia de cientos de explotaciones ganaderas que se quejan de la facilidad con la que estas marcas auriculares se despegan de las orejas de los animales. Al parecer, el problema más recurrente es que la pieza macho _tiene una especie de pincho metálico_ se suelta de la ranura que tiene la parte hembra haciendo imposible volver a colocarlo. 

«Antes eran de moita mellor calidade. Sempre caían algúns como é lóxico porque os animales fréganse entre eles, coas paredes ou mesmo se enganchan nas cornadizas ao comer, pero non tanto coma agora. No noso caso é raro o día no que non aparece algún tirado. Por cada un que caía antes agora caen dez. Non ten xeito», apunta José Manuel Fernández, un ganadero de Mazaricos que dice haber gastado más de 1.800 euros en la adquisición de duplicados de sus pendientes vacunos. 

Porque, si uno de estos crotales se cae, es necesario reemplazarlo por otro que tenga el mismo número. Un trámite que debe solicitar  a través de la Oficina Agraria Virtual y que cuesta al ganadero1,5 euros por crotal. A esa cantidad a la que hay que sumar el coste del envío que oscila entre los cuatro euros, en caso de que vaya por correo ordinario, o los ocho, en caso de usar  mensajería urgente. Ese dinero va a parar directamente a la empresa adjudicataria de este servicio que, según señalan desde la administración autonómica, cuenta con todos los certificados de calidad exigidos en el pliego de condiciones elaborado en su día. Con todo, desde Medio Rural, dicen saber de la existencia de este problema en los crotales y, de hecho, ya se lo han comunicado al fabricante que, al parecer, ya está implantando en los nuevos pendientes una mejora tecnológica que refuerza la unión del macho y la hembra con el fin de disminuir las pérdidas. 

Según señalan desde la Xunta, los duplicados que reciban los ganaderos a partir de esta semana ya contarán con esta innovación. Del mismo modo, las nuevas marcas que reciba la Xunta _posteriormente se reparten entre las granjas para ser colocadas a los animales que les vayan naciendo_ también dispondrán de esa mejora que se espera optimice su durabilidad y consiga que las vacas dejen de perder sus vistosos pendientes.

 ¿Cómo funciona el mecanismo de identificación del ganado?

El actual mecanismo de identificación y registro de ganado bovino lleva más de veinte años funcionando como un control eficaz de los movimientos de las reses desde el momento de su nacimiento hasta su baja definitiva, bien por fallecimiento en la propia explotación o bien por su sacrificio en un matadero. También permite verificar la correcta llegada de reses procedentes de otras comunidades o de terceros países.

¿De qué forma se identifican los animales?

Con unas marcas auriculares denominadas crotales, que se colocan en cada oreja. Constan de dos piezas que se unen con una tenaza especial. Son de un material plástico flexible e inalterable que, en teoría, resulta imposible de reutilizar una vez se intenta retirar del animal.

 ¿Qué datos lleva el crotal?

Cada marca consta de dos letras con las que se designa el país (ES, en el caso de España) seguidas de doce dígitos. Los dos primeros son de verificación y control, los dos siguientes corresponden a la comunidad autónoma (11 para Galicia) y los ocho siguientes identifican al animal. También figura impreso un código de barras para su lectura por medios electrónicos.

 ¿Cuándo se colocan a los animales?

En los primeros 20 días tras el nacimiento de la res y siempre antes de que esta abandone la explotación. Además, el ganadero debe dar de alta al animal en la base de datos oficial y en el libro de explotación, en el que deben figurar todos los movimientos del rebaño. Desde ese mismo momento se genera el DIB (Documento de Identificación Bovino), una especie de pasaporte que debe acompañar al ganado durante toda su vida.

 ¿Y si el animal viene de otro país?

Mantiene el crotal del país de origen y la documentación que lo acompaña. El ganadero debe, sin embargo, proceder a realizar su alta dentro de los siete días siguientes a su llegada.

¿Qué sucede con los animales que salen de la granja?

Todos los movimientos de baja de animales deben reflejarse en el libro de explotación y en la base de datos electrónica. Por su parte, en el destino final de la res se procederá a su alta con el fin de saber el recorrido que ha seguido. Si muere, la empresa encargada de su retirada será la que expida un acta de recogida del cuerpo y registre su baja. Con la destrucción de los cadáveres también se eliminan los crotales, que no serán reasignados.

 ¿Qué pasa si un animal pierde uno de los crotales?

El ganadero debe solicitar un duplicado, que tendrá el mismo número del extraviado. Ninguna res puede salir de la granja si no dispone de las marcas en las dos orejas.

¿Qué sucede si se incumple la obligación de declarar el movimiento de las reses?

Se incurre en una infracción que puede dar lugar a multas con un importe mínimo de 600 euros y derivar en la pérdida de las ayudas europeas de la PAC. Los veterinarios oficiales controlan el correcto cumplimiento de las obligaciones de registro e identificación de reses.