Los propietarios esperan poder ponerla a salvo hoy mismo
16 nov 2021 . Actualizado a las 09:45 h.La ternera atrapada desde el viernes en el cauce del río Deza a su paso por Vila de Cruces continúa a la espera de rescate. Los intentos realizados hasta el momento para subir al animal por el barranco bajo el que discurre el cauce fluvial han sido infructuosos. La vaca, que está preñada de siete meses, tiene las patas doloridas y está asustada. Desde que cayó al río el viernes ha tenido que dormir a la intemperie en la orilla y ha incubado un principio de neumonía. Está siendo tratada por un veterinario que la visita periódicamente. La enfermedad parece tener buen pronóstico.
A falta de ánimos y de fuerzas para superar los 250 metros de subida pedregosa que el animal tendría que recorrer para salir del cañón fluvial, los propietarios han decidido abrir un nuevo acceso desde una zona menos complicada. Lo hacen gracias a la colaboración del Concello y de los vecinos, que han estado a pie de río desde el primer minuto.
Dos palas trabajaron este lunes desde el amanecer en el acondicionamiento de la nueva pista para tratar de rescatar al animal. Una máquina con martillo se abre paso en el barranco picando la piedra. Detrás va una pala retirando el material para ir allanando el camino. En la primera jornada de trabajo, las máquinas han conseguido abrir unos 15 metros de camino, pero queda todavía un buen trecho por acondicionar en una zona de talud muy complicada.
Los propietarios de la vaca confían en poder sacarla hoy del cauce fluvial. En principio, el plan de rescate es el siguiente. Una vez que la pista esté terminada se cubrirá con zahorra para facilitar el paso. Después, si el animal no es capaz de subir por sus propios medios, se hará uso de un camión equipado con grúa para levantar al animal por los cuartos delanteros, con una cinta colocada bajo las patas. De esta forma se pretende ayudarle a ir avanzando sin hacer demasiada presión sobre las patas. «Ao ter a cría non a podemos levantar no aire porque podería perdela. Iremos axudándolle, tanteando, de forma suave, a ver se da subido pouco a pouco, porque está moi asustada», explica Ramón Varela, yerno de los propietarios.
El susto no es para menos. La vaca huyó despavorida la noche del jueves del cierre en el que se encontraba. Los dueños dicen que tuvo que ser la presencia del lobo la que la amedrentó. Después de recorrer cinco kilómetros cayó al río Deza desde una altura de varios metros y tras ser arrastrada por la corriente acabó atrapada en una zona de poco caudal de la que no puede salir por estar flanqueada por un barranco rocoso. Los intentos por ayudarla a salir del atolladero y la presencia mediática de ayer tampoco contribuyen al sosiego. Si todo va bien, hoy la vaca podrá al fin descansar tranquila en su granja de Bascuas.