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Europa sugiere rescatar el empleo de pastor para prevenir ataques del lobo

M.C. REDACCIÓN

GANADERÍA

Juan Díaz, es uno de los pastores que aparecen en el documental de WWF
Juan Díaz, es uno de los pastores que aparecen en el documental de WWF

Publica una guía en la que opta por la prevención como vía para promover la convivencia entre esta especie y la ganadería, en línea con la estrategia del Ministerio

15 oct 2021 . Actualizado a las 23:10 h.

«El lobo llegó a matarme 121 ovejas. No sabía. Pero con los mastines y mi presencia junto al rebaño todo cambió». Juan Díaz, un pastor trashumante de Riaño (León), relata cómo ha aprendido a convivir con el lobo a los pies de los Picos de Europa. Lo hace en un documental en el que la organización WWF recoge el testimonio de pastores de 17 países. Su objetivo: mostrar cómo la convivencia de los ganaderos con el lobo puede ser una realidad. La presencia de pastores, un empleo en peligro de extinción, es precisamente una de las figuras que sugiere rescatar el documento de orientación sobre la protección rigurosa de las especies animales de interés comunitario que este martes ha hecho público la Comisión Europea: «En particular, la presencia de pastores puede hacer que las medidas de protección del ganado sean considerablemente más eficaces y ejerce, por ella misma, un efecto disuasorio sobre los depredadores», dice el nuevo documento.

El problema es que el de pastor es un trabajo en peligro de extinción. De ahí que los perros o los pastores eléctricos sean otras de las herramientas fundamentales de esa estrategia de prevención por la que aboga la UE frente a las políticas de «extracción» de ejemplares.

La guía, elaborada en el marco de la Directiva sobre los Hábitats, actualiza la realizada hace 15 años. En el anexo específico dedicado al lobo es clara al concluir que «las medidas preventivas son un componente fundamental de un sistema integral de coexistencia» entre esta especie y la ganadería. Y, en línea con lo recogido en el borrador de la Estrategia para la Convivencia de las Actividades en el Medio Rural con el Lobo y su Conservación elaborada por el Ministerio de Transición Ecológica y con la guía de medidas preventivas elaborada por ese departamento del Gobierno central, destaca la importancia de medidas de protección «como los diferentes tipos de cercas, pastoreo, perros guardianes de ganado, concentración nocturna del ganado y dispositivos acústicos o visuales de disuasión». Bien es cierto que, aunque aboga por hacer una gestión transfronteriza de la especie, incide en que «las medidas han de adaptarse a las característica de cada rebaño». Porque no es lo mismo un grupo de vacas que pastan en las montañas de Os Ancares, que unas ovejas que pastan en campos de Zamora.

Y apunta que para poder decidir qué hacer o qué medidas adoptar en cada caso es preciso contar con datos actualizados sobre los que adoptar una estrategia. Eso es lo que falta todavía en Galicia. Saber cuántos lobos hay, un trabajo que ahora está en proceso de elaboración. Lo que deja claro es que  el conflicto alrededor del lobo y los ataques al ganado no pueden abordarse exclusivamente por medio de abatir ejemplares. Reconoce que se pueden aplicar medidas extractivas, pero siempre que se cumplan las exigencias legales establecidas en la norma y previendo la aplicación de soluciones alternativas satisfactorias no letales.De hecho, ha de comprobarse antes de llegar a la batida que no han funcionado todas las medidas preventivas que se pueden adoptar. 

Pero, cómo no, el documento también alude a las ayudas para compensar daños provocados por el lobo: «No siempre bastan para solucionar los problemas de coexistencia, ya que no reducirán las depredaciones ni otros conflictos. Además, los pagos compensatorios a menudo no son sostenibles a largo plazo, a menos que se combinen convenientemente con otras medidas», dice el documento. Además, explica: «los pagos compensatorios pueden ser con frecuencia una medida apropiada, pero es preciso definir claramente las normas de admisibilidad y tener en cuenta diversos factores. Esto incluye comprobar que las pérdidas de ganado se deban efectivamente a la depredación de lobos y garantizar que la compensación sea justa y que el beneficiario admisible la perciba rápidamente».