Patrocinado porPatrocinado por

El número de industrias ha crecido en los pequeños municipios gallegos un 13 %

Somos Agro REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

miguel souto

30 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector porcino tiene un efecto directo sobre la economía de los pequeños municipios gallegos, donde genera empleo y contribuye a evitar la despoblación. Esa es, al menos, la teoría de la interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), que asegura que el número de industrias dedicadas a la producción de porcino en municipios de menos de 5.000 habitantes de Galicia se ha incrementado cerca de un 13 % en solo diez años.

En el 2008, en Galicia había 55 industrias dedicadas a estos animales en los municipios pequeños. Una década después, en el 2018, son 62 las que existen en esta comunidad. Si hablamos de granjas, en cambio, en la región hay un total de 1.448, de las que 631 se ubican en municipios de menos de cinco mil habitantes, «lo que evidencia el carácter esencial del sector porcino y su efecto directo en la economía de estos pequeños municipios, donde genera empleo estable y contribuye a evitar su despoblación», aseguran en Interporc.

Empleos directos

En total, el número de industrias de porcino en Galicia asciende a 183, de las que el 33 % se encuentran en localidades pequeñas y generan un total de 2.117 empleos directos, el 26 % en poblaciones de menos de 5.000 habitantes. Por otro lado, desde Interporc destacan también que la implantación del sector porcino en estos municipios es integral, es decir, no solo encontramos granjas sino también industrias, lo que considera indispensable para que el sector agroalimentario contribuya a la sostenibilidad del medio rural.

Por otro lado, la interprofesional destaca que el sector trabaja bajo un sistema de producción que persigue la seguridad alimentaria, el bienestar animal y la sostenibilidad. De hecho, en el plano medioambiental, existe un firme compromiso por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También se apuesta por reducir el consumo de agua, electricidad y combustibles o la menor generación de plásticos no reutilizables, residuos o desperdicios. Todas estas medidas, asegura la interprofesional, han contribuido a que el peso de la actividad porcina sobre el conjunto de las emisiones nacionales de carbono sea solo del 1,9 %.