Con cierre perimetral y menos de 725 vacas; así es la granja que pide Madrid

GANADERÍA

La nueva norma no tiene en cuenta las necesidades del sector en Galicia
09 oct 2021 . Actualizado a las 20:04 h.Galicia es una de las principales regiones productores de leche de Europa y el lugar donde se instalan buena parte de las granjas que existen en España que, además, se encuentran entre las más punteras del sector. Pero nada de esto ha sido tenido en cuenta a la hora de redactar la primera norma básica de ordenación de las granjas bovinas, que hizo pública el Ministerio de Agricultura. El documento está lleno de buenas intenciones, como poner coto a las macrogranjas, garantizar las condiciones de bioseguridad o reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, falla en algunos planteamientos básicos, como considerar que son explotaciones demasiado grandes las que tienen más de 725 vacas en ordeño. La orden está ya en exposición pública, por lo que se pueden presentar alegaciones.
Macrogranjas de más de 850 unidades de ganado mayor
«Con el objetivo de conseguir un desarrollo armónico y ordenado del sector se considera necesario establecer una capacidad máxima» de las explotaciones, reza la nueva norma de Agricultura. Y establece esta en 850 unidades de ganado mayor o, lo que es lo mismo, unas 725 vacas en ordeño o 1.400 terneros de cebo. «Iso é unha granxa grande que en Galicia existe e non supón ningún problema porque teñen espazo e os animais aliméntase coas forraxes producidas na explotación, o que significa que teñen superficie suficiente para xestionar os xurros», cuenta Óscar Pose, de Unións Agrarias. La norma solo autoriza las explotaciones de ese tamaño que, cuando entre en vigor el decreto, ya estuvieran en funcionamiento o tuvieran la autorización. «Pero ese límite é excesivo. Hai que controlar as macrogranxas pero as dese tamaño non supoñen nin problemas para os veciños», insiste Pose.
Prohibido a menos de 500 metros
Otro de los inconvenientes de esta normativa es que prohibirá establecer una nueva granja si en un radio de 500 metros hay otra explotación. «Fanno para respectar os núcleos e evitar a contaminación cruzada, pero iso en vacún non existe», añade Pose, quien asegura que esta normativa está pensada para sistemas más extensivos como el porcino o el avícola. Es más, en su opinión, esto significaría generar un problema donde no lo hay. «Teríamos que establecer as explotacións en zonas onde non hai servizos como saneamento ou electricidade e serían inviables moitas delas», asegura.
Requisitos para las nuevas explotaciones
La norma recoge una serie de requisitos que tienen que cumplir todas las explotaciones, como contar con una «superficie adecuada», disponer de instalaciones permanentes «cubiertas y aisladas del exterior» o tener un suministro de agua «de calidad adecuada». Sin embargo, para las de nueva creación prevé más condicionantes, como que estas deben estar delimitadas perimetralmente, que el acceso debe disponer de un cierre, que tendrán que contar con instalaciones para el almacenamiento del alimento configuradas para minimizar el acceso de animales domésticos y silvestres o que deberán mantener un registro de todos los vehículos y personas que acceden a la explotación. «Os peches perimetrais con vaos sanitarios, os rexistros de entrada son cousas que se precisan en porcino ou avícola, non en vacún. Todo isto son custes a maiores. As explotacións máis punteiras de leite están en Galicia e non precisan de todo iso», argumenta Pose. Otro problema que encuentra es que aquella explotación que cambie de tamaño, es decir, pase de pequeña a mediana o de mediana a grande, será considerada como nueva, con lo que tendrá que adaptarse a la normativa.
Gestión de residuos
La norma también obliga a las explotaciones de más de 180 unidades de ganado mayor a disponer de un estercolero y de balsas de purines. «Con iso non temos problema. As explotacións xa os teñen porque é algo ao que están obrigadas. Incluso temos as fosas sobredimensionadas porque aquí chove moito», explica. De hecho, recuerda, está en estudio un nuevo decreto de gestión de purines que obligará a llevar un registro de toda su gestión.
El nuevo sistema integral de gestión
Otro de los requisitos que deberán cumplir las explotaciones medianas y grandes es que tendrán que contar con un Sistema Integral de Gestión de Explotaciones (SIGE), en el que deberán incluir el plan de formación en materia de bienestar animal, medio ambiente y manejo de los animales y también el plan de gestión ambiental, con información sobre las medidas para la optimización del uso del agua y la energía, para el control de ruidos, el plan de gestión de residuos plásticos y el de estiércol. «Iso significa meter papeis que non aportan nada. Cada vez é máis complicado e tes que contratar empresas externas para que che leven todo iso, co custe que iso supón», lamenta Pose.
Reducción de emisiones
Las granjas de mayor tamaño, las de más de 850 unidades, tendrán que adoptar técnicas con la finalidad de mitigar las emisiones de gases a la atmósfera. Para ello tendrán que diseñar una estrategia nutricional que contribuya a ello, adoptar en las instalaciones de alojamiento al menos una técnica que permita reducir las emisiones en al menos un 25 % y, en cuanto al purín, implantar técnicas que reduzcan las emisiones de amoníaco en un 80 %. «Aquí xa regulamos o alimento porque o sector está profesionalizado», asegura el portavoz de Unións Agrarias. Y, sobre el purín, insiste en que este puede ser un problema en macrogranjas, donde debería contar con plantas de gestión. «Non hai nada mellor que ter superficie para usar o purín como abono e iso pasa no 100 % das granxas galegas. Teremos que adaptar e cubrir algunha fosa, pero fóra diso non hai mellor técnica de xestión que usar o purín como abono», afirma. Aunque estos requisitos solo son para las granjas más grandes, la normativa se reserva el derecho de revisar la dimensión de las explotaciones a las que afectará.
Cursos para los trabajadores
La norma también prevé que el titular de la explotación se asegurará de que todas las personas que trabajan allí tengan la formación adecuada y suficiente. Tendrán que haber superado un curso mínimo de 20 horas de duración, del que quedarán eximidos si tienen 3 años de experiencia o una titulación oficial. Pero es que, además, una vez cada cinco años realizarán cursos de adecuación de los conocimientos a los avances técnicos de la actividad con una duración mínima de diez horas.