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Agricultura lanza su propuesta de ecoesquemas para la nueva PAC

María Cedrón REDACCIÓN

GANADERÍA

miguel souto

Las mayoría de las explotaciones de Galicia podrían acogerse a prácticas como el manejo de pastos de siega sostenible, la rotación con especies que mejoren la calidad del suelo o el pastoreo extensivo. Los viticultores también podrían, por ejemplo, recibir un incentivo por cubrir con restos de poda el suelo de las viñas

11 ago 2021 . Actualizado a las 14:25 h.

Aún no están aprobados, pero el Ministerio de Agricultura ha hecho pública una propuesta provisional de ecoesquemas _prácticas beneficiosas con el medio ambiente que son voluntarias para los ganaderos, pero obligatorias para los Estados_ sobre la que quiere construir la arquitectura medioambiental del plan estratégico de España para la política agraria común (PAC).

El documento no tiene carácter jurídico, pero da una pista de qué actuaciones enfocadas a la protección del medio ambiente, el cuidado de la biodiversidad y la gestión eficiente de los recursos naturales han de poner en práctica los ganaderos que quieran llevarse parte de los 1.107,4 millones de euros que España dedicará a ecoesquemas.

De las nueve prácticas bonificables _siete se corresponden con un ecoesquema principal y las dos restantes con otro complementario_, las que más se adaptan a las características de las explotaciones gallegas son el de manejo de pastos de siega sostenible, la rotación de especies mejorantes o el pastoreo extensivo. De la primera, podrían beneficiarse las granjas lácteas que alimentan el ganado con hierba seca. Para optar a ayudas han de dejar un margen sin segar. Debe ser de un 10 % del total de superficie declarada de cada granja. El hecho de que ese porcentaje no compute por parcela es, a juicio de Unións Agrarias, un buen principio dentro de la negociación porque en caso de haberse aplicado a cada parcela supondría un agravio comparativo para Galicia por el gran peso del minifundio en la comunidad.

De la segunda práctica podrían echar mano las explotaciones lácteas con manejo intensivo que cosechan maíz para alimentar el ganado y que podrían alternar el cultivo con otros como el sorgo o la beza. Y ya en el caso del pastoreo extensivo se abre la mano a aquellas granjas que apuesten por esa práctica para la cría de vacuno como ovino-caprino o porcino. El pastoreo ha de realizarse al menos 120 días al año. Las explotaciones dedicadas a la viticultura podrían beneficiarse del uso de cubiertas vegetales inertes. ¿Cómo? Usando restos de poda para cubrir el suelo.

 El documento hecho público por el Ministerio propone dos ecoesquemas: Uno principal y otro complementario. Bajo el amparo del ecoesquema principal, se concederán pagos para favorecer el cuidado del clima y medio ambiente para aquellos voluntarios que lo pidan y lleven a cabo en las hectáreas elegibles de su explotación al menos una práctica relacionada con la agricultura baja en carbono o con la agroecología. Las prácticas entre las que podrán elegir son el pastoreo extensivo; la agricultura de conservación y siembra directa; cubiertas vegetales vivas; cubiertas inertes; siega sostenible; rotación de cultivos con especies mejorantes, y áreas no productivas en tierras de cultivo. 

En el ecoesquema complementario se bonifican prácticas relacionadas con la agricultura de precisión: la gestión sostenible de insumos y también el pastoreo racional (rotación de especies y parcelas). 

Al ecoesquema principal se destinará el 90 % de la dotación prevista para estas prácticas, «que asciende a 996,7 millones de euros tomando en cuenta un ring-fencing del 23 % para intervención». El documento explica que la remuneración de todas estas prácticas tendrá carácter compensatorio y será mediante un importe unitario por hectárea elegible. El ecoesquema complementario cuenta con una dotación presupuestaria de 110,7 millones de euros. La gestión sostenible de insumos tendrá un carácter incentivador, mientras que el pastoreo racional, al ir asociado a una superficie determinada, irá destinado a compensar los costes adicionales o al lucro cesante derivado de su realización. 

Sobre esta propuesta las organizaciones agrarias han lanzado ya una primera valoración. Desde Unións Agrarias aplauden hechos como que el porcentaje del 10 % de superficie de pastos que no podrán segarse para conservar la biodiversidad se compute por el conjunto de fincas de cada explotación, pero avanzan que ahí todavía hay que negociar que puedan enrtar en esos porcentajes los terrenos no declarados de las granjas, pero que conservan todas esas especies. Lo que no ven con tan buenos ojos es que dentro del ecoesquema principal haya una práctica específica para las dehesas, pero no para la cornisa cantábrica. También ve con recelo que las cantidades estimadas por hectárea para cada una de las prácticas bonificables sean más bajas en el caso de las que podrán aplicar las granjas gallegas. .