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La lluvia diezma la floración y no da respiro a las abejas

Rocío Perez Ramos
rocio ramos LALÍN

GANADERÍA

miguel souto

La producción de miel está siendo escasa en la zona esta temporada

07 ago 2021 . Actualizado a las 15:06 h.

«O noso é mirar sempre hacia arriba», señala Martín Cañedo, de Apícola Cañedo de A Estrada. Y lo que ven no siempre es bueno. El año pasado, la temporada fue nefasta para la producción de miel que cayó en picado en la zona. Y esta, aunque parece que es un poco mejor, sigue siendo muy mala. Nada que ver, dicen los apicultores de la zona, con un año normal.

Contra las condiciones meteorológicas poco se puede hacer y son las que marcan para el sector un año bueno o un año malo. El pasado, comentaban los apicultores de las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, el tiempo vino del revés y cuando las flores empezaban a florecer llegó la lluvia y el frío que diezmó mucho la floración. Aunque la cosecha de miel se recuperó algo a final del verano para veteranos como Fernando Pájaro, de Casa Pájaro «foi o peor ano da miña vida».

Este calcula que puede coger «o mellor 3.000 quilos», el año pasado recogió algo más de 2.000 y antes de eso, apunta, «estabamos collendo 5.000». La diferencia es notable. El mes de junio es la mejor época y cuando las abejas trabajan a pleno rendimiento. Este año se encontraron con la lluvia «e mentras chova elas non poder saír». El agua hizo estragos en las flores, pero también algunos días de heladas que quemaron todo. Pájaro cuenta con alrededor de 400 colmenas y explica que «hai pouco que apañar». En julio hubo alguna semana buena que permitió a las abejas recuperar un poco y poder conseguir algo de miel.

Las mismas quejas del tiempo las apunta Martín Cañedo. Cuenta que «levamos un par de anos complicados e ese non houbo maneira de que se encarrilaran dás ou tres semanas de bo tempo, case día si e día non choveu, fi moi salteada e iso prexudicou moito». En estos momentos, apunta, está con la última recogida. Pájaro también da ya la temporada por prácticamente cerrada. Ambos explican que en la zona la situación es similar en todas partes. Señalan que en la costa, donde se recoge antes la producción, esta temporada también fue mala. Fernando Pájaro augura un precio al alza de la miel este invierno y afirma que su cosecha este ano será «pequena, para ir sobrevindo». Señala que tienen más problemas los apicultores que tienen muchas colmenas «porque os que teñen un par delas non teñen problemas porque para elas, as flores chegaron para que as abellas puidesen produción mel suficiente».

Martín Cañedo cree que lo más determinante para la producción de miel es el tiempo. Señala que «a flor sufre bastante e houbo o 50 % ou menos» en el eucalipto que tiene una floración escalonada desde finales de invierno hasta el principio de la primavera.

Luego está el castaño que «tamén foi moi mal na nosa zona», explicando que «empeza en xuño e xullo dependendo da variedade de castiñeiro e algo se colleu pero non no momento clave que foi cando choveu».

Las velutinas fueron escasas y su ciclo también se ralentizó este año

La primavera tardía y un verano que no está siendo del todo verano también incluyeron en el ciclo de las avispas velutinas. Los apicultores señalan que tienen herramientas suficientes para combatirlas. Otra lucha es siempre las enfermedades, especialmente contra la varroa que afecta a las abejas. Pájaro señala que «as enfermidades non se poden evitar pero son superables» aunque este año no tiene queja, todo lo contrario.

En cuanto a las velutinas, comenta que «no monte non as vin e na casa a saída do inverno pillei 20 ou 30 raíñas e logo xa non apareceron nin obreiras». Indica que «as veces aparece unha a picar na froita pero nada máis». En el monte no se las vio. Martín Cañedo señala que «o ciclo da avespa é anual e está empezando agora» y vaticina que «este mes vai a subir a incidencia». Las colmenas, dice «temos maneira de defendelas».

Manzanos con flor en julio y otros efectos del cambio climático

Año a año, los apicultores observan cosas que evidencias cada vez más los efectos del cambio climático en la naturaleza. Una es el tiempo que cada año nos trae de cabeza. Fernando Pájaro cuenta que «temos unhas maceiras onda a casa e estiveron floreando en xullo». Algo impensable y raro teniendo en cuenta que lo normal es que florezcan en abril. Lo achaca al cambio climático que provoca también otras consecuencias y cree que «é algo que non se está tomando en serio». En Lalín, las colmenas de Casa Pájaro están en un monte donde crece de forma abundante el brezo, pero este año esta especie también se vio afectada por las lluvias. En julio, apunta, «foise mantendo algo a carpaza e algo de castiñeiro».

En A Estrada, Martín Cañedo, indica que ahora «están salvando un pouco a carpaza de verán, onde hai» porque se queja que con el abandono de los montes solo hay en algunas zonas. Pero esta floración del brezo, dice, no tiene ya nada que ver con otras floraciones más potentes.

Este año, los apicultores dan casi ya por cerrada la recolección porque, dicen, «agora as abellas xa recollen para comer elas» y la producción ya se para. La campaña en la zona suele cerrase a finales de este mes incluso a principios de septiembre.