Los productores de pollo deberían de cobrar cinco céntimos más por kilo para cubrir costes

Hasta un 36 % más que antes del 1 de junio. Eso es lo que gastan en energía eléctrica las granjas dedicadas a la cría de aves en Galicia tras las últimas subidas de la tarifa eléctrica. El cálculo lo ha hecho Unións Agrarias, quien explica que para las explotaciones avícolas eso supone una carga «insoportable». ¿Por qué? Porque la energía supone el 33 % de los costes de este tipo de instalaciones. El problema añadido, como apuntan desde la organización agraria, es que los productores no ven que esas subidas de costes hayan repercutido en el precio que ellos reciben por sus productos: «Ao non darse recuperado do impacto da caída do consumo en hostelería e turismo derivada da pandemia», dicen desde la organización agraria .

Las cifras que maneja Unións Agrarias muestran como los productores están recibiendo 0,18 euros por kilo de pollo tipo broiller, cuando para cubrir costes precisarían cobrar cinco céntimos más, hasta llegar al menos a los 0,23 euros por kilo. A su juicio esta es una prueba más de que la Ley de la Cadena no está funcionando «ao non poder trasladarse os custes ao prezo de orixe».

Pero la subida de la factura eléctrica no es el único palo en la rueda con el que ha topado el sector avícola en los últimos meses. El parón de la hostelería rebajó la demanda  de este tipo de carne y, por tanto, obligó a las granjas a rebajar las crianzas anuales. Además también se alargaron las estancias de pollos de catorce días a un mes. De ahí que también se redujeran las entregas a las empresas que hacen la integración al pasar de 35.000 a 30.000 crías al mes.

En definitiva, las más de 900 granjas de pollo que hay por toda la comunidad han dejado de ingresar unos 13,5 millones de euros

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