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Galicia perdió 252.394 ovejas y cabras en los últimos veinte años

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

ALBERTO LÓPEZ

El sector registra un descenso continuado de un 4 % desde el 2000

12 abr 2021 . Actualizado a las 09:35 h.

En Galicia se crían cada vez menos cabras y ovejas. A pesar de las posibilidades que la comunidad ofrece para este tipo de explotaciones ganaderas, lo cierto es que un análisis de los datos publicados anualmente por la Consellería do Medio Rural revela que, desde el año 2000, el número de cabezas que se crían en la comunidad ha caído a un ritmo del 4 % anual. De hecho, actualmente hay 252.394 animales menos que entonces. Para el presidente de la Sociedade de Pastos e Forraxes de Galicia, Joan Alibés, esta situación es consecuencia «de décadas de abandono do sector e de falta de promoción, formación e profesionalización», argumenta.

Galicia es, con diferencia, la primera comunidad autónoma por número de explotaciones de ovino y cabruno. Sin embargo, solo cuenta con menos del 2 % del censo estatal de ovejas y cabras, asegura Alibés. Esto es porque las 19.640 explotaciones gallegas tienen una media de 8 animales. De hecho, analizando su estructura de producción, vemos que hay 15.725 con menos de 10 cabezas y otras 3.397 que tienen entre 10 y 49. Solo 276 cuidan de entre 50 y 99 ovejas y cabras, mientras que otras 185 tienen entre 100 y 249. La cifra se reduce todavía más, hasta las 57, si buscamos granjas con más de 250 animales, que son las que, según Alibés, podrían considerarse como profesionales. Por provincias, es Pontevedra donde hay más explotaciones (6.526), seguida de Lugo (6.443), A Coruña (5.225) y Ourense (3.239). En cambio, si hablamos de cabezas de ganado, Ourense se sitúa a la cabeza (62.647), seguida de Lugo (54.432), Pontevedra (30.496) y A Coruña (26.690).

Para el presidente de la Sociedade de Pastos e Forraxes el cierre de granjas es el resultado «do esquecemento por parte das consellerías con máis implicación no rural. Non se está a promocionar o sector ovino e cabrún e este esmorece pouco a pouco, pechando cada ano explotacións». Y, como muestra, establece una comparación entre las ayudas por covid-19 para ganaderías de vacuno y las de ovino y cabruno. «As de vacún empezaron a cobrar a partir dos 900 euros, mentres que o máximo que cobrou unha de ovino foi de 925 euros por explotación», sostiene. Eso a mayores de que, de las 57 ganaderías más grandes que hay en Galicia, solo 30 percibieron esas subvenciones.

Alibés argumenta que este sector tiene incontables beneficios para el medio rural. Produce alimentos de calidad a base de pastos, la forma más sostenible de producir carne. Y hay hueco para crecer porque «Galicia non chega a cubrir nin o 30 % da carne de cordeiro e cabrito que consume». Además, genera empleo en el medio rural, pues la actividad ganadera demanda mucha más mano de obra por hectárea que otros aprovechamientos. La tercera ventaja es que cabras y ovejas gestionan grandes superficies de terreno, que no arderán gracias a la reducción de la biomasa.

El problema es que, para desarrollar ese potencial que tiene el sector, hace falta una mayor formación. Cursos para las granjas, pero también un asesoramiento individualizado. «É moi necesario transmitir coñecementos aos gandeiros do sector e hai unha forte demanda de coñecementos», sostiene. Y es que hay interés por abrir nuevas explotaciones, pero este choca con el gran desconocimiento de los métodos de producción y técnicas de manejo. «Temos moito potencial gandeiro, hai moitas pequenas e medianas ganderías que poderían medrar», argumenta. Por eso apuesta porque políticas públicas, como la movilización de tierras, tengan por objetivo al sector ovino y cabruno. «Debe ser un sector estratéxico para o rural galego», concluye.