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Un sistema que ha permitido registrar 6.515 gallineros en Galicia

Maruxa Alfonso Laya
maruxa alfonso REDACCIÓN

GANADERÍA

MARTINA MISER

La inscripción de corrales, también los de autoconsumo, es obligatoria para evitar riesgos

30 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde principios del mes de noviembre, España se encuentra en riesgo alto de contagio por gripe aviar. La decisión de elevar la posibilidad de que haya contagios la tomó el Ministerio de Agricultura, que dio aviso a las comunidades autónomas. En el caso de Galicia, desde la Consellería do Medio Rural se dio aviso a todos los municipios que, de una u otra manera, podrían estar afectados por la pandemia. Y en muchos de ellos ya se ha informado a los vecinos del peligro que existe y de las medidas que tienen que aplicar con el fin de evitar la propagación de esta enfermedad. Una de las medidas que es de igual aplicación en las zonas de especial vigilancia y de especial riesgo es la necesidad de inscribir todos los gallineros que existan en los municipios afectados. Una medida que, al principio, despertaba sus suspicacias pero que, poco a poco, han ido aceptando los particulares que crían gallinas en sus casas. Según los datos facilitados por Medio Rural, existen en los municipios en riesgo de gripe aviar un total de 6.515 gallineros particulares.

Del total de explotaciones avícolas que se han inscrito en el registro de la consellería, la mayoría se ubican en la provincia de A Coruña. Esta es, junto con Pontevedra, la que mayor número de localidades tiene afectadas, de ahí también que el número de gallineros sea mayor. Le sigue Pontevedra, con otras 1.930 explotaciones. Pero es que en esta provincia están afectadas muchos más concellos, empezando por los siete que forman parte de la desembocadura del río Umia, donde se ubica el complejo intermareal y una de las zonas de migración de aves más importantes de Europa. Estas localidades son calificadas como zonas de especial riesgo, de ahí que las medidas que tienen que tomar sus vecinos sean más duras e incluyan, por ejemplo, el cierre de los espacios al aire libre donde estén las gallinas. Pero, además, en esta provincia se ha decretado una zona de especial vigilancia que afecta a más localidades de O Salnés y a otras de la comarca del Baixo Miño.

En Ourense, en cambio, solo se han dado de alta en el registro 909 corrales, mientras que en Lugo la cifra es todavía más pequeña, de 715 gallineros.