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Medio Ambiente cree que prohibir las batidas de lobo puede acabar con razas autóctonas

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Dice que resulta innecesario dar una protección especial a este cánido por la población que hay al norte del Duero y porque la medida causaría graves perjuicios a la ganadería

02 nov 2020 . Actualizado a las 10:02 h.

La intención del Ministerio de Transición Ecológica es clara. Su objetivo es que el plan para incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres de Protección Especial (Lespe) esté listo antes de que acabe el año. Pero la medida, que responde a las recomendaciones realizadas desde Europa en línea con las políticas de fomento de la biodiversidad, choca con el interés de buena parte de los ganaderos de la Cornisa cantábrica porque son los principales damnificados de los ataques de este cánido. La cuestión es que en caso de que se declare especie de protección especial en toda España —ahora solo está al sur del Duero— no podría dársele caza al norte de ese río, un espacio en el que ahora el cánido esta incluido dentro del catálogo de especies cinegéticas. La razón es que en dicho territorio vive entre el 70 y 80 % del total de ejemplares del país.

Pero por mucho que la medida refleje el eco de lo que quiere Bruselas, Galicia, Asturias Cantabria y Castilla y León coinciden que resulta «innecesario incluir el lobo ibérico en el Lespe en toda España». Esta postura fue trasladada ya por la Consellería de Medio Ambiente a la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica e o Reto Demográfico, Teresa Ribera, en una carta conjunta suscrita por esas cuatro comunidades.

Lo que más preocupa en Galicia, como explican fuentes del departamento que dirige Ánxeles Vázquez, no solo es la amenaza que supone para las ganaderías en extensivo que se tratan de promover, también que pone en peligro la supervivencia de razas autóctonas que, por su rusticidad, suelen vivir al aire libre en los montes de la comunidad.

En este sentido, añaden esas mismas fuentes, «outorgarlle ao lobo un nivel de protección adicional sobre o que xa ten nestes momentos sería unha decisión claramente contraria aos intereses das comunidades do norte do río Douro, que contan con importantes poboacións desta especie asentadas no seu territorio e, por tanto, son as que sofren as maiores consecuencias sobre o sector gandeiro dos ataques puntuais destes animais». Explican además que la prohibición de la caza es contraria a las políticas llevadas a cabo en la comunidad para que la ganadería pueda compatibilizarse con las manadas de lobos que viven mayoritariamente en las provincias de Ourense y Lugo.

En esa línea van las ayudas para adoptar medidas de prevención como la compra de mastines o la instalación de cierres eléctricos que puedan mantener alejados a los lobos. De hecho, según la consellería, en la última convocatoria de ayudas para las que se habilitaron 1,2 millones de euros fueron en torno a 1.600 ganaderos los que pudieron acceder a ellas para la instalación de diferentes medidas protectoras o compra de mastines. Estas compensaciones se completan con las subvenciones por los daños causados por el lobo.

La cuestión es que a los ganaderos todas estas medidas no les llegan. Dicen que las pérdidas que les provocan los cánidos superan con creces las compensaciones que les llegan de la administración. No es fácil mantener el equilibrio.