Gonzalo Fernández, profesor de la Facultade de Veterinaria de Lugo, afirma que está aumentando la frecuencia de aparición de enfermedades
06 jun 2020 . Actualizado a las 10:45 h.La propagación del covid-19, convertido en pandemia, ha puesto el foco en enfermedades infecciosas. La situación no se da solo en los humanos sino también en los animales, y el veterinario es un ámbito en el que la situación de años pasados ha obligado a realizar esfuerzos de investigación para lograr un mayor control.
Gonzalo Fernández, profesor de la Facultade de Veterinaria de Lugo, analizó ayer el papel que puede realizar la veterinaria, por su experiencia en determinados casos, en el control de enfermedades infecciosas. Su intervención, que tuvo lugar por vía telemática, estuvo organizada por la agrupación BioReDes, dependiente del Campus Terra.
-¿Van a más los casos de enfermedades infecciosas?
-Sí. Está aumentando la frecuencia de aparición. Aparecen además enfermedades nuevas tanto en animales como en personas. Hay factores que influyen en esa situación: cambio climático, deforestación, mercado de animales... No solo aparecen nuevas infecciones, sino que además pueden expandirse de manera rápida. Hace 50 años, la gente no viajaba como viaja hoy.
-Pongámonos en el trabajo de un veterinario. ¿Cuál ha sido, en los últimos tiempos, el foco de infección más potente contra el que se ha tenido que luchar en ese sector?
-La fiebre aftosa ha sido muy fuerte. El último brote se declaró en el 2001. Hay que tener en cuenta que se transmite incluso a kilómetros de distancia. En el Reino Unido hubo que sacrificar cuatro millones de animales: ganado vacuno, ovino y porcino. En ese mismo brote, en Francia se establecieron controles, y la diferencia fue que ahí se mataron menos de 300 animales al tener un efectivo sistema de vigilancia. La vigilancia es importante, sobre todo en enfermedades que pueden no presentar síntomas. También es importante la vigilancia en grupos que pueden presentar riesgos.
-Tomemos como modelo el trabajo de los veterinarios ante brotes intensos de los últimos años. ¿Cómo ha sido la gestión llevada a cabo en el covid-19?
-Desde un punto de vista ideal, podría haberse hecho de otro modo, pero hay que estar ahí. Al principio se actuó como con el sars, que es otro tipo de coronavirus, pero nos engañó.
-¿Se debería haber tenido más en cuenta el papel de los veterinarios en la lucha contra esta pandemia?
-En la gestión de una pandemia como esta, es mejor aprovechar la gestión y la experiencia que se tiene. Hay experiencias de veterinarios que podrían haberse aprovechado mejor.
-¿Se está aún a tiempo de utilizar esa experiencia?
-Siempre se está [ríe]. A veces se ve todo con un cierto corporativismo. Lo que no vale la pena es que no se haya podido aprovechar esa experiencia.
-Por ahora, no parece haber riesgo de contagio de animales a personas. ¿Cree que puede llegar a haberlo?
-Los animales de producción (ganado bovino y ovino, por ejemplo) son muy resistentes. Otras especies (los felinos, los mustélidos...) son más susceptibles. En ese caso se están tomando medidas de seguridad. El problema no está entre los animales sino en el contagio entre personas.
-¿Hay alguna situación que haya exigido un esfuerzo similar antes?
-Una que fue requirió un gran esfuerzo fue el mal de las vacas locas. En Galicia se hizo un refuerzo de la sanidad veterinaria, pero además se hizo un gran cambio en la gestión en la Unión Europea. Fue una situación que marcó un antes y un después en el sector.
La investigación como manera de prevención
Fernández forma parte de Invesaga, grupo dedicado a la investigación en sanidad animal en Galicia. Explica que en países como Holanda, en programas de vigilancia de infecciones, se toman muestras de aire en el exterior para saber por dónde se mueve el virus. También destierra un tópico: «Siempre se dio importancia a la desinfección de las ruedas de camiones; pero es más importante la desinfección de la cabina para frenar la expansión de un virus».