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«Os becerros non hai quen os queira e os custes cada vez van a máis»

Javier Benito
javier benito LALÍN /LA VOZ

GANADERÍA

Sara Fernández en su explotación con algunos de los terneros que logró vender a través de la Red.
Sara Fernández en su explotación con algunos de los terneros que logró vender a través de la Red. Cedida

La ganadera lalinense Sara Fernández, que lleva sola la explotación, recurrió a la venta directa a particulares promoviendo sus animales a través de las redes sociales

28 abr 2020 . Actualizado a las 21:11 h.

Las subastas en Silleda se suspendieron hace semanas y las carnicerías bajaron la adquisición de animales al perder la clientela de la hostelería y la restauración, sector cerrado o casi. Como efecto colateral los ganaderos dedicados a producción de carne se encuentran en una grave encrucijada para dar salida a los terneros, ya que los tratantes tampoco les adquieren reses en busca de potenciales mercados fuera de Galicia. «Os becerros non hai quen os quera e os custes cada vez van a máis e perden calidade se deixas pasar o tempo». Así resumía Sara Fernández, ganadera de Lalín, que buscó en la comercialización a particulares una fórmula para enjuagar la falta de ventas por los cauces habituales.

Sara Fernández recurrió a las redes sociales para anunciar sus terneros de raza rubia gallega, con el objetivo de encontrar compradores entre particulares interesados en hacerse con un cuarto, medio o todo el animal. Quería así dar salida a tres becerros que le urgían sacar del establo, dado que tenían ya entre ocho y nueve meses de vida. «Mercados non hai e os tratantes tampouco veñen porque hai exceso de oferta e pensei en buscar compradores cunha mensaxe en Facebook», explica esta ganadera lalinense. En apenas veinticuatro horas logró su venta, excepto un cuarto de un ejemplar que se quedará ella para consumo familiar si finalmente no encuentra destinatario.

«Mercados non hai e os tratantes tampouco veñen porque hai exceso de oferta e pensei en buscar compradores cunha mensaxe en Facebook»

«Estou contenta pola resposta e pode ser una vía para gandeiros como eu que non temos na actualidade ningunha canle para a venda dos nosos animais», argumenta Sara Fernández. Pero ahora la preocupación radica en cómo llevará a cabo la distribución después del sacrificio de esos becerros. Aunque algunas partes de los animales fueron compradas por vecinos próximos u otras personas de Lalín, también hay de Santiago, lo que hará más complejo el transporte de la carne. Pero espera solventar ese obstáculo y continuar con esa vía para seguir dando salida a otros terneros que a corto plazo también deberían comercializarse, en concreto otros tres.

Esta ganadera suele vender sus reses a un carnicero, que ahora bajó las compras, o a través de las subastas en el recinto ferial de Semana Verde en Silleda, que están paradas. Comenzó la cría de rubia gallega hace unos dos años, tras un accidente laboral de su marido que la llevó a promover un cambio gradual de producción de leche con frisonas a carne, ya que requiere menos mano de obra y Sara está sola al frente de la explotación. En la actualidad cuenta con diez cabezas de esta última categoría, mientras son 32 las frisonas.

La recogida de leche está funcionando con normalidad para esta granja lalinense, con el cumplimiento del contrato homologado suscrito con la industria y recibiendo los pagos por el producto mes a mes. Al menos por ahí siguen entrando ingresos que palían en parte la nula venta de terneros, en una situación que viven muchos otros ganaderos de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, sin encontrar salida en las carnicerías y mataderos locales, «a tope xa de carne polo parón da hostalería e tampouco hai exportación; estamos moi fastidiados e non hai axudas para os produtores e gandeiros», lamenta Sara Fernández, integrada en la cooperativa Campodeza.

Pero la labor de los ganaderos no para pese a los problemas, liados ahora en las labores de ensilado para conseguir la alimentación para sus animales o pronto con la siembra del maíz. Por ahora no tiene dificultades en la distribución de materia prima a su explotación y espera que ideas como la suya cuajen ante la complicada situación que atraviesan.

Un problema que afecta a más de 1.200 explotaciones de Deza y Tabeirós

El caso de Sara Fernández sirve para ilustrar la situación de otros muchos ganaderos de la zona. En Deza y Tabeirós-Terra de Montes se puede rondar las 1.200 explotaciones que dedican al menos parte de su producción a carne, a veces compaginándola con la de leche. Una cifra que aporta el secretario nacional de Ganadería de UPA-Unións Agrarias, Román Santalla. Reconocía que están encontrando dificultades, menos aquellos amparados a la denominación Tenreira Galega, que además cuentan ya con permiso para congelar la carne.

En las comarcas, apuntaba Santalla, se constata además un goteo de trasvases de explotaciones de leche a las de carne, a veces conviviendo un tiempo ambas producciones. Las dificultades para dar salida a becerros será un tema que precisamente analizará UPA este lunes. Mientras, preocupa la entrada de leche foránea.