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La Diputación de Lugo aumenta las ayudas a la recuperación de tierras abandonadas

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

ALBERTO LÓPEZ

El interés de agricultores y de ganaderos generó la ampliación de la partida prevista

18 feb 2020 . Actualizado a las 09:54 h.

Las ayudas de la Diputación de Lugo para la recuperación de tierras abandonadas aumentan este año. El organismo provincial acordó aumentar la partida prevista para este ejercicio (100.000 euros) con una dotación adicional (42.000) para atender la demanda registrada. Ese incremento de fondos fue acordado por el gobierno provincial para no dejar fuera de las ayudas ninguna de las solicitudes que cumplían los requisitos necesarios.

Tras el examen de las peticiones registradas, se observó que 74 de las propuestas 93 presentadas entraban dentro de los criterios exigidos. Ese detalle propició la citada ampliación de los fondos, aunque supone un cierto retraso: están pendientes de entregarse las ayudas de la convocatoria del año pasado.

Las bases de la Diputación recogen que cada solicitante, sea una persona o una sociedad, debe mantener durante cinco años la producción en el terreno para el que pide ayuda. El terreno puede ser propiedad del demandante, pero también puede utilizarlo en régimen de alquiler o de cesión. Las ayudas son de 500 euros por hectárea, con un máximo de 18 hectáreas subvencionables y una cuantía máxima de 9.000 euros para cada solicitud, Cada demandante deberá poseer al menos una hectárea para su puesta en producción. Ese terreno podrá estar en una finca, en varias o dentro de una parcela de mayor superficie.

Las solicitudes presentadas en la última convocatoria proceden de diversos concellos. Por el número de peticiones, en los primeros lugares figuran Friol, Guitiriz, Vilalba, Baralla y Lugo. A continuación aparecen Castroverde, Bóveda, Castro de Rei, A Pastoriza, Xermade y O Incio.

Con esta medida, según la Diputación, se pretende actuar contra situaciones como los incendios forestales, la disminución de la población rural o un deficiente uso del territorio. La reducción de la actividad agropecuaria suele conllevar, según el organismo provincial, alteraciones en el paisaje pero también en otros aspectos: así, no solo los terrenos pueden quedar abandonados sino destinados a otros usos pero propiciando, en el fondo, que las explotaciones en activo se encuentren con problemas para su expansión.

La iniciativa fue puesta en marcha por la Diputación en el 2014, continuó al año siguiente y se retomó en el 2018. La superficie total de los terrenos recuperados en las distintas fases de este proyecto alcanza ya las 1.200 hectáreas.

Una iniciativa que seguirá aunque con algún matiz nuevo

El actual gobierno de la Diputación parece decidido a mantener esta línea de ayudas aunque sin dejar de introducir algún nuevo matiz, según explicaron ayer fuentes del organismo provincial. Por un lado, el interés observado en el sector primario parece evidente por el número de solicitudes presentadas; por otro, la Diputación tiene en marcha o en construcción iniciativas -el centro de recría y la granja experimental de leche, respectivamente- que se dirigen a ese ámbito.