Los terrenos están encharcados, lo que impide sembrarlos para tener hierba en primavera
28 nov 2019 . Actualizado a las 09:19 h.El campo barbanzano sufre las consecuencias de treinta jornadas consecutivas de lluvia, algunas con valores inusualmente elevados para esta época. Tanto es así que muchos productores dan ya por perdida parte de la cosecha de forraje que, a estas alturas y en circunstancias normales, debería alcanzar ya los 20 centímetros de altura y que, en muchos casos, ni está sembrada.
Aunque resulta imposible conocer con exactitud la extensión que ha quedado sin cultivo por las intensas y persistentes precipitaciones, solo en Mazaricos la cifra supera las 250 hectáreas, cantidad muy elevada teniendo en cuenta las grandes exigencias de superficie que tienen las explotaciones lácteas en este momento. En muchas de las que sí están sembradas, la planta se ha ahogado o presenta un estado muy delicado debido al exceso de frío y humedad.
Un tercio del terreno
«Xa recollemos o millo de xeito apurado, porque ao pouco empezou a chover e dende aquela apenas parou. Foinos imposible sementar todas as praderías e agora vai ser difícil facelo para ter unha corta de herba na primavera», apunta José Manuel Fernández, socio de una cooperativa de Mazaricos que tiene pendiente de sembrar más de 20 hectáreas, un tercio de la superficie total dedicada a hierba.
Los profesionales dicen que, aunque deje de llover de forma inmediata, habrá que esperar al menos una semana para poder acceder con maquinaria de laboreo a muchas fincas. «Algunhas leiras están totalmente encharcadas. O terreo está tan brando que haberá que agardar para que seque e poder tentar a sementeira dalgunha. O problema é que, nese tempo, igual xa volve de novo a chuvia», explica otro ganadero de Maroñas. Según sus cálculos, dejará a barbecho obligatorio una decena de hectáreas.
Las últimas previsiones apuntan a un cambio del tiempo a partir del lunes. De cumplirse, la lluvia daría una tregua a los agricultores de, al menos, cuatro días.