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La élite del vacuno gallego se mueve lentamente

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

ALBERTO LÓPEZ

La  IXP Vaca Galega / Boi Galego crece poco a poco tras dos años de funcionamiento

27 oct 2019 . Actualizado a las 13:30 h.

Poco a poco. Así puede definirse el avance de la IXP Vaca Galega / Boi Galego, cuyo presidente, Jesús González, admitió las dos caras con las que funciona en los dos años pasados desde su constitución. «Pode caer unha pingueira cada cinco minutos ou cada cinco segundos», afirmó González: por un lado, reconoció que las altas de ganaderos y de reses se registran con una cierta lentitud; por otro, explicó que los comienzos siempre implicaban el tener que enfrentarse con esas dificultades. Sus reflexiones fueron expresadas al final de una jornada técnica que la IXP Ternera Gallega y la IXP Vaca Galega / Boi Galego celebraron ayer en el Pazo de Feiras de Lugo.

Lo importante, dijo González, es lograr la implicación de todos los eslabones de la cadena. El de los ganaderos no solo es el primero, sino que de sus proporciones, subrayó, dependerán también la intensidad y el interés con que trabajen los otros dos. El segundo eslabón, el de la industria, irá implicándose más a medida que disponga de materia prima, manifestó González.

Desde que se puso en marcha la IXP, en el 2017, las ventas avanzan poco a poco —se han certificado 700 canales—, aunque no parece haber para ello una razón clara sino más bien un encadenamiento de causas. La industria, dijo el presidente de la IXP, necesita materia prima para abastecerse, y si no la hay, tardará en implicarse en el proyecto. Si, por el contrario, se agiliza el ritmo de inscripción de las reses por parte de los ganaderos, será más fácil que las industrias cárnicas perciban las posibilidades de negocio en este campo. Además, agregó, hay cadenas de supermercados interesadas en ofrecer esta carne, aunque que por ahora no abunda.

En la IXP Vaca Galega / Boi Galego hay registradas 17.324 cabezas. Los ganaderos inscritos son 880, y hay también 11 industrias registradas. Por otro lado, desde que se puso en marcha la IXP, se han comercializado 305 toneladas de carne de vaca y de buey.

El acto de clausura fue también un recuerdo de las posibilidades y de las características de la provincia y del municipio de Lugo en relación con el medio rural. El presidente de la Diputación, José Tomé, manifestó que si se pretende dar apoyo a zonas rurales para que no se despueblen, lo básico es ofrecer oportunidades a sus habitantes. El concejal lucense Manuel Fernández destacó que Lugo, donde alrededor del 10 % de la población del ayuntamiento vive fuera de la ciudad, era una ciudad de claro perfil rural. Vinculó la ganadería con el famoso eslogan gastronómico: «Y para comer carne de vacuno de calidad, Lugo», vino a decir el concejal.  

Menos consumo nacional, más exportación y otra forma de comprar

«Comemos cada vez menos, y peor, en los hogares». Lo dijo, en su intervención de ayer, Javier López, director de la interprofesional Provacuno. López admitió que el consumo nacional bajaba, aunque agregó que la situación se compensaba con el aumento de las exportaciones. Tan intensa es en estos años la venta a otros países que el vacuno de carne se ha consolidado como segundo sector ganadero del país, solo por detrás del porcino. El auge de la producción, por otro lado, entraña obligaciones: los ganaderos, afirmó López, deben ser más cuidadosos. Los cambios en el mercado también se notan en la manera de comprar: los supermercados de proximidad van incrementando su porcentaje de ventas mientras disminuye el de las carnicerías tradicionales, apuntó.