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Adelaida, la última víctima del lobo

María Guntín
María M. Guntín REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

Adelaida pastando en la explotación de Friol hace unos días
Adelaida pastando en la explotación de Friol hace unos días

Aunque la explotación ecológica de Friol en la que vivía esta vaca había empezado a implementar medidas para defenderse del lobo, no fueron suficientes

16 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Adelaida murió esta semana. No es una mujer. Es una vaca. Pero lleva el nombre de la abuela paterna de las hijas de Concha, fallecida hace unos meses. Pero quién es Concha. Es una mujer, ganadera, que esta semana tuvo lo que califica como «un día de lobos». Porque, como dice, fue ese animal el que acabó con la vida de su vaca. La res estaba preñada y tendría que parir a su becerro el día 8 de junio. Concha no olvida fechas y, para ella, los nombres son importantes. «Moitas das miñas vacas teñen nome e ata apelidos, porque son animais de compañía», explica.

Concha está afectada por la pérdida. Le duele que el lobo ataque la explotación de la que está al frente junto con dos socios en Castro, en Conde (Lugo). Porque son muchos «os días de lobo»: «Ven e despois quedamos nós, quedan as feridas, que senten voar un paxaro e saen en estampida porque teñen medo a todo. Tes que gobernar a finca onde foi o ataque, reparar os danos, ver que vas facer co pasto. Son moitos os días de lobo que quedan por diante»

«Hoxe pasaron pola sala de muxir unhas 50 vacas» es la respuesta de Concha cuando le preguntan por el número de animales que cuida y mantiene a diario. Algunos de estas reses han cumplido los diez años, pero «están coma mozas». 

La explotación de Concha tiene «las puertas abiertas» para todo el mundo que quiera ver cómo realizan un trabajo que pasa desapercibido, pero que es indispensable. 

Las medidas de prevención

Concha pone de su parte para poder convivir con el lobo. No está en su contra, pero reclama medidas que compensen los daños que causa. La asesora Joan Alibés, un ingeniero agrícola y ganadero que, junto a su mujer, han creado Beealia, una asesoría que facilita los trámites a los ganaderos o les ayuda a aplicar medidas preventivas para hacer frente a los ataques de animales como el lobo. «No caso da granxa de Concha tiñamos dúbidas sobre que medidas aplicar porque a zona está perto doutras gandairías, entón o uso dun can de protección é máis difícil polo proceso de adaptación que implica», explica. Porque Joan es el encargado de supervisar el proceso de adaptación del mastín de Concha de apenas seis meses de vida y que esta semana, cuando llegó el lobo, aún no estaba con las vacas por su corta edad. De haber estado, explica, «no mellor dos casos estaría ferido ou traumatizado, polo que non serviría. Estes cans non son efectivos ata os dous anos». Concha pidió una ayuda para este animal, pero aún no está resuelta.

Cuando ocurre un ataque como este, los ganaderos tienen que llamar a la Consellería de Medio Ambiente para que agentes especializados comprueben los daños. «Sabes que teñen que vir ver o animal, pero ti estás tola perdida e aínda así tes que seguir cos trámites. Ás veces e unha burla e unha estafa porque non hai medios suficientes e parece que os técnicos non pintan nada. Eu fun víctima dun acto terrorista por parte de lobo», cuenta Concha. Además, añade, que es responsabilidad de los ganaderos tramitar toda la documentación adecuada para justificar el ataque del lobo. «A toda esa burocracia é á que lle chamo eu o lobo da administración», narra esta ganadera. 

Un problema creciente

«As miñas fillas non sabían o que era o lobo ata o 2012 e dende entón, tócanos de cerca. No mellor dos casos, e se atenden a túa reclamación, deberían pensar nas horas que adicamos a facer todos os trámites burocráticos. Ademais, ao pasar esa tramitación pagan polas miñas vacas mortas o mesmo que polas convencionais, sen ter en conta que son ecolóxicas», dice Concha, que pone cara a un problema que sufren muchos ganaderos en Galicia.

Los cierres son otra de las medidas de prevención recomendadas por Joan aunque, en el caso de esta explotación, su colocación conllevaría un alto coste económico al tratarse de una zona sin concentración parcelaria con muchas fincas. «Non lle sae a conta ter peches», sentencia el ingeniero. 

Los ganaderos necesitan un asesoramiento técnico sobre las medidas de implantación frente al lobo, así como «apoio moral, visitas e chamadas» y, ese apoyo «non o pon a Xunta, pono o gandeiro», cuenta Joan Alibés. Aunque Concha había previsto un plan de prevención contra los ataques de lobo, pero falló porque la adaptación del mastín y la colocación de cierres lleva tiempo. Además, una vez que se produce el ataque, la burocracia dilata el proceso. Los trámites con la Consellería se realizan telemáticamente, algo que dificulta el proceso porque, muchas veces, los ganaderos viven en zonas sin cobertura.

El lobo, cada vez más cerca

Pero por qué baja ahora más el lobo. «Porque é máis fácil comer unha xata que lidiar cun xabaril adulto. Ten comida por todos os lados porque hai moita fauna salvaxe. Antes comían os potros do monte pero esta poboación baixou, polo que se ven obrigados a buscar outros sitios nos que comer», así explica Joan Alibés el ataque del lobo en zonas cercanas a núcleos de población. A Adelaida la cazaron por diversión, instinto o aprendizaje, y no por hambre. Así se aprecia en las fotografías que Concha le sacó ya sin vida sobre la hierba, apenas un día después de capturarla pastando en uno de sus prados. 

«Por eso temos que poñerllo difícil con medidas preventivas, para que non lle salla a conta matar unha xata. Concha ponlle un enorme sentimento ao seu traballo e ao coidado do seu gando e, para os que nos adicamos a esto, é un trauma sufrir un ataque porque falamos de persoas, non de números», sentencia Alibés.