El Clúster del sector reconoce durante la primera edición de sus premios la labor realizada desde la empresa privada y la administración para la promoción de un recurso energético que ayuda a la descarbonización y suma riqueza al rural
29 jun 2024 . Actualizado a las 13:08 h.Dina Vilacoba, responsable de la granja que Nutrimentos (Nudesa) tiene en el concello de O Pino, se llevó ayer un minúsculo espiño albar (Crataegus monogyna) a casa. El plantón, sujeto en una pequeña maceta de carballo (Quercus robur), cayó en sus manos cuando subió al estrado que el Clúster de la Biomasa de Galicia había levantado en la feria forestal internacional Galiforest, que se celebra estos días en el Centro de Formación y Experimentación Agroforestal de Sergude, en Boqueixón. Ascendió hasta allí para recoger, en representación de Nudesa, uno de los galardones de la primera edición de los premios Biomasa Gallega que quieren reconocer la labor de aquellos que han ido dando pasos para dar visibilidad a un recurso, la biomasa, que abre la puerta a la descarbonización de empresas y decenas de hogares, además de convertirse en un recurso económico más para aquellos que viven en el rural o tienen que gestionar un monte. Y hay empresas como Ecoforest, que llevan más de medio siglo haciéndolo, y que por eso se llevaron el reconocimiento a la Trayectoria Empresarial en el Campo de la Calefacción con Biomasa.
Por eso puede que lo de entregar a Dina un espiño albar cuando, en representación de Nudesa, recogió el premio a la Descarbonización de la Industria Agroganadera, no fuera casualidad. Porque al igual que ese arbusto medicinal con pequeñas flores blancas y frutos rojos se ha usado como remedio para distintas afecciones desde tiempo inmemorial, la biomasa puede ser la medicina para adelgazar la alta dependencia de los combustibles fósiles, además de sumar riqueza en el rural.
«Existe una obligación legal de retirar la biomasa en el monte, el propietario tiene que retirarla y qué hace con eso. Pues puede convertirlo en una oportunidad. La dispersión geográfica de la comunidad hace que Galicia sea una de las comunidades donde hay más calderas de gasóleo en los hogares. La biomasa ayuda a su descarbonización, además de ser un recurso propio que supone un ahorro de energía y que nos hace menos dependientes de las tensiones geopolíticas que afectan al precio de los combustibles fósiles», explica Francisco Álvarez, presidente del Clúster de la Biomasa, quien incluso bromea al comentar que igual que hay países por los que discurren grandes gasoductos, aquí en «Galicia podríamos tener biomasoductos porque desde el monte gallego a los hogares no hay más de sesenta kilómetros».
El potencial de la biomasa en un contexto de cambio climático como el actual es un camino que todavia tiene un largo recorrido. Algunos como el catedrático de la Universidade Vigo Luis Ortiz Torres lo vieron hace tiempo. De ahí que se llevara el premio a la Trayectoria Investigadora en la Biomasa. Por algo fue un precursor en el estudio de la densificación de la biomasa allá por la década de 1980, defendiendo el aprovechamiento energético de estos materiales.
La Compañía Española de Algas Marinas (Ceamsa) es una de esas empresas que precisamente estan usando la biomasa como energía. De ahí que se llevara el galardón a la Descarbonización de la Industria Alimentaria. Y justo por usar la biomasa como fuente de energía a nivel municipal el alcalde de Portas, Ricardo Martínez, recogió el arbolito que lo reconoce por su Apuesta por la Biomasa en la Administración Local, y la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader), que está desarrollando iniciativas como Aldealix para integrar la biomasa en el desarrollo de comunidades energéticas locales, también fue reconocida por su Impulso a la Biomasa en la Administración Autonómica. Pero en esta relación de reconocimientos no podía faltar un nombre, el de Nacho Lema, el que fue primer director de la entonces recién nacida Axencia Galega da Industria Forestal (XERA) y presidente honorífico del clúster. Su labor fue destacada en la primera edición de unos premios que acabaron con sorpresa. Con un apunte fuera de guión, el reconocimiento a la labor que realiza XERA como impulsora de un recurso, la biomasa que gracias a la labor formativa y divulgativa de la agencia se ha ido abriendo un hueco cada vez más grande en el sector. E Isabel Puentes y Mercedes Rois, responsables de Promoción y Calidad Forestal y de Innovación Forestal, respectivamente, abandoanron el público par subir al estrado, donde recordaron la importancia de «xerar valor» en el sector.
Y tras ellas el director de la agencia, Jacobo Aboal, cambió su papel como encargado de entregar sus distintivos a los premiados a recibir su propio plantón de la mano de Nacho Lema. Y la imagen tomada hace dos años, cuando Nacho le entregó el testigo del XERA atado con un delgado cordón, volvió a repetirse. La diferencia es que esta vez lo que le entregó no fue un testigo. Fue un pino manso, Pinus pinea, un piñonero, un árbol que crece para después abrir sus ramas de forma circular formando una especie de sombrilla que protege del sol. Quizá porque el XERA en poco tiempo se ha comvertido también en la sombra bajo la que se abriga el sector de la cadena forestal-madera en Galicia y, además, como el pino manso abre sus ramas hacia todo lo que se cuece en el exterior.