Galicia mira a los países del Norte para crear su modelo de créditos de carbono para sacar más partido al monte

María Cedrón REDACCIÓN

FORESTAL

Salvador Sas | EFE

Los proyectos que, además de retener CO2, contribuyan a regenerar el suelo o la biodiversidad podrían emitir créditos ECO con un valor estimado de unos 10 euros más que uno normal

09 ene 2024 . Actualizado a las 20:22 h.

Hace tiempo que se habla de la urgencia de avanzar hacia una economía neta negativa en emisiones de dióxido de carbono hasta llegar a niveles preindustriales para tratar de frenar el calentamiento global. Tanto que en torno a ese objetivo se ha ido formando un mercado a nivel global que resulta interesante para los dueños del monte, pero también para todas aquellas empresas del sector primario capaces de contribuir a la regeneración del medio ambiente en el campo y mar. Hasta el Nasdaq, el segundo mercado de valores automatizado y electrónico más grande de Estados Unidos, que aglutina a las empresas de alta tecnología adquirió en el 2021 una participación en Pure Earth, una plataforma de eliminación de carbono creada en Finlandia. Esta se basa en conectar a compradores con proveedores que capturan CO2 de la atmósfera y lo estabilizan durante largos períodos de tiempo para luego almacenarlo de forma duradera, generando créditos de carbono (la diferencia entre el dióxido de carbono emitido a la atmósfera y aquel que se logra retener) que ponen en el mercado. Un crédito equivale a una tonelada de CO2.

La semana pasada, la Xunta dio luz verde al inicio de la tramitación del decreto que regulará la creación de un mercado voluntario propio de créditos de carbono para la comunidad. Una vez aprobado, se formaría un comité de expertos abierto que, tras abrir un período de propuestas, se encargará de evaluar cada una de ellas para diseñar el modelo de funcionamiento de este mercado voluntario. Es ahí donde desde la Axencia Galega de la Industria Forestal (XERA) quieren aprovechar el potencial de Galicia como comunidad productora y transformadora de madera para abrir el abanico de proyectos capaces de retener carbono mucho más allá de la reforestación de montes quemados.

Tomando como inspiración el modelo de Pure Earth desarrollado en los países nórdicos, la XERA trabaja en el diseño de un modelo de gestión de créditos de carbono que permita repartir los beneficios de este nuevo recurso forestal entre toda la cadena de valor de la madera y, sobre todo, como explica su director, Jacobo Aboal, «que chegue aos silvicultores».

Aunque están en pleno diseño del modelo, la idea es que también empresas constructoras que usan la madera como material estructural generen créditos que luego puedan poner en el mercado. Estas podrían financiar parte de esos proyectos más sostenibles (a veces más caros a corto plazo que los que usan otros materiales) con el valor de los créditos de carbono que podrían generar en el futuro, como proponen modelos que se usan en Estados Unidos como Aureus. «Ao utilizar a madeira, ademáis de que este é un material que retén carbono, tamén se estaría deixando de emitir á atmósfera o que xera o uso de materiais como o aceiro ou o formigón. Todo ese carbono retido a maiores do que se xeraria usando materiais convencionais sería o que se podería poñer no mercado», explica Aboal.

Aunque lo que importa, como repite, «é que iso chegue aos donos dos bosques ben xestionados, que chegue aos que axudan a ter ben xestionado o territorio». De ahí que no será lo mismo el crédito que pueda obtener un propietario que hace un tratamiento silvícola enfocado a obtener una madera de mayor calidad para hacer CLT que otro dirigido a usos con menor valor añadido. Además, usarían la tecnología Blockchain que utilizan para conocer la trazabilidad de la madera desde que se tala el árbol hasta que llega a su destino final para que el valor del crédito llegue a quien tiene que llegar.  

Pero aún puede irse más allá porque, como explica, «no caso de falar dun proxecto que ademáis favoreza os ciclos da auga ou axude á rexeneración do chan ou a biodiversidade estaríamos falando dun crédito eco que aínda tería máis valor que o convencional». Este tipo de créditos ECO podrían alcanzar un valor de entre 5 y 10 euros más que uno convencional. «Ese é o cálculo que fai o Goberno portugués para os seus créditos Plus», añade Aboal.

Todo esto tendría que ser evaluado por ese comité de expertos del que habla el proyecto de decreto. La idea luego es crear un market place, al estilo del que tiene Pure Earth, en el que las empresas capaces de retener carbono expongan su idea con el precio correspondiente de cada crédito generado para que aquellos que quieran adquirirlos puedan hacerlo. Todo bajo el control de la administración, que ha de garantizar que los proyectos expuestos realmente retienen carbono y cumplen con lo establecido por la normativa. Todo esto será auditado también por un tercer organismo independiente.